viernes, 22 de enero de 2010

Mario Vargas Llosa en San Marcos

MARIO VARGAS LLOSA EN SAN MARCOS

Caretas (Lima), 3 de mayo del 2001

(En la foto, el Dr. Ricardo Lama Ramírez, rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, felicita al Dr. Mario Vargas Llosa)

Regreso a San Marcos

Discurso por el otorgamiento de Doctor Honoris Causa

TENIA diecisiete años cuando entré a San Marcos a seguir las carreras de Letras y Derecho, la primera por vocación y la segunda por resignadas razones alimenticias. Mi ingreso a esta Universidad fue una manifestación de rebeldía. Mi familia hubiera preferido que estudiara en la Católica, donde iban los jóvenes de "buena familia", donde se trenzaban relaciones provechosas para el futuro, y donde los estudiantes estudiaban, en vez de hacer huelgas y política.

Corría 1953 y, en esa época, hacer política era una actividad subversiva en el Perú. La dictadura de Odría (1948-1956) la había prohibido, además de poner fuera de la ley a todos los partidos, con excepción del suyo. Una Ley de Seguridad Interior sancionaba a los infractores con penas severísimas. La censura tenía embozados a radios y diarios, que rivalizaban en la exaltación áulica del régimen. Con muchos opositores presos y exiliados, y algunos asesinados, la dictadura creía haber impuesto a la sociedad peruana ese letargo cívico que es el ideal y el sustento del autoritarismo.

San Marcos era una de las excepciones a este estado de sonambulismo político. El año anterior, 1952, los estudiantes se habían enfrentado a Odría con una huelga que fue reprimida con violencia, y que, decían, causó la muerte del Rector Pedro Dulanto. A raíz de ella, hubo una nueva racha de detenciones y exilios. Los patios de Letras y Derecho pululaban de policías disfrazados de estudiantes, enviados allí como espías por Esparza Zañartu, el Vladimiro Montesinos de entonces, aunque, comparado con este desmesurado rufián, aquél, que nos parecía tan siniestro, era un niño malcriado. Pese a todas estas medidas para domesticar a San Marcos, la Universidad se resistía al avasallamiento, y, en la clandestinidad, hacía política. De este modo, salvaba la dignidad de un país buena parte del cual, por falta de convicciones democráticas, oportunismo o cobardía, aceptaba -como lo haría durante las dictaduras de Velasco y de Fujimori- que una casta de felones lo privara de su libertad.

Contrariamente a la mitología, el grueso de los sanmarquinos no se interesaba en la política, aunque en ciertas circunstancias se dejara arrastrar a mítines que decidía una pequeña minoría. Pero esta minoría tenía la sensación, probablemente exacta, de que, aunque la mayoría se abstuviera del quehacer político, contaba con su aval. En comparación con lo que ocurriría después en la historia peruana, la radicalización ideológica de los sesenta y setenta, la lucha subversiva y las acciones terroristas de los ochenta, nuestros empeños de los cincuenta fueron bastante benignos. No iban más allá de imprimir volantes, publicar un periodiquito clandestino, formar círculos de estudios marxistas y, de manera directa e indirecta -academias, centros federados, entidades culturales- ganar adeptos para la revolución. Y discutir, interminablemente, comunistas y apristas, apristas y trotskistas, comunistas y trotskistas, pues hasta discípulos de León Davidovich había en las catacumbas de San Marcos. Cuando digo discutir, hablo de enérgicos intercambios de ideas, pero, también, de consignas y exabruptos, y, a veces, ay, hasta de cabezazos y patadas.

Nosotros éramos menos que los apristas pero más que los trotskistas, aunque sin duda no muchos más, y, en todo caso, resultaba imposible saberlo, debido a un sistema compartimentado de organización, diseñado contra la infiltración policial. Este sistema que, más tarde, leyendo a Conrad, me haría soñar retroactivamente haber participado, en la adolescencia, de esas aventuras de conspiradores que pueblan sus historias, nos hacía sentir los esforzados combatientes de un ejército en las sombras, preparando, como los héroes de André Malraux, un mundo mejor.

El Grupo Cahuide era el último vestigio de un partido comunista segado por la represión y por la traición de un puñado de dirigentes que se vendieron a Odría. Yo no creo haber conocido a más de una quincena de miembros y mi militancia en sus filas no duró mucho, pero, sin embargo, aquella experiencia me marcó, me educó, me ilusionó y me defraudó de una manera tan

profunda, que nunca se me ha olvidado. No la puedo rememorar sin emoción, pues muchas de las cosas que ahora creo, defiendo o aborrezco, tuvieron su semilla en aquella aventura juvenil. Éramos bastante sectarios -el dogma en esos años de ortodoxia estalinista asfixiaba-, pero actuábamos con idealismo, animados por un ardiente anhelo de poner fin al atraso, la injusticia y el despotismo en el Perú. Por eso, dedicábamos a la revolución tanto o más tiempo que a las clases. Pero, para muchos de nosotros, la revolución, antes que tomar por asalto, otra vez, muchas veces, el Palacio de Invierno, era una cuestión de ideas, de libros, de entender, a la luz de la doctrina que había prestigiado José Carlos Mariátegui, y que parecía una llave mágica para conocer las leyes de la historia, la manera más eficaz de transformar la sociedad. Como esos libros prohibidos no se estudiaban en las aulas, y había que procurárselos bajo mano, los estudiábamos en garajes, sótanos, altillos y hasta en parques públicos, en sesiones de las que salíamos roncos de tanto discutir.

Aunque los años nos han ido aventando a todos por direcciones diferentes, y a la mayoría de estos compañeros -perdón, camaradas- no los he vuelto a ver, ellos figuran entre mis irreductibles recuerdos sanmarquinos. Héctor Béjar, mi primer instructor en el círculo y su aterciopelada voz de locutor; Podestá, Martínez, Antonio Muñoz. Pero, sobre todo, Lea Barba y Félix Arias Schreiber, con quienes conformamos un trío irrompible. Nos tomaba media hora caminar desde San Marcos a casa de Lea, en Petit Thouars; una hora más hasta la de Félix, en la avenida Arequipa; y a mí, solo, una última media hora hasta la calle Porta. Eran unas caminatas efusivas, dialécticas, entrañables, de intensos intercambios y ferviente amistad, la que por cierto no impedía la pugnacidad crítica. Todavía recuerdo de mi desazón de aquella noche, en que Félix, luego de una violenta discusión sobre el realismo socialista, me lapidó de esta manera: "Eres un subhombre".

Nunca me he arrepentido de aquella decisión de ingresar a San Marcos, atraído por esa aureola de institución laica, inconformista y crítica que la rodeaba, y que a mí me seducía tanto como la perspectiva de seguir los cursos de algunas célebres figuras que en ella profesaban. La obligación de una universidad no puede ser sólo la de formar buenos profesionales, y menos en un país con los problemas básicos de la civilización y la modernidad sin resolver. Es igualmente imprescindible que contribuya a formar buenos ciudadanos, hombres y mujeres sensibles respecto a la sociedad en que viven, alertas a sus retos, a sus abismales disparidades, y conscientes de su responsabilidad cívica. Una universidad que evita la política es tan defectuosa como aquélla donde sólo se hace política. No era el caso de San Marcos cuando yo frecuenté sus aulas, entre 1953 y 1958. No todavía.

