jueves, 30 de julio de 2009

Luis Jaime Cisneros y la universidad peruana

Universidad e investigación

Por Luis Jaime Cisneros

Diario La República
Sáb, 06/12/2008


Los franceses están preocupados. Y con razón. En la clasificación anual que sobre más de 500 instituciones de enseñanza superior realizó la universidad Liao Tong de Shanghai, las instituciones francesas muestran un descenso respecto del lugar que ocuparon en la clasificación del año anterior. El año pasado ocupaba el sexto lugar entre los 37 países convocados, y ahora ha descendido a un sétimo lugar.

La primera universidad de Francia (París VI) ocupa ahora el puesto 42, tras haber alcanzado el puesto 39 el año pasado. Una buena noticia, en medio de tanta tiniebla: la Escuela Normal Superior ha avanzado 10 puestos en la clasificación mundial y representa ahora el puesto 22 en el nivel europeo, cuatro puntos más que el año anterior.
Como señala la prensa francesa, no hay que exagerar, pues debemos considerar que esta evaluación de Shanghai solamente tiene en cuenta la investigación producida en el seno de cada institución. Se explica, así, que ocho universidades norteamericanas aparezcan consideradas entre las 10 ‘mejores universidades mundiales’, y que Gran Bretaña continúe luciendo los institutos de Cambridge y Oxford.

Pero lo que procuro destacar no es el lamento de la prensa. Me interesa poner de relieve la reacción de la FAGE, que es la ‘Federación de asociaciones generales estudiantiles’, una de las principales agremiaciones de estudiantes. Se ha sentido con derecho a reaccionar afirmando que “la omnipresencia de la investigación, el predominio de las publicaciones anglófonas, así como el desconocimiento de los medios financieros propios de cada establecimiento no permiten juzgar bien la pertinencia pedagógica y científica de las universidades francesas”.
Por su parte, la ministra Valerie Pécresse, responsable de la enseñanza superior, piensa que “queda de relieve la urgencia de reformas en la universidad”, para asegurar “la calidad de las universidades europeas”. Está dicho, así, en varias lenguas: sin investigación no hay universidad; pero sin dinero, no hay investigación. Tengámoslo presente para defender lo uno y para exigir lo otro. A los profesores nos toca ayudar a los estudiantes a descubrir sus talentos y asegurar el rigor para alcanzar una investigación de calidad. Al Estado le alcanza, como deber y obligación, asegurar los dineros.

La noticia nos sirve para comprobar que la crisis en el sector educativo no es exclusiva de nuestro continente ni del país, sino que se la sufre, con perspectiva singular, en el mundo entero. Traigo el hecho a colación para reflexionar sobre el quinto objetivo del Proyecto Educativo Nacional, que busca “asegurar una educación superior de calidad que brinde aportes efectivos al desarrollo socioeconómico y cultural del país a partir de una adecuada fijación de prioridades y teniendo como horizonte la inserción competitiva del Perú en el mundo”.

Si analizamos detenidamente esta exposición de objetivos, podemos entender la reacción de la prensa y estudiantes franceses ante los resultados de la evaluación de Shanghai. La educación superior nos conecta con el mundo. Lo consigue a través de la enseñanza de calidad y de la investigación rigurosa. Por eso el Consejo Nacional de Educación reflexiona sobre lo urgente que es (ahora, y no más tarde) “una ley del sistema de educación superior que lo constituya como etapa del sistema educativo”. Y como esa educación debe conectarnos con el mundo, esa ley debe mirar simultáneamente al Perú y a los cuatro puntos cardinales. No se trata de copiar sistemas ajenos, sino de atender a realidades ajenas y a la necesidad de concertar, tras haber analizado la perspectiva de nuestro futuro, los caminos y las conductas necesarias para alcanzar una educación superior de calidad y asegurar un clima de investigación atento a nuestras necesidades económicas, sanitarias, culturales.

No se trata de una ley sobre universidades, porque ya es hora de abrir los ojos y superar el aturdimiento. La educación superior se imparte en instituciones como escuelas, institutos y universidades. Las tres tienen la misma jerarquía. Para acceder a las tres hay que haber sido buen estudiante y hay que tener la aptitud requerida. Si el mundo ha progresado tecnológicamente, obligación de todo gobernante es asegurar que el sistema educativo oriente, desde los momentos escolares, la inquietud por el mundo científico-tecnológico. Hay que despertar en el alumno el interés por los trabajos científicos de todo orden (y la preocupación ecológica nos alerta), tratando de que abra su interés al mundo de la creación y la investigación. Antes que la memoria, hay que estimular el talento.

Sociedad del conocimiento
Por Luis Jaime Cisneros
Diario La República
Dom, 15/03/2009

Cuando un estudiante llega a la universidad, desde la primera semana tengo una clara idea de lo que la escuela ha contribuido para su comportamiento en el aula. Por cierto, lo primero que ausculto se relaciona con la esfera de la comunicación: gestos y vocabulario me van revelando sus habilidades y destrezas. Y por supuesto, sus lecturas. Como desde hace años me invade una niebla intensa, me he venido interesando en su comportamiento lingüístico. No me refiero a la ortografía, que no me inquieta por muy agraviada que esté. Me preocupa, en cambio, su dificultad para enfrentarse a los textos teóricos. Y por lo tanto, no se halla preparado para comentar y debatir lo que lee.

