viernes, 2 de octubre de 2009

León Trahtemberg y la universidad

Profesores principales (cada vez menos) o contratados (cada vez más)

León Trahtemberg

(Fuente: http://www.trahtemberg.com/articulos/1429-profesores-principales-o-contratados-.html)

La comunidad académica norteamericana está muy preocupada por la drástica reducción de profesores principales como catedráticos en las universidades públicas y privadas, a la par del aumento de catedráticos contratados sin nombramiento, estabilidad ni beneficios sociales. La corriente privatizadora de los últimos 30 años ha penetrado las universidades y ha creado un ambiente de pseudo-mercado en el que las universidades públicas marginalizan a los profesores estables. Usan mecanismos de mercado con el benchmarking, ratings de dólares generados, evaluaciones de estudiantes y atributos similares, para tomar decisiones sobre la continuidad de los catedráticos contratados.

Dan Clawson, profesor de Sociología de la Universidad Amherst de Massachussetts reporta el tema en el volumen 324 de la revista Science del 29/5/2009. Señala que el cambio de paradigmas de la gestión universitaria influida por la privatización ha hecho girar el concepto de presidente de la universidad hacia el de CEO (Chief Executive Officer), y el de administración universitaria al de gerencia. Dado que el tiempo promedio de permanencia de un presidente es de 8,5 años y el de un rector es 5.2 años, ellos están muy interesados en mostrar logros de corto plazo y con ello tener buenas cartas de presentación para sus próximos trabajos. Todo ello crea un clima universitario de gestión empresarial, en el que lo que interesa son los resultados que puedan exhibirse en el corto plazo en desmedro de las investigaciones con resultado de largo aliento.

En 1970 el 55% del profesorado universitario de tiempo completo que comprendía 369,000 académicos y profesionales era profesorado principal estable. Estas cifras bajaron a 41% en el 2003 y a 31% en el 2007 pese a que el profesorado total creció a 676,000. En el mismo tiempo, el número de profesores contratados de tiempo parcial creció de 22% a 49%. A su vez, los sueldos reales de los profesores principales apenas subieron en 5% mientras que los costos de las pensiones estudiantiles subieron 125% en las universidades públicas y 253% en las privadas (lo que desestima el argumento de que se prefiere a los contratados por un problema de costos salariales).

Los argumentos de los propulsores de esta tendencia en las universidades a reducir la cantidad de profesores principales estables y aumentar la de los contratados son diversos: las garantías de empleo permanente lindan con permitir inmoralidades, inhibe las estrategias de recolocación estratégica de recursos humanos, protege a los incompetentes, limita la posibilidad de reemplazar un profesor ineficiente por otro más eficiente, limita la capacidad de la gerencia de producir mejoras, debilita la autoridad de los ejecutivos. Su visión es la de la universidad como un negocio que tiene un producto que es ofrecido a los estudiantes clientes y que tiene que exhibir una alta rentabilidad.

En cambio los defensores del profesorado estable sostienen que ellos son los que sostienen la creatividad, se atreven a hacer investigación más arriesgadas, apelan más a la libertad de expresión y a hacer ofertas de estudios innovadores a los estudiantes, porque no viven con el temor de que si se salen de la línea de simpatía de la gerencia serían despedidos. Además, esos profesores que tienen continuidad son los que pueden hacer la investigación de largo aliento, atender como tutores o asesores a los estudiantes a lo largo de los años, sin que tengan que sufrir las continuas rotaciones. Con catedráticos disidentes que cuestionan los saberes convencionales los estudiantes se sienten más estimulados a pensar en nuevos paradigmas.

Su visión es la de la universidad como un centro de producción de conocimientos donde los estudiantes son educados (no solo entrenados) y en el que el equipo docente debería tener intervención en la evaluación entre pares que conocen la relevancia de los campos académicos (más que de los gerentes preocupados por los costos) y tener además una continuidad en el tiempo para permitir que la universidad cumpla con su misión.