Además de tomar las primeras lecciones de civismo y militancia, en la nerviosa clandestinidad, con mis amigos de Cahuide, y de participar en innumerables mítines relámpago contra Odría en el Parque Universitario, La Colmena y la Plaza San Martín, que venían a romper los manguerazos de agua pútrida del aparatoso Rochabús, en mis años de sanmarquino leí y estudié mucho, y puedo asegurar que a la sombra de los portales y palmeras del patio de Letras se forjó mi vocación de escritor. Cuando entré en San Marcos, era un muchacho que amaba la literatura, lleno de incertidumbre sobre mi porvenir. Cuando salí, el adolescente confuso se había convertido en un joven convencido de que su destino era escribir y resuelto a hacer lo imposible para lograrlo.

La literatura estaba en el aire de la Facultad, no sólo en las clases y en la polvorienta biblioteca. Se la vivía también a plena luz, cada mediodía, cuando acudían los poetas, los narradores, los dramaturgos, reales o en ciernes, pues el patio de Letras funcionaba como el cuartel general de la literatura peruana. Escuchando a esos adelantados, el primerizo aprendía sobre autores indispensables, libros claves y técnicas de vanguardia, tanto o más que en las clases. Allí oí yo a Carlos Zavaleta mencionar por primera vez a William Faulkner, que sería desde entonces uno de mis autores de cabecera. Y allí descubrí a Joyce, a Camus, a John Dos Passos, a Rulfo, a Vallejo, a Tirant lo Blanc. Allí oí hablar por primera vez de Julio Ramón Ribeyro, que ya vivía en Europa, y conocí a Eleodoro Vargas Vicuña, el autor de los delicados relatos de `Nahuín'; y al impetuoso Enrique Congrains Martín, un ventarrón con pantalones que fue, antes de narrador, inventor de un sapolio para lavar ollas, y luego, de muebles de tres patas, y que editaba y vendía sus libros, de casa en casa y de oficina en oficina, en contacto personal con sus lectores. Y allí pasamos muchas horas discutiendo sobre Sartre, Borges, Les Temps Modernes parisinos y la revista Sur de Buenos Aires, con Luis Loayza y Abelardo Oquendo, que, aunque de la Católica, venían también a las tertulias peripatéticas del patio de Letras. Allí me pusieron mis amigos el apodo de "El sartrecillo valiente" que me llenaba de felicidad. En verdad los narradores estaban en minoría, proliferaban sobre todo los poetas: Washington Delgado, Carlos Germán Belli, Pablo Guevara, Alejandro Romualdo, y algunos que eran ya críticos y profesores, como Alberto Escobar. El teatro no estaba tan bien representado, aunque algunas mañanas hacía sus rápidas apariciones por el patio de Letras, con una galante rosa roja en la mano para homenajear a una estudiante de la que estaba prendado, el afilado perfil de Sebastián Salazar Bondy, hombre de teatro, de poesía, de relatos, crítico, divulgador y promotor de cultura, que sería, años después, íntimo amigo.

Enseñar en San Marcos era entonces prestigioso desde el punto de vista social y hasta mundano y sus facultades contaban con las figuras más destacadas de cada disciplina y profesión. Abogados, médicos, economistas, farmacéuticos, dentistas, químicos, físicos, psicólogos, y, por supuesto, los humanistas de todas las especialidades, tenían, como suprema distinción de su carrera, enseñar en San Marcos. Y por eso, aunque los sueldos fueran escuálidos y las condiciones de trabajo sacrificadas, la Universidad podía jactarse de ofrecer a los estudiantes que supieran aprovecharla, la más enjundiosa preparación intelectual.

La mejor universidad del Perú, académicamente hablando, era entonces la más popular. Pues, en sus facultades abiertas a todos los sectores sociales, convivían muchachas y muchachos a los que las diferencias de fortuna y condición difícilmente hubieran permitido acercarse y conocerse fuera del recinto universitario. Luego, la explosión demográfica estudiantil, las crisis económicas y políticas y la multiplicación de centros de enseñanza superior, han ido desapareciendo esa composición multiclasista y multisectorial que todavía tenía San Marcos cuando yo fui sanmarquino. Hoy, el paisaje universitario se ha descentralizado de manera notable, lo que es magnífico. Pero no lo es que este paisaje reproduzca, al milímetro, los grandes abismos de ingreso y de cultura que separan a los peruanos. Y que en algunos de esos centros, precisamente los de más alto nivel técnico y profesional, los estudiantes vivan a veces en una campana neumática, sin enterarse de los grandes conflictos y traumas del Perú, ni codearse con quienes más los padecen.

En los años cincuenta, San Marcos era aún, en formato reducido, una réplica bastante aproximada de la sociedad peruana y este hecho resultaba, de por sí, pedagógico. Los problemas del Perú repercutían en sus aulas, reverberaban en sus patios, contaminaban sus laboratorios y seminarios, a través de la procedencia versátil de los estudiantes, e impregnaban íntimamente los estudios, las relaciones personales y la marcha de la institución. Fuera cual fuera la especialidad elegida, los sanmarquinos recibían, en sus años universitarios, un curso acelerado sobre la problemática peruana.

Si mencionara a los profesores de San Marcos a los que debo algo, la lista sería larga. Pero quiero hacer un recuerdo especial de Raúl Porras Barrenechea, con el que, además de ser alumno, tuve el privilegio de trabajar, en su casita de la calle Colina invadida de libros y quijotes, de lunes a viernes, todas las tardes, cerca de cinco años. En España, en Francia, en muchos lugares me ha tocado escuchar a sabios expositores, a eminentes maestros. Por ejemplo, a Marcel Bataillon, reconstruyendo, en el Colegio de Francia, los días finales del Incario como si hubiera estado allí, ante un auditorio extasiado con la elegancia de su exposición; o a Dámaso Alonso, en la Complutense de Madrid que, no cuando explicaba filología, sino cuando desmenuzaba un poema de Quevedo, de San Juan de la Cruz o de Góngora, se tornaba un delicado relojero de la lengua, un verdadero rabdomante en pos de aquella humedad íntima del ser donde, según él, nace la poesía. Pero ni ellos, ni ningún otro, fulguran en mi memoria como mi maestro sanmarquino de manos pequeñas, ojos azules y barriguita prominente, que, cuando subía a su pupitre, armado con su panoplia de fichas atiborradas de letras microscópicas, como patitas de araña, y comenzaba a hablar, se convertía en un gigante. A su llamado acudían, prestos, luminosos, diáfanos, los grandes y menudos hechos del pasado peruano. Porras no era un orador, si orador quiere decir regurgitar banalidades y lugares comunes con voz arrulladora y ademanes de domador de circo. Era un sutil expositor, cuyo dominio del idioma daba a su exposición una fluidez de río sereno y poderoso, una gran precisión y sutileza enriquecida por la gracia. Lo que él decía estaba dicho con desenvoltura, ironía, color; pero, además, se apoyaba en una investigación rigurosa y personal de cada tema, de modo que, escuchándolo, sus alumnos teníamos, junto al deslumbramiento por la riqueza de la aventura histórica, la certeza de que aquello no era repetición, enseñanza ya sabida, sino historia gestándose ante nuestros ojos y oídos, en el salón de clases.