Así comienzan nuestras dificultades. Dificultades para él y también dificultades para mí, como responsable de ayudarlo a buscar y descubrir el conocimiento. Ayudarlo a desprenderse de hábitos escolares y auxiliarlo para que se descubra lector en aptitud y capacidad suficientes para enfrentarse a la búsqueda del conocimiento son las grandes tareas a que se ve convocada la universidad, tarea ciertamente inesperada 20 años atrás.


Es bueno que los docentes aceptemos la realidad de estos hechos, para asegurar calidad a nuestra tarea. Si a la universidad llegan estudiantes que no han sabido enfrentar el beneficio de la duda científica, nada obtendremos con recomendarles textos que no pueden leer ni tareas que no sepan comprender. Debemos, para ser exigentes desde la hora inicial, enseñarles a aprender. Sea cual fuere la asignatura que nos toque explicar, esa es la tarea esencial. Si la escuela hubiera aclimatado al estudiante a la lectura de textos científicos a la par que textos literarios, otro sería el cantar. Pero como el problema existe, hay que insistir, desde la hora inicial, en cubrir tales ausencias, para exigir aprendizaje de calidad.


Y es que conviene pensar en dos tipos de sociedad, de los que poco hablan los textos escolares. Desde hace medio siglo compartimos una sociedad bifronte: por un lado nos movemos en una sociedad industrial, cuyos modelos de vida compartimos con una sociedad del conocimiento. La vida moderna es una vida que nos entrena a movernos en constante competencia. La escuela debe enseñar a competir en esta sociedad.


Se trata de un mundo peculiar. Por un lado, urgencias de dinero y urgencias de consumo. Por el otro, la velocidad y la máquina. Todos quisiéramos que el saber fuera velozmente accesible. Pero hay que saber esperar para ayudarnos a madurar. Hay que aprender a caminar pausadamente, conscientemente, para aprender a llegar a la meta. Si la escuela no ha contribuido a esa primera lección, pues nos toca lograr que la universidad acierte a brindar la necesaria ayuda. Y este es el momento en que debemos reflexionar sobre cómo hemos descuidado, en la casa y en la escuela, entrenar a los muchachos sobre los valores.


No es asunto que sólo a nosotros incumbe. La prensa mundial nos alerta. Los valores están en crisis, y lo advertimos cuando son precisamente los jóvenes los que protagonizan, aquí y allá, situaciones y desórdenes escalofriantes. No nos ocultemos las cosas: crisis en el hogar, añadida a crisis en la escuela, son triste anuncio de sociedad imperfecta. Cuesta trabajo, tras leer noticias sobre lo que ocurre en el mundo, imaginar que podamos reconocer la existencia de una sociedad industrial frente a una sociedad del conocimiento.


A esta altura del mundo, imaginarlas como independientes resulta ingenuo. Reconocerlas como obligadas partícipes de la actualidad requiere urgente reflexión. Y cuando alguien intenta, desde la sociedad del conocimiento, reflexionar sobre temas pedagógicos, descubre la importancia que adquieren los valores, debemos apagar radio y televisión y sentarnos a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos de esta hora y de este país nuestro, cruzado de cordilleras. En todo esto me ha obligado a pensar el libro que Martiniano Román ha dedicado a la capacidad y valores como objetivos, en una perspectiva didáctica.

Para qué más universidades

Por Luis Jaime Cisneros

Diario La República

Jue, 20/11/2008


Debo confesar que me preocupa la facilidad con que creamos y creamos universidades. Estamos haciendo de la palabra una distorsión no solamente léxica, sino social. La enseñanza superior tiene varios modos de ofrecerse: se hace en las escuelas, en las universidades, en los institutos. Es ingenuo pensar que porque estudiamos en una escuela estamos culturalmente en un rango menor. Cuando hablamos acá de la Escuela de Bellas Artes, nadie piensa que se trata de una academia de preparación. Tuvimos una buena época de la Escuela de Ingenieros y de la Escuela de Agricultura. A los militares se les ocurrió que subíamos de nivel si las hacíamos 'universidades'.


Conviene, por eso, aclarar las cosas. De un tiempo a esta parte, da pena leer en los diarios los avisos de algunas instituciones que parecen competir, dada la estructura de su avisaje, con los grandes emporios comerciales. Para no volver sobre este aspecto: una institución de estudios superiores no amerita en el mundo científico por el tamaño de sus edificios ni por el número de alumnos. Lo que se tiene en cuenta es qué investigan y qué publican profesores y alumnos. Las tesis de los graduandos dicen el grado de validez de cada institución de estudios superiores.


Ahora que va terminando el año lectivo, conviene precisar las cosas al respecto. La vida universitaria (y me refiero a toda institución dedicada a los estudios superiores) implica una continuidad. Esta palabra es importante. Supone la ruptura de la periodicidad escolar y su reemplazo definitivo por una 'carrera'. Una carrera no conduce a una entelequia. Es precisamente una carrera. Interesa recordar cómo define a la palabra el Diccionario de Autoridades: "Por traslación vale el curso y modo de proceder en la execución y cumplimiento de las cosas pertenecientes al ánimo en lo moral de la vida".


Estamos ante una continuidad, hablamos de algo que es constante. Y es precisamente en la marcha, en el recorrido, donde vamos advirtiendo el progreso, los ajustes, las reformas, los cambios que aseguran el cumplimiento de lo que vamos cursando. Este principio debe servir de marco a la discusión sobre planes de estudio. A lo largo del camino vamos descubriendo la necesidad de irse ajustando a la realidad. Es una realidad a cuya formalización van los institutos de enseñanza contribuyendo gracias a la investigación. Si no hay investigación, no hay estudios superiores (llámense universidades, escuelas, institutos).


