martes, 30 de diciembre de 2008

Libro sobre las universidades públicas del Perú

Libro

VIGENCIA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS DEL PERÚ
Propuestas para la reestructuración universitaria

Autor: Nemesio Espinoza Herrera

ISBN: 9972-33-151-2

CONTENIDO
78 páginas

Naturaleza de la universidad

Módulo 1: Calidad académica en las universidades Públicas
Situación y Propuestas


Módulo 2: Las investigaciones científicas en las universidades públicas
Situación y Propuestas

Módulo 3: Los docentes de las universidades públicas
Situación y Propuestas

Módulo 4: Financiamiento de las universidades públicas
Situación y Propuestas

Módulo 5: La administración universitaria de las universidades públicas
Situación y Propuestas

Módulo 6: El marco jurídico en las universidades públicas
Situación y Propuestas

Módulo 7: La prensa y las universidades públicas

Módulo 8: La Asamblea Nacional de Rectores


Extracto de las primeras 5 páginas

SITUACIÓN ACTUAL DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

1. En el Perú existen 33 universidades públicas. Hay en ellas 273 326 estudiantes matriculados, 21 234 docentes y 13 800 trabajadores administrativos.

2. En los albores de un nuevo siglo y milenio, la universidad nacional del Perú continúa, como hacen décadas, sumida en una grave crisis estructural. Los peruanos (gobiernos, políticos, autoridades, los mismos universitarios) hemos mantenido silente complicidad con el debacle de la universidad estatal. En buena cuenta la universidad pública no existe, sólo sobrevive, agoniza. Una universidad que no funciona o funciona mal, cuesta más.

3. De cada 100 peruanos que egresan de las universidades públicas, alrededor de 75 están sin empleo en la carrera emprendida. Este alarmante nivel de desempleo (y subemeplo) profesional ha convertido a la universiad pública en un falso farol para las nuevas generaciones del Perú.

4. La calidad académica en la formación de profesionales en las universidades públicas se encuentra muy por debajo de los estándares medianamente aceptables. Por otra parte, es inexistente la verdadera Investigación Científica entendida como misión fundamental de la universidad porque no hay producción científica y tecnológica ni generación de innovaciones en términos de las exigencias del mundo moderno.

Ambas realidades –baja calidad académica en la formación de profesionales y la inexistencia de la Investigación Científica en los niveles y calidad que los nuevos tiempos exigen- originar profesionales inermes y sin condiciones adecuadas de empleabilidad; por lo que resulta explicable los altos índices de desempleo profesional y la no repercusión de la universidad en el proceso de desarrollo nacional. En estos asuntos, países vecinos nuestros nos llevan la delantera equivalente a varias décadas en materia del desarrollo de la universidad pública.

5. El docente universitario -factor clave para el logro de la calidad académica y real ejecución de la Investigación Científica productora de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo- continúa siendo maltratado como hace décadas principalmente en cuanto a sus remuneraciones y condiciones de trabajo.

Un ejemplo elocuente de una de las afrentas al catedrático es que el Estado y los cuatro últimos gobiernos, en abierto desacato a sus propias leyes (Art. 53 de la Ley Universitaria actualmente vigente desde 1984), adeuda a cada catedrático de la universidad nacional aproximadamente un millón de nuevos soles. En buena cuenta, los docentes universitarios han venido subvencionado con su pobreza a las universidades públicas.

6. Así, la universidad pública peruana en las condiciones en que se halla, se ha convertido en una institución obsoleta. Lejos de contribuir al desarrollo nacional, la universidad estatal se ha tornado en óbice. Empero, cuál válvula de escape del desempleo juvenil, la universidad pública resulta siendo un obligado refugio de una juventud decepcionada.

7. El problema no sólo es el caso de las universidades públicas, aunque ellas son las que revisten extrema gravedad y requieren urgente y prioritaria atención. También lo es el caso de las universidades privadas cuyas características no necesariamente son ejemplares. En suma, es el sistema de la universidad peruana en general que está en crisis estructural.

CAUSAS DE LA DEBACLE DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

1. La Educación, y dentro de ella la universidad, constituyen la catapulta del desarrollo nacional. Sin nuevos peruanos adecuadamente formados y sin ciencia, tecnología e innovación; vale decir, sin educación y sin universidad y más aún sin que ellas sean declaradas prioridad nacional, es imposible emprender el proceso del verdadero desarrollo económico y social del país. “Las naciones marchan hacia la grandeza con el mismo paso con que camina la educación” Simón Bolívar. Pregonar la necesidad del desarrollo nacional, pero subestimar a la educación y a la universidad no resulta sino mera demagogia, una quimera, un discurso.

Sin embargo, en lo que va de la historia republicana hasta la actualidad, el Estado a través de los sucesivos gobiernos, consideraron a la Educación y a las universidades como asuntos de quinta categoría. Correspondía, por ejemplo, al actual gobierno (Toledo) que emerge de una década de dictadura corrupta, priorizar a la Educación y a la universidad para construir un nuevo Perú. Empero, estas expectativas han quedado extinguidas porque las señales son claras: la educación y la universidad constituyen la quinta rueda del coche, pueden seguir esperando (y por siempre).