El Perú, "un país antiguo", como decía José María Arguedas, alcanzó algunas veces en su historia milenaria, la grandeza y la fuerza, aunque nunca, por desdicha, la justicia y la libertad, inseparables de esa flora todavía exótica en su suelo: la cultura democrática. San Marcos es uno de los emblemas de los períodos de auge en la historia nacional. Es la primera universidad que la corona española fundó en América, hace cuatrocientos cincuenta años, con la intención de que fuera un foco espiritual que irradiara sobre todo el continente, un centro neurálgico de recepción, creación y transmisión de la cultura, un semillero de ideas y valores, una formadora de eminencias. Eso ha sido San Marcos en los mejores momentos, cada vez que resucitaba de esas crisis que parecían a punto de extinguirla. Y eso deberá volver a ser en el futuro, cuando, y si, como en un cuento de Borges, el Perú se encuentra por fin, alguna vez, con su escurridizo destino.




Corrupción y universidad


Más artículos sobre la corrupción

TRANSPARENCIA INTERNACIONAL

TRANSPARENCY INTERNATIONAL, The global cualition against corruption

http://www.transparency.org/

Corruption Perceptions Index 2009

 The Corruption Perceptions Index (CPI) table shows a country's ranking and score, the number of surveys used to determine the score, and the confidence range of the scoring.

 The rank shows how one country compares to others included in the index. The CPI score indicates the perceived level of public-sector corruption in a country/territory.

 The CPI is based on 13 independent surveys. However, not all surveys include all countries. The surveys used column indicates how many surveys were relied upon to determine the score for that country.

 The confidence range indicates the reliability of the CPI scores and tells us that allowing for a margin of error, we can be 90% confident that the true score for this country lies within this range.

El Índice de Percepción de Corrupción

 El Índice de Percepción de Corrupción (IPC) de la tabla muestra el ranking de un país y la puntuación, el número de encuestas utilizadas para determinar la puntuación, y el margen de confianza de la puntuación.

 El rango se muestra cómo un país se compara con otros incluidos en el índice. La puntuación del IPC indica el nivel percibido de corrupción del sector público en un país o territorio.

 El IPC se basa en 13 estudios independientes. Sin embargo, no todas las encuestas incluyen todos los países. Las encuestas utilizadas columna indica cómo muchas encuestas fueron invocados para determinar la puntuación de ese país.

 El intervalo de confianza indica la fiabilidad de los resultados del IPC y nos dice que permite un margen de error, podemos estar seguros de que el 90% de la puntuación de cierto en este país se encuentra dentro de este rango.

PERÚ ESTÁ EN EL PUESTO 75, ES DECIR, CALIFICADO COMO UNO DE LOS PAÍSES DE ALTA CORRUPCIÓN. PAÍSES CON CORRUPCIÓN CON TENDENCIA A CERO: NUEVA ZELANDIA, DINAMARCA, SINGAPUR, SUECIA, SUIZA.

¿Qué es el Índice de Percepción de Corrupción?

El Índice de Percepción de Corrupción (IPC) mide el nivel percibido de corrupción del sector público en 180 países y territorios de todo el mundo. El IPC es una "encuesta de encuestas", sobre la base de 13 diferentes expertos y encuestas de empresas.

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PSICOLOGIA DE LA CORRUPCION EN UNIVERSIDADES

Alvaro González Riesle

www.arcastilla.org/.../psicologia_de_la_corrupcion_alvaro_gonzales.doc

Aplicando el método de solución de problemas, se estructura un cuerpo de información relativa a la problemática mundial de la corrupción en las universidades. El procedimiento incluye el análisis de sus características, causas, consecuencias y posibles soluciones. Se sugieren lineamientos de acción del psicólogo para colaborar en este propósito.

Palabras clave: Corrupción, universidades.

A corpus of information on the worldwide problem of universities’ corruption is analyzed by means of applying the problem-solving method. The procedure includes the description of its characteristics, causes, consequences and its possible solutions. Some action lines for psychologists are suggested, aimed at contributing to this purpose.

Key words: Corruption, universities.

Las manifestaciones de la corrupción pueden ser observadas a nivel mundial en las áreas más diversas del quehacer humano. Ejercen sus efectos deletéreos en la Administración Pública y la Privada, y en todos los niveles del sistema educativo. A ello no escapa la Educación Superior, la cual, debido a su rol rector en la sociedad, y por constituir un centro de producción de líderes para una nación, requiere de una atención preferente para efectos de aplicación de estrategias que contribuyan a reducir la influencia destructiva de este fenómeno.

Para tal efecto, estimamos que el método de solución de problemas constituye un útil instrumento que brinda una secuencia de pasos para el análisis del cuerpo de información existente sobre este tema y que incluye: (a) El Reconocimiento del Problema (Descripción de características, causas y consecuencias) y (b) Lista de posibles soluciones.

¿Qué es la Corrupción?

En un sentido amplio, se entiende por corrupción la perversión: el cambio del bien al mal. En sentido estricto, se refiere a un comportamiento que se desvía (Nye, 1967) de los deberes formales de un cargo público, debido a consideraciones: (a) Privadas: Personales, vínculos familiares o compadrería; (b) Pecuniarias, o (c) De mejoramiento de status, o que viola los reglamentos debido a ciertos tipos de presión o de influencias personales.

¿Cuándo puede decirse que un funcionario actúa corruptamente?

Ello ocurre cuando el funcionario (Bayley, 1966; McMullan, 1961; Nye4, 1967; Tilman, 1968):

a. Viola con sus actos su responsabilidad hacia por lo menos un sistema de orden público o cívico, y es, de hecho, incompatible o destructivo de tal sistema.

b. Viola reglas contra el ejercicio de cierto tipo de influencia.

c. Hace uso indebido de su autoridad

d. Considera a su puesto como si fuera un negocio.

e. Favorece a quines le dan recompensa.

f. Permite que en su toma de decisiones primen consideraciones de ganancia personal, status o prestigio o ventajas para su familia, argolla o partido.

¿Cuán extendida está la corrupción en el mundo?

Si hemos de creer a las evaluaciones de Transparencia Internacional (2007), este fenómeno registra manifestaciones en todo el mundo, con diversas intensidades. Los países que parecen estar menos afectados son: Nueva Zelanda y cuatro países escandinavos: Dinamarca, Finlandia, Suecia e Islandia. Un país asiático: Singapur, comparte el sitial de honor. Las naciones más afectadas pertenecen al Tercer Mundo: Haití, Irak, Somalía y Myanmar.

Entre los países latinoamericanos, (ANSALATINA, 2007) Chile ocupó el mejor puesto (22), seguido por Uruguay (25), Cuba (61), El Salvador (67), Colombia (68), México (76), Perú (77), Brasil (78), Panamá (96) y la República Dominicana (99).