Pero es absurdo que nos pongamos a debatir esta clase de problemas cuando, a la vista de todos, nuestra realidad escolar está pidiendo auxilio. ¿Con qué clase de estudiantes vamos a alimentar a las instituciones de enseñanza superior, si no acertamos a ofrecer una enseñanza de calidad, y si muchos creen que tiene más mérito el que gana más que el que más sabe y mejor enseña?
Si los alumnos no estudian con interés y voluntad, (digámoslo sin miedo) la culpa es de los docentes, que creen que el mérito se mide por la antigüedad y el sueldo. El mérito, en asuntos pedagógicos, se mide por el saber. Saber las cosas y saber transmitirlas son los que ameritan. No es fácil para el Estado acertar con estos temas, si es que el país entero no acierta a convencerse de que el tema pedagógico comporta una preocupación nacional.


Este desconcierto reinante en el campo de los estudios superiores tal vez revela que no acertamos todavía en delimitar el papel del Estado. Y necesitamos precisarlo, porque corremos el riesgo de que todo lo relacionado con la universidad termine bajo el dominio de los ministerios de Comercio. Si la enseñanza superior es un 'negocio', poco tiene que hacer con ella el Ministerio de Educación. Y no niego que sea legítimo interés de las empresas apoyar la investigación científica, pues mucho hay que obtener (en beneficio del país) gracias a investigaciones sobre la salud, sobre la alimentación.


El cambio urgente que debemos asumir exigirá, por tanto, deslindar el campo estricto de la política educativa. De pronto descubrimos que nos convendría encargar lo concerniente a la formación escolar a un organismo específico, vinculado con el ministerio ciertamente. La enseñanza superior debería vincular a los colegios profesionales y a algunas empresas con las instituciones académicas, a fin de considerar periódicamente el campo de la investigación y los planes de estudio. Habría que coordinar con el Ministerio de Economía si la contribución empresarial implicaría un modo de tributación. El rigor debe ser el signo vital de toda institución de enseñanza superior. Si así fueran las cosas, nos dará gusto leer avisos que hablan del mérito al estudio, a la investigación y al rigor académico.

La PUCP, casa humanista

Por Luis Jaime Cisneros

Diario La República

Dom, 26/07/2009


En agosto cumpliré 61 años de docencia en la Católica. Hasta entonces, mis cursos sanmarquinos habían estado centrados en la literatura española de la Edad de Oro. La enseñanza en la PUCP estuvo siempre centrada en el lenguaje. Pero no es de esos cursos de los que hablaré. Sí de cómo he visto crecer a la casa. Si el padre Dintilhac y Riva Agüero idearon una universidad que estuviera mirando a los estertores del siglo XIX, he sido testigo de cómo Felipe MacGregor nos enseñó a prepararnos para apreciar y vivir la universidad que debíamos construir y defender en el siglo XXI.


Presente tengo en la mente el recorrido que hicimos Jorge Puccinelli y yo, aquella tarde primera desde San Marcos a la PUCP. Atravesamos el Callejón largo, y desde el Tambo de Belén aprendí a reconocer las grises torres de la Recoleta. Desde esa plaza, recoleta y acogedora, hasta el actual campus de Pando han corrido largas jornadas. Soy testigo de cuánto hizo la universidad por mantener su claro perfil entre la multitud y cuánto luchó para cuidar y reforzar sus esencias. Así aprendimos a reconocer la presencia vigorosa de tantos alumnos inquietos que buscaban cómo alcanzar el porvenir.


Esos años primeros aprendimos a caminar hasta el Instituto Riva Agüero, lugar que sirvió para avivar la inquietud por la investigación. Con el tiempo, profesores y alumnos nos vimos abordados por las luchas en las calles. Fue difícil acomodarse al diálogo de sables. Lentamente, la casa iba creciendo. Esa caminata hasta el Riva Agüero, iluminado por la ciencia y el sano humor de Víctor Andrés Belaunde, duró todos los rectorados del padre Rubén Vargas Ugarte y de monseñor Fidel Tubino hasta el de Mac Gregor.


En los últimos años de los 60, la universidad había crecido. Creció no solamente en número, que no era lo importante. Se dilató el número de los barrios representados en las aulas. Provincianos y limeños compartían las mismas esperanzas. Valía la pena enseñar. Los alumnos de esos años primeros eran muchachos inteligentes y vivamente interesados en la lectura. De pronto esta sorpresa estudiantil se vio estimulada e iluminada en las aulas por la figura de Onorio Ferrero. Hubo un nuevo modo de mirar y entender todo el mundo antiguo. Frente al interés por el aparecer de la conciencia nacional, estimulado por las clases de José Agustín de la Puente, la Edad Moderna era un llamado de alerta para los muchachos. Los sables volvieron, en 1968, a cruzarse en el horizonte, y no en vano la Sociología era el nuevo horizonte abierto a la curiosidad y la inteligencia de los jóvenes. Buena ocasión fue esa para que comprendiéramos lo que, en rigor, correspondía hacer a una universidad.


El rigor científico a que MacGregor nos había estimulado cobró intensidad en todas las disciplinas y aprender no sólo se entendió como un ejercicio de la memoria sino como un empeñoso trajín intelectual. Como el país estaba en juego, había que aprender a pensar en el porvenir, y fue necesario admitir que la universidad tenía una responsabilidad política que no cabía ignorar. Aristóteles había precisado qué era la política. Los griegos habían enseñado qué era y cuáles eran los alcances y objetivos de la política.