Sin duda el debate en Estados Unidos tiene implicancias para el Perú porque el crecimiento explosivo de institutos y universidades privadas empresariales muestra un comportamiento similar en cuanto a preferir las áreas académicas más rentables, poca investigación (si alguna) de largo aliento, contratación de profesores de tiempo parcial o completo por contratos temporales, con equipos estables muy pequeños y funcionales a los promotores. Esta tendencia también se expresa en las universidades públicas en las que no se abren nuevas plazas para profesores estables.

Quizá el Perú podría buscar una opción intermedia a través de un centro de altos estudios científicos, que diera trabajo a los más notables y reconocidos científicos peruanos, para que se dediquen a investigar, sin las limitaciones de tener que presentar resultados en el corto plazo porque de lo contrario no les van a renovar sus contratos.



HACIA LA UNIVERSIDAD GLOBAL

(Fuente: http://www.trahtemberg.com/)

León Trahtemberg: “la universidad peruana debe mejorar internamente para globalizarse”.


Para el experto en temas educativos León Trahtemberg la universidad va camino a cumplir la promesa de su nombre: la universalización de la educación, y ello significa hoy que ya es una posibilidad que lo estudiado en el Perú se continúe en Europa, en Estados Unidos o Asia. En esta entrevista los últimos avances al respecto.

–En Europa se viene llevando a cabo una internacionalización de los estudios, de manera que los jóvenes europeos estudien bajo un mismo formato y título. En Sudamérica ¿es esto posible? ¿Es bueno para el Perú? ¿Estamos en el país listos para ello?

–Los acuerdos de Bolonia en 1999 pretendían crear un espacio europeo de educación superior que suscribieron cerca de 50 países con el objetivo de permitir la movilidad internacional de sus estudiantes, docentes e investigadores universitarios mediante una estructura de enseñanza común, la acreditación de los estudios, y un modelo de titulación equivalente para todos. Es perfectamente posible también en Sudamérica, pero previamente cada país tiene que tener su propio sistema de acreditación –que en el Perú aún no hay–, para que a partir de ellos se puedan fijar estándares comunes. Conociendo a Latinoamérica, creo que lo que va a ocurrir es que cada universidad buscará pares reconocidos con quienes acreditarse, antes de llegar a una situación de acreditación generalizada.

–De ser posible, ¿en qué se mejoraría a la educación? De no serlo, ¿qué perderíamos?

–La existencia de estándares externos obliga a las instituciones a autoevaluarse, autocriticarse y luego mejorar para llegar a las metas. Si se llegara a una situación en la que el Estado solo pusiera dinero en carreras acreditadas, o que las empresas solo contrataran egresados de universidades acreditadas, se generaría una presión adicional hacia la superación. No le veo mayores desventajas porque en aquellas carreras en las que la universidad no quisiera acreditarse internacionalmente por las particularidades que esta pudiera tener, y el prestigio local le resulta suficiente, no tendría que hacerlo.

–¿Qué otra dimensión se avecina en el mundo de las acreditaciones?

–Pronto veremos una nueva dimensión de las acreditaciones, que es la de los títulos obtenidos por estudios a distancia con cualquier universidad del mundo. ¿Cómo se valida eso? Los países tendrían que desarrollar sistemas inteligentes para reconocer esos títulos y a la vez evitar las falsificaciones o compras de títulos sin valor. Supongo que surgirán acreditadoras del estilo de las ISO o los certificados internacionales de Microsoft, que son reconocidos por todo el mundo sin importar adónde se haya estudiado, porque es la empresa que los firma la que les da el valor internacional.



UNIVERSIDADES: EVOLUCIONAR O MORIR

León Trahtemberg

(Fuente: http://www.trahtemberg.com/articulos/1308-universidades-evolucionar-o-morir.html)


En una entrevista que me hiciera la revista Caretas para la edición del 02 de octubre del 2008 en la que publicó su segundo informe anual sobre universidades, tuve un interesante diálogo con el redactor que por razones de espacio no salió publicado en su versión extensa, por lo que aquí la reproduzco completa. Espero que sea útil para nuestros lectores.