Los países latinoamericanos con peor puntuación por la percepción de corrupción fueron: Argentina (105), Bolivia (109), Guatemala (113), Guyana (123), Nicaragua (126), Honduras (136), Paraguay (140), Ecuador (158) y Venezuela (167).

¿Son las universidades inmunes a la corrupción?

A nivel mundial, todo hace pensar que tal inmunidad no existe. Se han recopilado testimonios de la existencia de las más diversas manifestaciones de conductas corruptas en las Américas, Europa, Asia y África. (La Tabla véase en www.arcastilla.org/.../psicologia_de_la_corrupcion_alvaro_gonzales.doc

¿Cómo se manifiesta la corrupción en las universidades?

Las conductas corruptas detectadas en el medio académico pueden clasificarse (Rumyantseva, 2005 ) en: (a) Las que involucran a los estudiantes como agentes y afecta directamente sus valores, creencias y oportunidades en la vida , y (b) Las que no involucran a estudiantes como agentes y los afecta limitadamente.

La corrupción con involucramiento directo de estudiantes puede darse en el intercambio que ocurre entre estudiantes y profesores, administradores y empleados, tanto en el área de Académica como en la de los Servicios.

En el ámbito específico de la interacción estudiante-profesor, el estudiante adopta el rol de agente en el acto de corrupción cuando ofrece dinero al profesor por una nota de examen y el profesor acepta y otorga una buena nota aunque el estudiante no tenga un conocimiento adecuado o también cuando el estudiante le paga al profesor por conseguir el texto de los exámenes.

En sentido contrario, el profesor puede tomar la iniciativa, vendiéndole una monografía al estudiante, permitiendo el plagio en los exámenes, castigando al los alumnos con notas desaprobatorias cuando no compran el libro del profesor o exigiendo a los estudiantes pagos monetarios o favores sexuales a cambio de obtener notas aprobatorias. Otra modalidad puede darse cuando el profesor otorga una nota baja al estudiante que conoce realmente la materia, recomendando una tutoría privada a cargo del mismo profesor. Más tarde, lo aprueba estudiante sin preocuparse de cuánto aprendió efectivamente.

Cuando se trata de la interacción entre administradores de la universidad y los estudiantes, puede darse el caso que el Administrador cobra a la familia del estudiante una coima por facilitarle el ingreso a la universidad o para darle acceso al alojamiento de la universidad, saltándose la lista de espera. Y cuando sus notas son bajas debido a que es de aprendizaje lento, le cobra por “ayudarlo” a obtener buenas notas en todas las materias, ordenando a los docentes relacionados que lo aprueben. Puede además otorgarle títulos sin haber cumplido con los requisitos de creditaje.

Cuando están de por medio los intereses políticos, el administrador puede permitir la permanencia indefinida en la universidad de estudiantes políticos, matriculados en múltiples carreras para poder lanzarse como candidatos en las elecciones estudiantiles y de este modo capturar o mantener el poder.

Los empleados de las universidades pueden participar en la corrupción cuando falsifican certificados de secundaria para facilitar el ingreso a la universidad, o cuando cobran al estudiante por certificados de estudios cuyo otorgamiento se supone que es gratuito. Ocurre ello asimismo cuando acceden a borrar notas desaprobatorias de los records de los estudiantes y falsificar diplomas al egreso de la universidad.

En las relaciones de postulantes universitarios con organizaciones del entorno de la universidad se han descrito casos de suplantación de postulantes en el examen de ingreso y, habiendo ya ingresado, casos en los que los estudiantes obvian el esfuerzo de elaborar sus propias tesis comprando tesis hechas.

En una segunda gran área de corrupción académica sin involucramiento directo de los estudiantes (Rumyantseva, 2005) ,las conducta observadas se agrupan en los rubros de corrupción en : (a) La Gestión; (b) La Contratación de Personal y (c) El Uso de Fondos Públicos para fines privados.

La Corrupción en la Gestión incluye acciones tales como las de pagar coimas para obtener una licencia para abrir una nueva universidad ,o presionar a los investigadores para que no publiquen o para que modifiquen sus resultados de modo tal que los intereses de empresas auspiciadoras no se vean amenaza dos. La iniciativa puede venir también de las empresas auspiciadoras, tal como se refleja en el caso de una productora de cigarrillos que paga a investigadores universitarios para que publiquen un trabajo en donde se minimicen los riesgos del hábito de fumar.

A ello se agrega el plagiar los trabajos de otros investigadores u hostilizar a un investigador por negarse a compartir el mérito de una investigación con su superior.

La Contratación de Personal exhibe a su vez un conjunto de prácticas corruptas, tales como el contratar a los profesores sin tener las calificaciones requeridas, utilizar su influencia política para lograr el ingreso de protegidos a la universidad o rechazar la contratación de un profesor con un Currículum Vitae mejor que el del Jefe del Departamento, para evitar la competencia, o permitir que los profesores cobren sueldo sin asistir a clase.

El nombramiento de profesores contratados puede estar contaminado cuando se decide de antemano y previamente a la realización de un concurso a qué profesor se va a nombrar, sobre una base arbitraria y sin considerar los méritos del involucrado.

Cuando se trata del uso de fondos públicos para fines privados, se registra toda una variedad de acciones de aprovechamiento del presupuesto universitario para favorecer a particulares. Un caso ilustrativo es el permitir que los deudos sigan cobrando cheques de profesores fallecidos.

¿Qué factores originan la corrupción en las universidades?

Las raíces de la corrupción académica (Janashia, 2004) pueden detectarse en la influencia ejercida por factores: (a) Políticos; (b) Educacionales; (c) Económicos; (d) Administrativo-Estructurales; (e) Procedimentales y los referentes a (f) Recursos Humanos.

a. Factores Políticos: Una política educativa nacional que permite la proliferación de instituciones que incrementan el número de diplomas de dudosa calidad y de especialista inadecuadamente prepara dos abona el campo para prácticas corruptas.

b. Factores Educacionales: Una escasa calidad de la educación secundaria, que no prepara adecuadamente a los estudiantes para el ingreso a las universidades contribuye a crear condiciones favorables par que aquellos estudiantes que se sienten que sus aptitudes se encuentran en un nivel substandard, recurran a medios vedados para ingresar y mantenerse en los estudios universitarios.

c. Factores Económicos: Una situación de falencia económica a nivel nacional reduce frecuentemente la asignación de fondos para la educación en general y la educación superior en particular, lo que origina una merma en los salarios de los docentes y administradores, tornándolos mas proclives a aceptar coimas que complementen sus escasos ingresos.

d. Factores Administrativo-Estructurales: La probabilidad de brotes de corrupción es mayor cuando las responsabilidades de rectores y administradores están escasamente definidas y se carece de códigos de conducta, y de políticas para normar tanto la práctica profesional correcta como las conductas desviadas y cuando existen escasos incentivos para el desempeño académico mejorado y eficiente.

e. Factores Procedimentales: La ausencia de un sistema nacional para evaluar las instituciones de educación superior y de mecanismos de evaluación de las universidades, que garanticen la calidad y la disponibilidad de datos públicamente asequibles sobre la calidad de instituciones de educación superior priva al país de elementos de juicio adecuados para decidir dónde enviar a estudiar a su juventud, con el convencimiento de que el clima organizacional otorgue primacía a reglas de equidad e igualdad de oportunidades académicas.

f. Factores relativos a Recursos Humanos: Cuando una universidad carece de un clima organizacional que conduzca al crecimiento profesional, donde priman las pautas culturales de la viveza criolla, que hacen del plagio y del soborno prácticas ampliamente aceptadas ,así como las del nepotismo, que facilita que las lealtades personales y familiares superen los principios y valores impersonales y legales y que torna culturalmente aceptable el utilizar los lazos familiares y políticos para la promoción académica o profesional.