Lo que fue inequívoco en estos largos años fue cómo logró MacGregor que comprendiéramos a refundir la fe en la cultura, asimilada en la tradición y expresada en los logros más auténticos del conocimiento y el provecho del saber. Esa fe jamás podrá desaparecer. No se trata de una fe prestada por ademanes sino de una fe surtida e inteligentemente vivida y aprovechada.
En estos 61 largos años he aprendido que una casa de estudio es una casa de voluntades unidas para salvar al prójimo del abandono intelectual y la miseria moral. A ella venimos a estudiar con la certidumbre de que el saber nos hace mejores para eficaz servicio de la polis. La fe fortalece ese estudio y acentúa su perfil humanista. Cuanto más perfeccionamos el saber, mejor entendido está el hombre, nuestro prójimo esencial. A más verdad, saber más sólido y fe más verdadera. Aprender y enseñar son tareas a que nos convoca la verdad. Y me alegra proclamarlo al elegir a Marcial Rubio, mi antiguo alumno, como Rector.

Universidades de Europa

El caso de las universidades europeas

Dos claves de la discusión sobre la mejora de la universidad: el marco institucional y la cultura

Las claves de la mejora de la universidad española y europea residen en su marco institucional y en la cultura que anima a los actores universitarios.

Por Víctor Pérez-Díaz, Departamento de Sociología, Universidad Complutense

FUENTE: http://www.madrimasd.org/informacionIdi/analisis/analisis/analisis.asp?id=26456&sec=17)


Dos de las claves principales de los problemas de las universidades europeas para cumplir sus fines esenciales, los de la enseñanza profesional, la investigación y la transmisión cultural, son el marco institucional que regula su modo de gobierno y coordinación, y a su cultura. Ambos fallan, pues no ofrecen los incentivos ni las motivaciones adecuadas para la emergencia de una masa crítica de buenas universidades.


Esos fines no se cumplen porque el modus operandi del sistema universitario disuade de las conductas apropiadas para ellos. Un sistema, no el actual, en el que los actores ejercen su libertad de elección permanentemente les obliga a aquilatar sus decisiones, pues pagan un precio alto si se equivocan. Por ejemplo, si los profesores eligen mal su universidad tendrán estudiantes de baja calidad y/o un ambiente de investigación poco enriquecedor; si los estudiantes eligen mal la suya, tendrán títulos poco valorados y habrán tirado el dinero de sus matrículas. Sin embargo, si todos los títulos valen casi lo mismo en el mercado, y si las tasas de matrícula son una décima o una sexta parte del coste real de la enseñanza, los incentivos para que los estudiantes elijan bien son mínimos. Y si éstos no eligen responsablemente, pagando precios, sus niveles de exigencia serán menores de lo debido, lo cual redundará en profesores con menor autoexigencia de la conveniente. Un sistema en el que las universidades, como agentes colectivos, pagan un precio alto si se equivocan, también favorece que sus decisiones sean razonables. En España, y en Europa, nos encontramos, por el contrario, con que las universidades "eligen" a sus profesores y sus estudiantes sin elegirlos verdaderamente, pues los primeros llegan por procesos de cooptación opaca, y los segundos se incorporan semiautomáticamente, casi sin filtros de paso.

Lo ocurrido con las universidades europeas continentales, desde luego con las españolas, no es sólo resultado de la pura inercia ni del puro diseño, sino de una mezcla de ambos. Al final, los errores se refuerzan mutuamente. Las organizaciones universitarias son irresponsables y pagan precios mínimos por sus errores porque se amparan recíprocamente para continuar la inercia del pasado. Las principales autoridades académicas acceden a sus puestos mediante procesos electorales dominados por campañas plebiscitarias y por negociaciones con lobbies de profesores, estudiantes y personal administrativo, cuando no gracias a su filiación política.

Como estos juegos llevan décadas repitiéndose, esas autoridades son seleccionadas entre quienes se adaptan mejor al medio porque entienden mejor las reglas de la supervivencia. Se selecciona así una especie de casta de autoridades académicas con mentalidad de funcionarios responsables ante un ministerio superior, o de managers políticos que saben negociar los pactos de intereses con los grupos organizados. No alteran el modo de coordinación y gobierno con vistas a una mejora de la calidad, limitándose, en general, a buscar el máximo común denominador entre los intereses de esos grupos y a canalizar sus exigencias hacia el exterior. Lo típico es que pidan dinero y comprensión a los poderes políticos, las empresas, los medios, el público y demás. La comprensión suele implicar ausencia de exigencia y de rendición de cuentas: que el mundo exterior nos dé recursos, pero no interfiera con nuestros arreglos internos.

Esta estrategia encuentra acomodo en un mundo exterior que no proporciona a la universidad el test de realidad que ésta necesita. Los partidos políticos apenas tienen criterio en la materia. Las empresas se sienten muy lejos. Las familias se limitan a pagar poco y esperar un título. Los cuerpos profesionales hacen causa común con los profesores.