¿Cuáles son los problemas básicos de la educación universitaria en el Perú?
No puedo generalizar porque hay universidades de todo tipo y calidad, pero sin duda se observa en muchas universidades tres enfermedades: 1) El escaso esfuerzo por la investigación, especialmente en ciencia y tecnología, que es lo que normalmente coloca a los países en la frontera del conocimiento en aquellos campos que priorizan para la investigación. 2). En lugar de estar en la vanguardia creando la agenda del debate sobre el desarrollo -sobre el cual pueden influir-, parecen estar en la retaguardia, analizando y documentando lo que ya pasó -en lo que ya no pueden influir-. 3) Mantienen un notorio aislamiento y mudez social. Las universidades trabajan para adentro, interactúan muy poco con el medio ambiente cultural, social y empresarial, y están ausentes en los debates y propuestas de los grandes temas nacionales. No se ven pronunciamientos de las universidades en temas como medio ambiente, transgénicos, pobreza e inequidad, CVR, narcotráfico, corrupción, etc. Parecen tener anteojeras para ocuparse solamente de su actividad académica o formación profesional sin mirar alrededor. La mudez de las universidades se transforma luego en mudez de sus catedráticos para tocar estos temas dentro y fuera de la universidad.

¿Qué experiencias internacionales existen con problemas similares y cómo los encararon?
En América Latina los golpes militares y regímenes totalitarios aplastaron la voz de las universidades e instalaron el paradigma "no hables, no opines, no te metas, cuida tu pellejo". Pocos se han recuperado de esa represión cultural y cívica. En el Perú eso sigue muy presente. En el primer mundo esto se resuelve de maneras muy sencillas: 1). Toda reforma educativa tiene que pasar por un acuerdo entre empresarios, estado y universidades. 2). El estado y el mundo de la empresa invierten en las universidades para producir investigaciones aplicadas y tecnología, para lo cual además hay incentivos tributarios. 3). Las universidades tienen revistas muy prestigiadas que publican las opiniones institucionales y de sus catedráticos. Organizan eventos académicos de notable interés periodístico donde todo el tiempo editorializan y además sus catedráticos se pronuncian y publican sobre los problemas nacionales y la agenda del futuro. Así, el público tiene a su disposición infinidad de fuentes de opinión muy reputadas y actualizadas que le ayudan a tomar su posición.

¿Cuál es la solución inmediata, mediata y a largo plazo? Creo que pueden ayudar a dar este salto el uso de fondos estatales y privados concursables e incentivos tributarios para que las universidades investiguen los temas de la agenda nacional que están en las prioridades de los ministerios y de las empresas. Lo otro, lo de su indiferencia ética y mudez social, es un problema cultural más profundo. Las universidades deben hacer una seria autocrítica y buscar sus caminos recordando que son el último y privilegiado recinto desde el que los intelectuales y expertos pueden aportar sus ideas al país. Sin ellos, todo el espacio queda ocupado por la propaganda oficial y los reportes periodísticos que tienen un limitado valor académico.

Ante ello, ¿Qué deben hacer hoy las universidades para mejorar su docencia y los universitarios para construirse un mejor futuro? Yo creo que el Perú necesita contar con un centro de altos estudios científicos que agrupe la elite de los investigadores peruanos, para que al juntarse y generar sinergias, -contando con un fuerte financiamiento y empoderamiento científico por parte del estado en alianza con los empresarios-, puedan empezar a producir teorías y patentes que aporten a la ciencia y tecnología mundial y a los emprendimientos peruanos. Su producción, por efecto de chorreo, elevará luego el nivel académico de las universidades peruanas. Así ocurre por ejemplo en Israel con el Instituto Weizman que tiene logros espectaculares a nivel mundial.