¿Qué consecuencias produce la corrupción universitaria?

Las consecuencias de la corrupción (Janashia, 2004) pueden clasificarse en las categorías de: (a) Sociales; (b) Administrativo-Estructurales; (c) De Recursos Humanos.

a. Consecuencias Sociales: En el ámbito estrictamente organizacional, la corrupción ejerce un efecto pernicioso en todos los aspectos de una universidad. A su vez, una universidad corrupta debilita más que fortalece la cohesión social de una nación, socavando la fuente de la que las naciones seleccionan sus futuros líderes, cuando interfiere en el proceso de selección en la educación superior; reduciendo la confianza pública en los procesos y productos de la universidad y del propósito académico; y desvalorizando los grados y títulos, así como la calidad de los profesionales egresados.

Mas aún: atenta contra la salud y la seguridad públicas, permitiendo que médicos, maestros y otros profesionales que han comprado sus grados o licenciaturas ejerzan su profesión y distorsiona la cultura cívica, lacerando la reputación de equidad normalmente asociada con un estable cimiento educativo y alimenta una cultura de cinismo acerca de la nación y sus presuntas virtudes cívicas.

b. Consecuencias Administrativo-Estructurales: La corrupción disminuye la eficacia y la calidad de la educación superior e inhibe el acceso de los pobres a la misma a través de una distribución inequitativa de oportunidades; conduce al mal uso de los escasos recursos públicos y destruye el concepto de meritocracia y del logro académico honesto.

c. Recursos Humanos: Conduce a la frustración y daña la moral de los estudiantes y de los profesores, socava la cohesión institucional y destruye la confianza entre los miembros de la comunidad universitaria.

En el mismo sentido, debilita los incentivos que motivan a los jóvenes a trabajar duro, a la vez que les enseña que existen modos más fáciles de lograr el éxito: la juventud llega a creer que el plagiar y el sobornar es una forma aceptable de avanzar en sus carreras.

¿Qué estrategias podrían ponerse a prueba para reducir la corrupción en las universidades?

Conservando la taxonomía de Rumyantseva (2005) recogemos la contribución de Collier (1997), quien sugirió un conjunto de acciones contribuyentes a mitigar esta patología social y organizacional que podría considerarse como un “carcinoma cerebral” que aqueja a un órgano crítico para el funcionamiento eficaz de una sociedad tal como lo es una universidad.

1. CORRUPCIÓN CON INVOLUCRAMIENTO DE ESTUDIANTES:

a. Comunicación: Definir claramente a nivel del campus lo que constituye la corrupción académica, cuáles serán las consecuencias de las infracciones y quién será responsable por combatir las prácticas corruptas.

b. Relaciones Interpersonales: Prohibir tutorías a cargo del propio profesor de la asignatura desaprobada por el alumno.

c. Valores: Redefinir misiones institucionales y esbozar códigos de honor para estudiantes, docentes, administradores y empleados que subrayen la calidad, la integridad académica y la honestidad. Establecer un Reglamento Interno con sanciones taxativas para los actos de corrupción, así como procedimientos concretos-tales como Tribunales de Honor- a activarse en caso de presentarse este tipo de eventos. Divulgar los Códigos y Reglamentos durante los periodos de orientación al ingreso a la universidad de alumnos, docentes, administradores y empleados, utilizando lenguajes y procedimientos simplificados.

d. Control: Crear transparencia en el sistema y desarrollar sistemas de monitoreo y evaluación del progreso hacia la reducción de la corrupción, tales como los sistemas de identificación rápida para el examen de ingreso que impidan la suplantación. Informatizar los records de calificaciones académicas y diseñar certificados y diplomas con marcas de seguridad que los tornen infalsificables y evitar el cobro por diplomas y certificados. A ello puede agregarse la creación de un registro unificado e informatizado de tesis de todas las universidades peruanas que impida el plagio de tesis.

e. Evaluación: Asegurar que en el proceso de evaluación los criterios de juicio estén claramente establecidos, informatizando los exámenes de ingreso y encargando su elaboración a grupos mixtos integrados por los profesores de las materias (expertos en el contenido) y psicólogos educacionales (expertos en el método de diseño de exámenes). Asimismo, crear mecanismos de seguridad para garantizar la confidencialidad de los exámenes de ingreso y de conocimientos pertenecientes a cada asignatura. A ello debería agregarse el diseño de procedimientos de exámenes que impidan conductas de plagio y el asegurar que los cursos sean regularmente evaluados.

f. Poder: Establecer límites a los poderes de los equipos de alta dirección, dándole a esta información la requerida publicidad.

g. Asignación de recursos: Dotar a la biblioteca de suficiente número de copias de libros de textos y crear un sistema de alquiler módico de libros de texto por el semestre.

h. Política partidaria: Desalentar la actividad política partidaria en las universidades impulsados predominantemente por una necesidad de poder y de utilización de la universidad como centro de irradiación ideológica monopolizada por un solo partido. Al mismo tiempo: alentar los eventos de análisis político en los que la Universidad se pronuncie brindando soluciones creativas a los problemas nacionales.

2. CORRUPCIÓN SIN INVOLUCRAMIENTO DE ESTUDIANTES (Collier, 1997):

Se sugieren las siguientes acciones:

a. Acreditación: Creación de un sistema de acreditación caracterizado por su transparencia.

b. Asignación de fondos: Perfeccionar continuamente la calidad de la administración de modo tal que se incremente la racionalidad en la asignación de fondos.

c. Relaciones Interinstitucionales: Promover la competencia entre universidades y del apoyo del sector privado para financiar la educación superior.

d. Diseño Curricular: Rediseñar y racionalizar programas académicos.

e. Investigación: Crear una línea de investigación sobre corrupción en universidades mediante encuestas que involucren todos los estamentos de la universidad.

f. Selección: Rodearse de colaboradores promisores que contribuyan a empujar las fronteras del conocimiento.

g. Motivación: Establecer metas de desempeño. Mejorar las remuneraciones para proveer incentivos por incremento de la productividad.

h. Supervisión: Asegurar que los docentes no solo sean competentes en materia de conocimientos e instrucción sino también escrupulosos en su persistente presión hacia el chequeo de la evidencia, explorando las premisas en el juicio crítico de aprendizaje.

i. Relaciones interpersonales: Ser particularmente escrupuloso en lo relacionado con el trato equitativo y en el honrar logros específicos. Tratar a los colegas de todos los niveles con un grado de respeto formal y reconocimiento de su trabajo, asegurando que el profesor individual con ideas originales tenga un espacio para desarrollarlas, pero también salvaguardando la posición del colega obstinadamente conservador.

j. Valores: Redefinir misiones institucionales y diseñar códigos de honor que subrayen la calidad, la integridad académica y la honestidad.Respetar rigurosamente los derechos de autor de los investigadores.

k. Actitudes: Crear un consenso para resistir institucionalmente las presiones políticas externas.

l. Control: Llevar un control computerizado de la asistencia de docentes, administradores, empleados y alumnos.

m. Sanciones: Separar inmediatamente de la universidad a miembros a quienes se les compruebe una conducta deshonesta.

n. Poder: Empoderar a los profesores y estudiantes para tomar iniciativas que combatan la corrupción.