Tampoco hay vientos de cambio que procedan del mundo estudiantil. Falta "inquietud" en la vida universitaria, un término que fue otrora, hace entre treinta y cincuenta años, un término de referencia en la vida universitaria. Nos encontramos con estudiantes con impulsos y motivos cortos, que llegan a las universidades como si ejercieran un derecho natural a ser universitarios, predispuestos a atravesarlas con el menor coste posible, y a obtener su título en el tiempo debido. Ello resulta relativamente fácil. Casi no hay filtros al principio, y los que hay durante la carrera, en muchas ocasiones, son poco estrictos. Nadie quiere tener problemas con nadie. Se impone una cultura de vivir y dejar vivir, de vivir al día, sin traumas.

Por su parte, los medios de comunicación y los políticos parecen instalados en la costumbre de hablar, con aires de mando, de cosas que se ignoran. Repiten sus slogans de que hay que apostar por el futuro, un futuro que, claro, desconocen. Afirman, con énfasis, que hay que adaptarse al mundo que viene, avanzar con decisión y mantener el aliento. Es fácil imitar esta retórica del "hay que", la cual hacen suya con fruición los grupos organizados de la vida universitaria. En estas condiciones, proponer una moral de exigencia puede convertirse en un "hay que" más, sin conexión real con la experiencia vivida de las gentes, salvo contadas excepciones. En estas circunstancias, las apelaciones a la autoexigencia en la investigación científica, la profesionalidad o la búsqueda existencial del sentido de la vida suenan a cosas extrañas y muy lejanas.
Vista la situación universitaria desde el lado de los profesores, ante todo hay que tener en cuenta lo azaroso de los procesos socioculturales de su formación. El cuerpo docente español hubo de pasar por el trauma de la guerra civil de los años treinta y la depuración de los cuarenta. Después, fueron apareciendo promociones de profesores algo inseguros de sí mismos, por razones diversas. Su proceso de reclutamiento fue deficiente. Buena parte de él no supo cómo manejarse en el mundo exterior de una comunidad internacional con la que tuvieron conexiones endebles. Y no se sintió a gusto en sus tratos con las generaciones jóvenes, una parte de las cuales cuestionó su magisterio por razones políticas o culturales.

La formación de un profesorado sólo es viable en un tejido de magisterio y discipulazgo, que lleva tiempo fabricar. Los profesores se hacen a través de experiencias prolongadas y en comunidades pequeñas, en relaciones personales directas. Obviamente, esas comunidades operan, a su vez, en un contexto más amplio, de redes o mercados, pero, al final, la experiencia crucial es la de los investigadores en grupos pequeños, compartiendo sus experiencias durante un lustro, o una década. Esa experiencia socrática es decisiva para la formación de los hábitos y las disposiciones básicas; luego (y en conexión con ello) vendrá la navegación por el ancho mundo.

El tejido fundamental de las comunidades de docencia e investigación es un tejido frágil. En España, se fragilizó aún más, aunque no se destruyó del todo, con la guerra, la postguerra y, también, curiosamente, con el juego de equivocaciones entre el establishment académico y la disidencia estudiantil de los años cincuenta, sesenta y setenta. En esas últimas décadas se hizo la generación que ha dominado la universidad de la democracia, la del último cuarto de siglo XX y el comienzo del actual. Lo que ocurre es que se hizo sólo a medias, y el problema de la formación de un profesorado a la altura de los tiempos no ha quedado bien resuelto.

Una prueba de que no se ha resuelto bien es cómo se ha venido seleccionando el profesorado en los últimos veinte o treinta años, optándose por la cooptación en pequeños comités y por la supresión de oposiciones públicas (con una apreciable transparencia). Lo cual ha supuesto rechazar los mercados y favorecer, en muchas ocasiones, la vía de la incorporación masiva, desindividualizada, del profesorado. Una prueba adicional la ofrece la mezquindad con que se ha facilitado, poco y mal, el regreso y la instalación de los docentes e investigadores que se han formado en buenas universidades y centros de investigación en el extranjero. En general, se les ha hecho pasar por la puerta de atrás, rebajándoles después las expectativas y las aspiraciones, intentado domesticarles en las reglas de juego locales: horizontes cortos, niveles de confianza modestos, desincentivación del "perfeccionismo". Se ha hecho lo posible para que los híbridos culturales (los autóctonos socializados en un medio extranjero) no sobrevivan ni se propaguen, para no poner en peligro a las especies locales.

Situando, así, los problemas de la universidad españolas en el largo plazo, está claro que ni el dinero, ni la prédica moral, ni la acción política pueden resolverlos, aunque sí aliviarlos momentáneamente, o enmascararlos. Haría falta cambiar profundamente su marco institucional, y la cultura de sus componentes, profesores y estudiantes en primer término. Cambiar las instituciones sin cambiar la cultura de los individuos que las hacen funcionar es tarea ardua, si no imposible. Mas tampoco es fácil cambiar la cultura de los españoles sobre la enseñanza. Les cuesta mucho abandonar su autocomplacencia gozosa y borrosa en estos temas.

Quizá le ayuden a salir de ese estado, si no las prédicas, sí las pruebas de la dura realidad, que ya están llegando. Bastantes títulos universitarios valen poco en el mercado de trabajo. El proceso de la globalización va dejando en evidencia la fragilidad de las bases de un modelo de crecimiento, el español, que parece haber optado por un capital humano de poca envergadura. Es necesario un cambio en una serie de políticas económicas y sociales, pero ese cambio necesita, a su vez, una opinión pública informada, con juicio, de la que carecemos. Todos los retos actuales (la política exterior, la inmigración, la política europea, la reforma del sistema de bienestar, la política territorial, la energética), requieren una ciudadanía alerta y ecuánime, que, a su vez, necesita una base educativa sólida. Más bien antes que después, pagaremos el precio por carecer de esa base. Cuando esto ocurra, tal vez comencemos a aprender de una experiencia que por ahora les resbala. Y quizá entonces, y sólo entonces, se crearán las condiciones para que, en un medio turbado por los choques del exterior, las especies locales dejen de propagarse, y los híbridos culturales prosperen, al menos en el largo plazo.