Ante el panorama descrito en sus respuestas, ¿Qué deben hacer hoy los universitarios para construirse un mejor futuro? Mientras las universidades peruanas se vayan revolucionando –o modernizando-, sugiero apostar por globalizar la formación del universitario. Creo que tiene mucha ventaja quien hace al menos un post grado en el primer mundo, especialmente en Estados Unidos que es el líder del mundo, pero también puede ser en Australia, Nueva Zelanda, Japón o algún país europeo. Sus universidades lideran la investigación científica y los desarrollos tecnológicos en el mundo de sociedades democráticas afines a las latinoamericanas y tienen fuertes vínculos con el estado y el mundo empresarial. Se ven distintas las cosas desde el 1er mundo que desde el 3er mundo.

LIMITADAS UNIVERSIDADES DE AMÉRICA LATINA
León Trahtemberg

(Fuente: http://www.trahtemberg.com/articulos/1308-universidades-evolucionar-o-morir.html)

¿Cuáles son los problemas básicos de la educación universitaria latinoamericana? No se puede generalizar porque hay universidades de todo tipo y calidad, pero sin duda se observa en muchas universidades tres enfermedades:

El escaso esfuerzo por la investigación, especialmente en ciencia y tecnología, que es lo que normalmente coloca a los países en la frontera del conocimiento en aquellos campos que priorizan para la investigación.

En lugar de estar en la vanguardia creando la agenda del debate sobre el desarrollo -sobre el cual pueden influir-, parecen estar en la retaguardia, analizando y documentando lo que ya pasó -en lo que ya no pueden influir.

Mantienen un notorio aislamiento y mudez social. Las universidades trabajan para adentro, interactúan muy poco con el medio ambiente cultural, social y empresarial, y están ausentes en los debates y propuestas de los grandes temas nacionales. No se ven pronunciamientos de las universidades en temas como medio ambiente, transgénicos, corrupción, pobreza e inequidad, Derechos Humanos, etc. Parecen tener anteojeras para ocuparse solamente de su actividad académica o formación profesional sin mirar alrededor. La mudez de las universidades se transforma luego en mudez de sus catedráticos.

Esto ocurre, entro otras razones, como consecuencia a que en América Latina los golpes militares y regímenes totalitarios aplastaron la voz de las universidades e instalaron el paradigma "no hables, no opines, no te metas, cuida tu pellejo". Pocos se han recuperado de esa represión cultural y cívica.

En el primer mundo el desarrollo universitario se plantea en términos muy diferentes que les dan muchas ventajas frente a las latinoamericanas. 1). Toda reforma educativa tiene que pasar por un acuerdo entre empresarios, estado y universidades. 2). El estado y el mundo de la empresa invierten en las universidades para producir investigaciones aplicadas y tecnología, para lo cual además hay incentivos tributarios. 3). Las universidades tienen revistas muy prestigiadas que publican las opiniones institucionales y de sus catedráticos. Organizan eventos académicos de notable interés periodístico donde todo el tiempo editorializan y además sus catedráticos se pronuncian sobre los problemas nacionales y la agenda del futuro.

Para reformular el enfoque latinoamericano podría ayudar el uso de fondos estatales y privados concursables e incentivos tributarios para que las universidades investiguen los temas de la agenda nacional que están en las prioridades de los ministerios y de las empresas. Lo otro, lo de su indiferencia ética y mudez social, es un problema cultural más profundo. Las universidades deben hacer una seria autocrítica y buscar sus caminos recordando que son el último y privilegiado recinto en el que los intelectuales y expertos pueden aportar sus ideas al país.

En aquellos países en los que hay muchas universidades y escasa investigación lo que se podría hacer para mejorar el nivel de su docencia es empezar instalando al menos un centro de altos estudios científicos que agrupe a la elite de los investigadores nacionales. Estos, juntos, actuando sinérgicamente, pueden generar ciencia y tecnología propia, en la medida que cuenten con un fuerte financiamiento y empoderamiento científico por parte del estado en alianza con los empresarios, con lo que puedan empezar a producir teorías y patentes que aporten a la ciencia y tecnología nacional y mundial. Su producción, por efecto de chorreo, elevará luego el nivel académico de las universidades. Así ocurre por ejemplo en Israel con el Instituto Weizman que tiene logros espectaculares a nivel mundial.