.¿Cómo utilizar la información aquí sistematizada?

Con el fin de estimular la creatividad y la introducción de innovaciones en el diseño y aplicación de estrategias anticorrupción en la Educación Superior, el subsistema universitario puede promover Congresos y Talleres sobre el tema de Corrupción Universitaria, utilizando el esquema arriba desarrollado como punto de partida para la reflexión, incluyendo el análisis de casos, proyectos, planes e informes de implementación exitosa de estrategias de este género.

¿Qué podemos hacer los Psicólogos para contribuir a reducir la corrupción en las universidades?

Son muchas las acciones que los psicólogos pueden llevar a cabo para el desarrollo de un clima organizacional ético en la universidad. Su intervención podría ser especialmente importante en áreas como las siguientes:

a. Valores: Contribuir al diseño de un clima organizacional basado en valores de excelencia académica y respeto por las personas, por sus derechos y por los logros alcanzados, aplicando metodologías dirigidas a la elaboración de Códigos de Ética, estructurados a partir de las percepciones de los diversos estamentos que integran una comunidad académica, e incluyendo su análisis y discusión en programas especiales de Inducción, a aplicarse inmediatamente después del ingreso a la institución de estudiantes, profesores, administradores y empleados.

Adicionalmente, los psicólogos pueden asesorar a los Tribunales de Honor a crearse para juzgar casos de transgresiones al Código de Ética.

b. Diseño Curricular: Contribuir a la implantación de un currículo de estudios basado en el Enfoque por Competencias.

c. Evaluación de Personal: Participar en el diseño de procedimientos de selección y evaluación de personal docente y administrativo, creando instrumentos válidos y confiables con el fin de optimizar la calidad de los recursos humanos ingresantes.

d. Evaluación Académica: Participar en equipos multidisciplinarios encargados de diseñar exámenes de ingreso, aportando las técnicas mas modernas y científicas de evaluación de conocimientos, aptitudes y rasgos de personalidad.

e. Motivación: Participar en el diseño de programas de incentivos para todos los estamentos de la comunidad académica.

f. Investigación: Investigar sobre las modalidades de conductas de plagio difundidas en instituciones de educación superior.

g. Desarrollo Organizacional: Aplicar programas de desarrollo organizacional en las universidades, dirigidos a elevar la productividad, la satisfacción y la creatividad académicas en todos los estamentos que las integran y concentrándose en las áreas: Administrativo Estructural, Flujos de Operaciones y Recursos Humanos.

En suma:

La información recolectada nos permite señalar que la Psicología tiene un rol de especial gravitación en la concertación de esfuerzos multidisciplinarios para la lucha contra la corrupción. Creemos que el nivel de éxito que pueda alcanzarse repercutirá favorablemente en los niveles de confiabilidad que la imagen de la universidad inspire en la población peruana y en la elevación de la calidad de la formación profesional, así como de su eficacia en la ampliación de las fronteras del conocimiento y su aporte a la humanización de la sociedad peruana.

Referencias, véase en:

www.arcastilla.org/.../psicologia_de_la_corrupcion_alvaro_gonzales.doc

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No debemos resignarnos a la corrupción (España)

http://www.elpais.com/articulo/opinion/debemos/resignarnos/corrupcion/elpepiopi/20091111elpepiopi_12/Tes

JESÚS LIZCANO, ANTONIO GARRIGUES WALKER, JESÚS SÁNCHEZ LAMBÁS Y MANUEL VILLORIA

El clientelismo y el deficiente control de la financiación de los partidos son variables que están detrás de los escándalos recientes. Pero también influyen un exceso de leyes innecesarias y la ausencia de otras necesarias

La corrupción es como un cáncer que avanza imparable si no se toman medidas para detenerlo. Las redes de corrupción se expanden y van controlando empresas, municipios, Comunidades Autónomas y hasta unidades esenciales del Estado si los partidos, los Gobiernos y la sociedad no se alían para detener esta enfermedad social. La causa de la expansión es que, si se percibe la impunidad, resulta racionalmente rentable arriesgarse a ganar mucho dinero, robando a una colectividad difusa, sin peligro de ir a la cárcel por ello. Es obvio que personas con principios éticos sólidos no aceptarán este intercambio, pero, por desgracia, la solidez de los principios no está garantizada entre nuestra clase política. Lo cual no quiere decir que todos los políticos sean corruptos. En todo caso, cuanto más se expande la corrupción más difícil es mantenerse ajeno a su tentadora llamada. En España, la corrupción, que era una enfermedad de la que creíamos haber salido, se ha ido extendiendo de nuevo. Poco a poco, redes corruptas han ido generando una tupida serie de intercambios deshonestos que, al final, han puesto en peligro la legitimidad de nuestra clase política y de nuestras instituciones.

Para algunos políticos irresponsables esto es la consecuencia del crecimiento, como si la corrupción fuera un peaje a pagar por una economía desarrollada. Nada más lejos de la realidad, las economías más sólidas, los países con mayor índice de desarrollo humano son países bastante honestos. La corrupción, como nos demuestran sólidos estudios del Banco Mundial, aleja la inversión, genera gastos innecesarios y reduce los ingresos públicos. Un país con alta corrupción elabora políticas para beneficio de unos pocos, no de la sociedad en su conjunto; un país con alta corrupción genera infraestructuras deficientes, regula mal los servicios públicos privatizados, y obliga a los empresarios honestos a esfuerzos sobrehumanos para sostener sus empresas. La corrupción produce un deterioro en el funcionamiento de la justicia, daña el Estado de derecho y genera profundas desigualdades sociales.

Para explicarse la situación actual en nuestro país sería bueno que considerásemos tres variables, que no son las únicas, pero sí son importantes. En primer lugar, un clientelismo y una falta de transparencia en las instituciones públicas. En España, la opacidad con la que actúan los Gobiernos es casi propia de países con democracias fallidas. Además, el clientelismo, sobre todo en el nivel local y en la administración instrumental de todos los niveles de gobierno (empresas públicas, fundaciones, gerencias, etc.), es muy elevado. Nuestros municipios y empresas públicas están plagados de empleados públicos que están allí por ser del partido o amigos de la persona oportuna. Empleados públicos que entraron de forma provisional y se quedaron allí de por vida, que carecen de valores de servicio público y que nunca se jugarán su puesto por defender el interés general. Es incomprensible el uso y abuso de la libre designación en la provisión de puestos en nuestras Administraciones. También es incomprensible que, salvo pequeñas excepciones, no existan mecanismos mínimamente rigurosos de evaluación del desempeño de nuestros empleados públicos. Como consecuencia, la carrera está demasiadas veces vinculada a las fidelidades personales y no a la valía y profesionalidad.