La Nueva Universidad

Una Universidad nueva

Por José Ramón Alonso
Rector de la Universidad de Salamanca

http://www.elpais.com/articulo/educacion/Universidad/nueva/

En el debate actual sobre la Universidad se habla poco de lo que quizá es lo más importante: qué estamos haciendo. El diálogo abierto con el profesor, la discusión de casos, el trabajo en equipo, la investigación sencilla, la reflexión y defensa pública de un tema son desgraciadamente más la excepción que la regla en las aulas universitarias. Y cuando lo hacemos nos maravillamos, docentes y estudiantes, de lo divertido e interesante que puede ser dar y recibir clase.

El Espacio Europeo de Educación Superior es la oportunidad para que, sin dejar de tener los conocimientos imprescindibles de cada disciplina, no dediquemos todo el esfuerzo a memorizar y nos centremos en lo que un universitario necesita saber y saber hacer. Cosas así:

Primero, debe saber leer. Suena insultante, pero es cierto; debe saber leer y extraer las ideas principales de un texto, someter a juicio crítico lo que ese autor afirma, ser capaz de contrastar con otras fuentes y llegar a conclusiones propias, personales.

Segundo, debe saber escribir; y no hablo de no cometer faltas de ortografía, ni de saber poner letras juntas; eso hay que darlo por hecho, sino de comunicar con claridad, con eficacia, con una extensión equilibrada, con rigor en el uso de información externa, con la mente puesta en el lector.

Tercero, debe saber hablar, hablar a una persona y hablar a 100. Ser capaz de presentar las ideas propias e indagar las ajenas. Conducir y ganar un debate. Respetar los tiempos y usar apoyos efectivos. No es baladí: saber hablar bien se considera el primer factor de éxito en la carrera profesional.

Cuarto, debe tener disciplina. Realizar esfuerzos continuados en el tiempo, hacer un plan y cumplirlo; comprometerse y respetar los compromisos. Ser leal con sus compañeros y consigo mismo. Y eso se aprende en un aula, pero también en un equipo de rugby o en el coro de la Universidad. Quinto, debe tener una visión internacional. Debe expresarse en inglés con soltura y tener ciertas habilidades en, al menos, otro idioma. Debe conocer otros países como universitario, esto implica tener unos conocimientos básicos de la política, la historia, las aspiraciones, fortalezas y dificultades de ese país.

Sexto, debe ser creativo. En su trabajo y en su vida. Debe explorar el arte en cualquiera de sus manifestaciones. No sólo como espectador, también como autor, no quedarse siempre al margen, pasivo o mero crítico de lo que otros acometen, debe implicarse.

Séptimo, debe conocer las herramientas propias de su disciplina, sea el método científico o las grandes tradiciones culturales de las Humanidades.

Octavo, debe estar alfabetizado en las nuevas tecnologías. Chatear, pero también configurar una cuenta de correo, usar una hoja de cálculo, construir una base de datos y editar un texto, una imagen y un vídeo.

Noveno, debe tener una cultura general. No puede ser que el estudiante de Historia, ante una regla de tres, o calcular un tanto por ciento, diga "yo es que soy de Letras"; ni que el de Ciencias no sepa quien era Augusto.

Décimo: romper con los decálogos, con las tradiciones estúpidas, con los criterios de rebaño, con el qué dirán y el me da lo mismo.

Undécimo y último: tiene que tener una visión ética. En todas las épocas ha habido problemas y dilemas, perspectivas y limitaciones que han dado la medida del ser humano de cada tiempo y cada lugar. Y eso no es distinto en este siglo XXI, donde ya no hay problemas locales ni soluciones únicas. Y eso es Espacio Europeo y eso es Universidad.

¿San Marcos perdiendo piso?

San Marcos pierde terreno

Escribe César Hildebrandt
Diario La Primera http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=15736