¿Cuál es la causa principal del colapso de la universidad peruana, especialmente de la pública? La respuesta es categórica: el desinterés absoluto del Estado, y también de la sociedad, hacia la educación y, por consiguiente, hacia la universidad. El Estado y los gobiernos jamás se han interesado realmente del problema de la educación y de la universidad. Es impresionante ver de cómo el Estado y la sociedad –propietarios de las universidades públicas- lejos de tomar acciones para evitar su descalabro se limitan a observar desde el balcón el paso del cortejo fúnebre de la universidad. Ni el Estado ni la sociedad intervienen en la universidad, tampoco la misma universidad y los mismos universitarios desean que el estado y la sociedad intervengan de modo que tras de una contranatural y vetusta “autonomía universitaria” tenemos una universidad colapsada.


2. Consecuentemente, al no considerarse a la educación y a la universidad como prioridades nacionales de políticas de Estado, tampoco resulta prioritario la asignación a ellas de recursos públicos, por cuya razón las universidades nacionales siempre estuvieron sumidas en asfixias económicas consuetudinarias, no porque no haya recursos –que en realidad hasta sobran- sino porque no hay voluntades y decisiones políticas para direccionarlos hacia la educación y hacia las universidades.

3. La universidad pública, muy a pesar de su realidad, resulta siendo una paria, pues, no sólo es el Estado el que está de espaldas a la universidad pública y viceversa. Lo que es peor, los mismos universitarios (autoridades, docentes, alumnos, administrativos, gremios) permanecen indolentes, en silente complicidad y con los “brazos cruzados” ante tamaños e históricos problemas de las universidades estatales. Existe sólo los ortodoxos y esporádicos actos de “masas” (movilizaciones, consignas, marchas, huelgas) que ahora, en los nuevos contextos del siglo XXI y del tercer milenio resultan disonantes e infructuosos; y no hay resultados concretos. No hay, en lo absoluto, propuestas alternativas, soluciones, ideas, acciones sólidas que resulten serias, sostenibles y de resultados. No existe agentes influyentes que presionen a favor de los intereses de la universidad pública.

4. Como si la crisis estructural de la universidad pública y el abandono absoluto en la que se encuentra fueran poca cosa, se suma otra realidad mucho más perniciosa aún: su anacrónica administración, el caos administrativo. La universidad pública actual está condenada a cargas la pesada cruz de un modelo obsoleto de gestión universitaria vigente. Lo que hay en el Perú es una universidad extraordinariamente sobredimensionada, burocrática, irracional, caótica, arcaica y casi siempre corrupta. La universidad estatal de hoy está condenada, irremediablemente, a ser dirigida por gerentes universitarios (rectores, decanos, directores, jefes) que por regla general resultan siendo tradicionales, arcaicos, medievales y retrógrados que virtualmente han institucionalizado la mediocracia y la corrupción en las universidades nacionales.


PROPUESTAS GENERALES PARA UNA NUEVA UNIVERSIDAD PUBLICA

La gradual pero sostenida solución del problema de la universidad estatal para tornarla a una universidad moderna y competitiva propia de los tiempos actuales, requiere necesita plena voluntad y decisión política de Estado para:

1. Declarar en estado de Emergencia Nacional a las universidades públicas del país por un período de dos años para dar inicio inmediato a un proceso de verdadera Reestructuración Universitaria a fin de que a mediano plazo el Perú cuente con una nueva universidad que produzca de verdad ciencia, tecnología e innovación y forme profesionales de nuevo tipo para que contribuyan realmente al proceso de desarrollo nacional.

Para tales efectos se debe nombrar una Comisión Nacional de Reestructuración Universitaria integrada por tres doctores (pero doctores de verdad) destacados nacional e internacionalmente como intelectuales y/o científicos y que sean catedráticos.

¿Quiere decir que lo que se está pidiendo, en democracia, es la intervención del Estado y de la sociedad a las universidades públicas?. Sí. De producirse tal intervención será una señal inequívoca de que en el Perú el Estado, la sociedad y los mismos universitarios, al fin, empiezan a darle importancia a la universidad y al desarrollo del país. La democracia sí puede construir una nueva educación, una nueva universidad y, por consiguiente, un nuevo país. Derribemos la nefasta idea de que sólo las dictaduras pueden emprender acciones de cambios radicales e intervenciones de shock. Las democracias puede (y deben) hacerlo para promover sostenidamente la construcción de un nuevo país.

2. Siendo el problema de la universidad peruana, en particular de las universidades estatales, un problema que debe trascender gobiernos y convertirse en un asunto estratégico de Estado, el actual gobierno (Toledo) debe abordar en lo inmediato el tema de las universidades nacionales para que el proceso de reestructuración universitaria se engarce con el siguiente gobierno. Significaría declararse subrepticiamente contra la universidad pública aquel que sostenga que estando el actual gobierno con el ínfimo nivel de aceptación ciudadana (encuestas) y en las postrimerías de su mandato, ya no debe abordar el problema de la universidad nacional sino lo debe hacer el siguiente; es decir en el 2007, 2008, 2010 ó nunca. La actual extrema gravedad del problema de la universidad pública, demanda que no se debe posponer ni un día más. El desarrollo del país no puede (no debe) esperar ni un día más.

3. Considerar gradual pero sostenidamente a la educación y dentro de ella a la universidad como primeras prioridades nacionales en la agenda política del Estado así como de los gobiernos y por lo tanto considerarlas prioritarias en la asignación de recursos.

Ciudad Universitaria de San Marcos, abril de 2005