En segundo lugar, los mecanismos de control sobre la actividad de los partidos políticos y sobre su financiación son manifiestamente mejorables, como ya advirtió hace tiempo el propio Tribunal de Cuentas. Los españoles financiamos generosamente a los partidos, que cada vez ingresan más de los presupuestos públicos del Estado, de las CC AA y de los municipios; sin embargo, las cuentas que nos ofrecen son opacas, dejan fuera a sus empresas y fundaciones, no incorporan la contabilidad desagregada al nivel local y, desde luego, no explican las razones de las condonaciones de sus deudas. Eso lo saben sus dirigentes y lo sabemos muchos más. Si incumplen no hay sanciones, no hay responsabilidad penal de la persona jurídica, no devuelven el dinero público recibido.

En tercer lugar, en España tenemos demasiadas normas innecesarias, sin embargo, muchas leyes necesarias no existen, y cuando existen no se cumplen y no ocurre nada. Las leyes de incompatibilidades son sistemáticamente violadas; en numerosas CC AA no se regulan los conflictos de interés; se crean empresas mixtas público-privadas para otorgar contratos sin concurrencia a las empresas que se unen a la pública, y tiene que ser la Unión Europea la que nos lleve ante el Tribunal de Justicia Europeo. En fin, parece que no nos tomamos muy en serio la prevención y la lucha contra la corrupción y así nos va.

Sin embargo, desde Transparencia Internacional creemos que no debemos resignarnos, que es posible luchar contra la corrupción y ganarle la batalla. Para ello, es ineludible que los partidos políticos y la propia sociedad nos tomemos el problema en serio y propugnemos mejores medidas y controles. En ese afán de contribuir a la movilización contra esta enfermedad social, proponemos:

1. Un reforzamiento de los mecanismos preventivos. Por ejemplo, realizar análisis de riesgos en todas las Administraciones para detectar peligros y anticiparse a ellos; formación mayor en ética, aplicar rigurosamente las normas sobre conflictos de interés, etc...

2. Un reforzamiento de los mecanismos de mérito e igualdad en el acceso y carrera dentro de la Administración y una evaluación objetiva del rendimiento de nuestras Administraciones y empleados públicos.

3. Una mejora de los mecanismos de transparencia en la Administración; tenemos muchos Gobiernos opacos que no rinden cuentas a la ciudadanía. Es urgente una Ley de Transparencia y Acceso a la información, como tienen casi todos los países europeos.

4. Una simplificación de las normas y procedimientos, permitiendo a los ciudadanos resolver sus asuntos con la Administración de forma más ágil: muchas licencias y permisos podrían concederse on line.

5. Hay que modernizar y agilizar una justicia decimonónica y adaptar el Código Penal a las nuevas realidades de la delincuencia económica y la corrupción. Nuevos tipos penales deben ser generados para luchar contra la corrupción, es necesario introducir la responsabilidad penal de las personas jurídicas.

6. Una mejora de la Ley de Financiación de los partidos, para prohibir las donaciones de inmuebles, así como la condonación de deudas, etc. Sobre todo, es necesario que se exija más transparencia a los partidos, que se incorporen los datos de sus fundaciones y empresas al sistema de control, y que se refuerce el papel del Tribunal de Cuentas.

7. Una preocupación mayor por dar formación e información a la ciudadanía sobre los enormes daños que causa a un país la corrupción. Deberíamos incorporar a la educación reglada un análisis de la corrupción y sus efectos. La sociedad civil debe implicarse en la lucha contra la corrupción, liderada probablemente por los medios de comunicación.

8. Una mejora de los mecanismos de denuncia de la corrupción con protección a los denunciantes. Quien denuncia con fundamento la corrupción no es un chivato, es una persona que actúa con lealtad institucional y social, y que merece nuestro agradecimiento.

9. Un reforzamiento de los mecanismos que permitan recuperar el dinero robado y dificultar el blanqueo del mismo.

10. Una demostración por parte de los partidos políticos de que están verdaderamente dispuestos a combatir la corrupción, para lo cual deberían concertar un Pacto de Estado contra la corrupción, con medidas concretas para su implantación, y facilitando a la sociedad el control efectivo de su cumplimiento.

Finalmente, creemos que resulta insostenible para nuestra economía y nuestra democracia la situación actual, de ahí la llamada que hacemos a una respuesta contundente y efectiva de la sociedad civil contra la corrupción, una sociedad que no puede resignarse a esta degradación moral y que debe exigir urgentemente de nuestros representantes una respuesta consensuada y efectiva contra esta lacra social.

Jesús Lizcano Álvarez, Antonio Garrigues Walker, Jesús Sánchez Lambás y Manuel Villoria Mendieta integran el comité de dirección de Transparencia Internacional España


PLATAFORMA CONTRA LA CORRUPCION (ESPAÑA)

http://www.corruptio.com/web/main/main.htm#Articulos

Según los últimos datos oficiales, sólo un tercio de los profesores universitarios tiene la investigación como actividad central, otro tercio investiga de vez en cuando y el otro tercio "ni siquiera investiga"

El Ejecutivo 'fichará' fuera científicos de prestigio para relanzar la I+D+i y ha invertido 100 millones en dos años para contratar 700 nuevos investigadores.

FUENTE
El Economista (junio, 2007)

"Dirigir un centro de investigación no es lo mismo que dirigir un departamento universitario". Con estas palabras justificó, ante la Comisión de Educación y Ciencia del Congreso de los Diputados, el secretario general de Política Científica y Tecnológica, Francisco Marcellán, la decisión del Gobierno de ir a buscar fuera a investigadores de prestigio para dirigir proyectos tecnológicos en España".

La intención del Ejecutivo se concretará en el inminente Plan Nacional de I+D 2008-2011, que se presentó en la Comisión Permanente del Principal órgano ejecutivo en materia de innovación y que será aprobado previsiblemente antes del mes de agosto, que recuperará el Programa Severo Ochoa -desaparecido en el último Plan- dirigido a contratar científicos extranjeros para encabezar proyectos estratégicos de innovación.

"Si queremos competir con Europa tenemos que aspirar a tener los mejores en cada campo. Eso implica recuperar a los investigadores que en el pasado hayan tenido que irse de España por falta de medios, pero también fichar a los científicos de fuera que nos permitan situarnos a la vanguardia en los distintos campos", subrayó Marcellán.

En la actualidad, el sistema nacional de I+D resuelve este asunto con el denominado Programa 13, que tiene el triple objetivo de estabilizar la situación de los investigadores con experiencia procedentes del extranjero.