Como todo está en venta y todo “se pone en valor”, entonces va el rector de San Marcos –un anónimo labrado a lo largo de muchos años de impecable mediocridad– y le vende 28,000 metros cuadrados de universidad al jefe de la banda del SAT, que son esos que te asaltan con su robótica armada en Matusita, y un día, claro, los estudiantes se encuentran con agrimensores que pesan jardines y hombres con teodolitos que calculan los próximos cementos y volquetes que cargan arena y la evacúan en deposiciones de chirrido y tolva.
Entonces los estudiantes arman la bronca y el jefe de la banda del SAT, que también es el alcalde de Lima en sus ratos libres, ya no contesta el teléfono, igual que el rector que hizo el raro negocio, y en eso es que llega la policía (que embarra el general Salazar y despilfarra Luis Alva Castro, que es nuestro Javier Bardem haciendo de ministro del Interior de Macondo).
Y se arma la gorda, se vuelve a la edad de piedra, y hay policías contusos, estudiantes apaleados y dirigentes estudiantiles cazados en plena actividad y en pleno claustro, que en estos días apristas se respeta tanto como Martin Rivas respetaba el claustro de La Cantuta.
¿Pero por qué marrana idea un rector sanmarquino vende 28,000 metros cuadrados de un bien que no le pertenece? ¿Por qué el jefe de la banda del SAT, y alcalde cuando no está aceitando a sus “Arturitos” que ponen papeletas, incita ese comercio?
Muy sencillo: porque todo está en venta y hay que estar a la moda. Fenicia ha regresado y su flota ha anclado en el Callao. Y si entras a un bazar de esos que propone el Apra berlusconiada, lo primero que te ofrecen es una encuesta de la Universidad de Lima, con loreada de Benavente como yapa.
Se vende la selva con pájaros y lluvia, se vende el periodista hablando en oro, el puerto de Paita con su luna famosa, el muelle norte a plazos, y al contado los Wong que se vendían, a precio de remate el recurso de amparo, se vende la neblina de Huancabamba, a los chinos les vendemos las décadas que vienen, a los norteamericanos les vendemos nuestra partida de defunción como país-nación, al Vaticano la Caverna le vende la franquicia del miedo, la reventa se vende, se vende PPK que ya no debería andar de señora ofrecida (por las várices), los aires de los edificios se venden a Nextel, se vende la carretera que está por hacerse, se vende lo que Romero quiera, lo que los Wiese falsearon en Azángaro lo compró Toledo (que compraba sus diablos azules en Palacio), los denuestos se compran en la tele, Althaus vende somníferos hablados (un día podría morir de una sobredosis de sí mismo), los chilenos se han comprado seis Tarapacás, ocho Aricas y cuatro Antofagastas con su Evo incluido, el orgullo está con un letrero de alquiler-venta, el fujimorismo vende cadáveres que Raffo ha mejorado a imagen y semejanza, se vende padres viejos por la herencia, las sinagogas ya fueron compradas, Jauja ha vuelto pero para revenderse, la Segunda Guerra del Pacífico ya se vendió antes de perderse, el cielo es un milhojas que Rodríguez Larraín ya se tragó, “El Comercio” se ha comprado a sí mismo, el ¬Apra vende el menaje de Haya, los comunistas se han privatizado, Tula Rodríguez se ha tercerizado, las oscuras golondrinas han visto vendidos sus balcones, García vendió a pagar en dos partes su memoria, Garrido Lecca se vende en 3D y hasta el mismo acto de vender ya es una venta (que lo diga Salmón con su “Peru Now”, que es como gritar que ahora o nunca salimos de la mercadería).
Eso es “poner en valor”, que es como los huachafos llaman al sencillo acto de vender. Y yo digo, humildemente, que “hay que poner en valor” a la Caverna y rematarla en las páginas de “Relax” de ese diario que es tan servicial que hasta sirve a las putas cuando ellas pagan (lo que es una prostitución a la inversa, como las subastas de Alva Castro). Porque si el Perú es un viejo almacén, como en el tango, y el perro del hortelano ya no es un obstáculo, ¿qué esperamos para limpiar el trastero? Pongamos “en valor” el Congreso y se lo colocamos a precio de ganga a alguna laguna de oxidación privatizada. Pongamos “en valor” el miedo, la hipocresía, la codicia, la insolidaridad, el racismo y otra vez el miedo y de nuevo el racismo y les juro que nos convertimos en potencia mundial.

Rector de San Marcos ausente

El rector ausente

Por Ghiovani Hinojosa


Revista Domingo de La República


Dom, 31/05/2009

Nunca antes este centro de estudios estuvo más desamparado que estos días. Su aspecto de ciudadela derruida y abandonada tiene mucho que ver con la gestión de su actual rector, Luis Izquierdo Vásquez, un exitoso oftalmólogo desprovisto del liderazgo y la autoridad que le exige el cargo. A tres años de su elección, aquí una evaluación de su modestísima labor al frente de la universidad Decana de América.


El muro improvisado con cajas de contenedores portuarios en el perímetro de la Universidad San Marcos no es ninguna casualidad. Tampoco el caótico desplazamiento de alumnos que se registra entre las avenidas Universitaria y Venezuela, donde se ha impuesto el ‘intercambio vial’. Ni siquiera la desesperanza que se respira en algunos patios sanmarquinos es gratuita. Todo tiene una escandalosa coherencia: la gestión del rector Luis Izquierdo Vásquez está signada por la falta de liderazgo y el desgobierno. Su débil presencia en el campus contrasta con la urgencia de los problemas en la universidad más antigua de América.


Las suspicacias en torno a la figura del oftalmólogo Luis Izquierdo como rector de San Marcos empezaron desde que fue elegido por la Asamblea Universitaria en mayo del 2006. Según el anterior rector Manuel Burga, el triunfo del entonces profesor principal de la Facultad de Medicina fue posible gracias al voto de 30 representantes estudiantiles y 18 de los profesores. El director de la Escuela de Filosofía, Zenón Depaz, destaca que “era un absoluto desconocido en la comunidad universitaria, no representaba ninguna corriente de opinión al interior. Desde entonces, su poder se fundamentó en su capacidad de repartir prebendas y armar clientelas”.


Y es que entre los sanmarquinos está difundida la versión de que Izquierdo, para obtener el cargo, estableció una alianza con el grupo de alumnos que había ganado las elecciones en los órganos de representación estudiantil. Burga los llama miembros de la “burocracia estudiantil”, aquellos alumnos que fueron, desde entonces, los operadores políticos del rector y que “detentan puestos administrativos asalariados”. Ellos fueron, según los dirigentes estudiantiles entrevistados, los que en los últimos comicios internos desplegaron una gran campaña proselitista que incluyó banderolas en los edificios y suelos tatuados de afiches.