Con este triple criterio, en los dos últimos años el Gobierno ha investido más de 100 millones de euros en incorporar 676 nuevos investigadores, la mayoría de os actuales son científicos recién doctorados a los que se concede una beca de unos 15.000 euros para evitar que se busquen la vida fuera de España, es decir, para retener el talento.

RETENER EL TALENTO

Pero el sistema no es perfecto. Por eso, además de recuperar el Programa Severo Ochoa para traer de fuera los perfiles científicos que no existen en España, el futuro Plan Nacional de I+D tratará también de mejorar las asignaciones a los investigadores del Programa Ramón y Cajal de becas para doctorados.

En España se investiga poco. Según los últimos datos oficiales, sólo un tercio de los profesores universitarios tiene la investigación como actividad central, otro tercio investiga de vez en cuando y el otro tercio "ni siquiera investiga", se quejaba el secretario general de Política Científica y Tecnológica.

Además, la forma de proceder de universidades y comunidades autónomas tampoco facilita las cosas. Francisco Marcellán se quejó de la proliferación de programas de apoyo a investigadores en las autonomías sin coordinación alguna con el Estado. El Gobierno quiere que el nuevo Plan Nacional de I+D establezca una Bolsa Única de Investigadores para que se prime la excelencia "y no las necesidades políticas de cada territorio". "La idea -subrayó Marcellán- es que los fondos públicos den apoyo a los investigadores y que no se quede fuera ninguno por falta de recursos públicos".

Otra de las principales novedades del futuro Plan Nacional será la creación de una Agencia Estatal de Evaluación, Financiación y Prospectiva de la Investigación Científica. Ésta tendrá como objetivo evaluar la eficacia en el empleo de los fondos destinados a investigación y servirá para reorientar los recursos públicos hacia aquellos programas que sean más productivos.

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La corrupción en la educación es un problema mundial, según un informe de la UNESCO


Percepción ilegal de derechos de matrícula, fraudes en los exámenes, malversaciones de fondos, licitaciones públicas amañadas y otras muchas corruptelas están socavando seriamente los sistemas de educación en el mundo, según un informe de la UNESCO publicado hoy.

Este informe, editado en inglés con el título “Corrupt schools, corrupt universities: What can be done” [Escuelas corruptas, universidades corruptas: ¿qué se puede hacer?”], es el resultado de varios años de trabajos de investigación sobre el tema “Ética y corrupción” realizados por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la UNESCO. En esta publicación se analizan la índole y la magnitud del problema de la corrupción en la educación, se evalúa cuánto está costando a la sociedad en su conjunto y se definen medios para remediarlo. Además, se mencionan las experiencias de más de 60 países, basándose en la información suministrada por ministerios, organismos de desarrollo e institutos nacionales de investigación.

“Este importante estudio representa para todos nosotros un llamamiento a la acción”, ha declarado el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura. “Esa corrupción generalizada no sólo cuesta a nuestras sociedades miles de millones de dólares, sino que socava seriamente los esfuerzos vitales encaminados a proporcionar una educación para todos. Impide a los padres más desfavorecidos que manden a sus niños a la escuela, priva a las escuelas y los alumnos de equipamientos, merma el nivel de calidad de la docencia y, por consiguiente, el nivel de la educación en general. Por último, compromete el futuro de nuestros jóvenes. Tenemos que poner barreras”.

El informe presenta varios estudios de casos sobre países del mundo entero, poniendo al descubierto la gran diversidad que revisten las prácticas corruptas tanto en las naciones pobres como en las ricas. Según el informe, las malversaciones de los fondos destinados por los ministerios de educación a las escuelas pueden representar, en algunos países, hasta el 80% del total de las sumas asignadas a éstas por concepto de gastos no salariales. Los sobornos y cohechos en las contrataciones y los ascensos profesionales de los docentes inducen una disminución de la calidad de la docencia, mientras que los cobros ilegales de derechos para ingresar en las escuelas y otros gastos ocultos contribuyen a la reducción de las tasas de escolarización y al aumento de los índices de deserción escolar. Una serie de encuestas realizadas ha puesto de manifiesto que en Honduras las asignaciones de fondos a docentes fantasmas representan 5% de la nómina total del profesorado y en Papua Nueva Guinea 15%.

Según el informe, la corrupción en la enseñanza superior reviste formas muy variadas: fraudes en la educación transfronteriza, universidades ficticias, títulos imaginarios y fraudes en las acreditaciones. Entre 2000 y 2004, el número de universidades ficticias en Internet se multiplicó por cuatro, pasando de 200 a 800. En Ucrania, las autoridades académicas de las universidades privadas señalaron en 2005 que era necesario recurrir a una u otra forma de cohecho para conseguir los permisos y convalidaciones reglamentarios exigidos a los 175 centros de enseñanza superior existentes en este país.

Los autores del informe, Jacques Hallak y Muriel Poisson, exponen diversos casos en los que la adopción de medidas fácilmente aplicables ha conseguido acabar con las prácticas corruptas. En Uganda, por ejemplo, tan sólo 13% de la subvención anual por alumno asignada a las escuelas fue percibida efectivamente por éstas a principios del decenio de 1990. Los funcionarios locales se apoderaban del resto de los fondos y lo destinaban a fines que nada tenían que ver con la educación. Gracias a una campaña nacional de información que dio a conocer a las comunidades locales adónde iba a parar el dinero realmente, la situación cambió por completo y se logró que 85% de los fondos asignados llegara a sus destinatarios legítimos.

Los autores del informe sostienen que una mayor transparencia de los sistemas de reglamentación, un reforzamiento de las capacidades de gestión para mejorar la rendición de cuentas y una mejor apropiación del proceso de gestión pueden contribuir al desarrollo de sistemas educativos exentos de corrupción. Asimismo, formulan, entre otras más, las siguientes recomendaciones sobre la forma en que se puede tratar el problema de la corrupción:

Establecer normas y reglamentaciones claras, procedimientos transparentes y un marco de políticas explícito en los que se especifiquen las responsabilidades que incumben a cada una de las distintas partes interesadas en lo que respecta a la asignación, distribución y utilización de los recursos de la educación.

Mejorar las competencias en materia de gestión, rendición de cuentas, supervisión y auditoría del personal administrativo y otras partes interesadas en el sistema educativo, esto es, las asociaciones padres-docentes, los sindicatos profesionales y otras organizaciones pertinentes de la sociedad civil.

Facilitar al público en general el acceso a la información, a fin de posibilitar la participación, la apropiación y el control de la sociedad. Todas las personas más estrechamente vinculadas al lugar de prestación de servicios educativos –el centro docente correspondiente– deben estar suficientemente bien informadas no sólo para estar en condiciones de poder detectar cualquier fraude, sino también para reivindicar todo lo que tengan derecho a exigir.

Pero, por encima de todo, los factores que tienen una influencia más decisiva en la lucha contra la corrupción son, evidentemente, la capacidad dirigente y la voluntad política en las más altas esferas gubernamentales.

 Autor (es):Comunicado de prensa de la UNESCO nº 57-2006

 Fuente:UNESCOPRENSA

 07-06-2007