Eduardo Toche, quien suma 29 años como estudiante y profesor de Historia en San Marcos, adelanta una visión panorámica de la actual gestión: “Izquierdo representa la vuelta a las formas clásicas de la universidad pública entre las décadas de los setenta y noventa, caracterizada por el control de camarillas con intereses ‘presupuestívoros’”. Según recuerda, durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua (entre el 2000 y el 2001), el inicio de la gestión de Manuel Burga representó la esperanza de que se reactiven los canales institucionales en la universidad luego de un periodo de extrema politización y violencia política.


Mutismo rectoral

Quien da un paseo raudo por el campus de San Marcos tiene una impresión doble: afuera, los muros caídos dotan al centro de estudios de una apariencia de campamento bombardeado, y adentro, la gran masa de estudiantes muestra una gran desinformación sobre las actividades políticas de sus autoridades.


Luis Alberto Jara, del Centro de Estudiantes de Lingüística, sale al frente y cuenta que Izquierdo aplicó en sus primeros meses de gestión dos medidas “populistas” destinadas a “endulzar” a los alumnos. Primero, reemplazó la ‘contribución solidaria’ (pago obligatorio de 162 soles anuales) por el Aporte Voluntario Estudiantil (monto libre que, en la práctica, implica un mínimo de 30 soles, si se suman los 10 soles del carné universitario y los 20 del seguro médico). Y segundo, amnistió a un grupo de estudiantes expulsados el 2005, durante la gestión de Burga, por haber tomado el comedor como medida de protesta ante la eventual decisión de cobrar las raciones de almuerzo gratuito.


Estas acciones inyectaron cierto aire reivindicativo inicial. Parecía que el eslogan “El rector de los alumnos” con el que Izquierdo había llegado al poder no estaba formado por palabras vacías. Sin embargo, el 2007 mostró su verdadera personalidad. Raúl Sulca, dirigente de la Facultad de Letras, recuerda que a principios de ese año hubo una exposición pública de la Municipalidad de Lima en el campus. “Allí toda la comunidad universitaria le increpó al rector por qué había negociado lo del ‘anillo vial’ sin consultar con los gremios. Izquierdo respondió: ‘Si los estudiantes no lo quieren, este proyecto se detiene’. Pero una semana después firmó el convenio marco”.


Este proceder silencioso, sumado al incumplimiento de sus promesas, pintó de cuerpo entero a un rector que, una vez estalladas las protestas de los estudiantes, se recluyó en su oficina como esperando que la paz llegue sola.


En mayo del 2008, cuando un nutrido grupo de sanmarquinos utilizó la violencia para demostrar que la construcción del ‘anillo vial’ contravenía el estatuto universitario, circularon varios comunicados oficiales a nombre del secretario general y el vicerrector académico Víctor Peña. ¿El rector Luis Izquierdo se pronunció sobre la autonomía territorial de San Marcos o lideró una campaña mediática para condenar la violencia y lograr un consenso? La respuesta es no y está en la memoria colectiva de los estudiantes.


Por ejemplo, en la de César Quispe, alumno del cuarto año de ingeniería industrial. “Él debió dar la cara y hablar con los estudiantes. Yo esperé algún mitin o reunión para que conociera lo que pensamos”, expresa indignado. “Es difícil verlo, ya no sale en las noticias”, agrega. Sin saberlo, César se aproxima a uno de los puntos más cuestionables de la gestión actual.


No deja su clínica

Luis Izquierdo tiene 75 años y se graduó como médico cirujano en la Facultad de Medicina Humana de San Marcos en 1963. Sus aportes científicos lo ubican como pionero en el Perú de la cirugía con láser para tratar la miopía y el astigmatismo. Consolidó su éxito profesional participando en la fundación de las clínicas Ricardo Palma y Vesalio. Actualmente, es director general del Instituto de Ojos Oftalmosalud, que tiene dos locales en Lima, uno en Arequipa y uno en Chiclayo.


“Los mecanismos de la empresa privada son difícilmente transportables a un espacio como la universidad pública”, advierte Zenón Depaz. Lo cierto es que, más allá del interés empresarial que encuentran los sanmarquinos en Luis Izquierdo, una de las principales críticas que le hacen es la de no dedicarse exclusivamente a su tarea como rector de la universidad.


El artículo 35 de la Ley Universitaria, que es recogido por el Estatuto de San Marcos, ordena que “el cargo de Rector se ejerce a dedicación exclusiva y es incompatible con el desempeño de cualquier otra función o actividad pública o privada”. Si se considera que, según la información brindada por el mismo instituto, el rector Luis Izquierdo atiende a pacientes en su clínica los martes y jueves de cinco a nueve de la noche, parece clara la violación de esta norma universitaria.


¿A quién le compete investigar y sancionar este hecho? Según el Estatuto, a la Oficina de Inspección y Control Interno, presidida por la profesora Zoraida Muñoz Gallardo. Esto a pesar de que ella afirme que “sólo somos un órgano que presenta los acuerdos para que el rector los ponga a disposición del Consejo Universitario”. Muñoz confirma que este órgano no ha recibido ninguna denuncia sobre este asunto y defiende a Izquierdo con un sustento sorprendente: “(Esa acusación) no tiene argumentos. El rector tiene un homónimo y adjudican a esa persona que está haciendo otras labores”.


A la buena de Dios


“Izquierdo se ha vuelto cautivo de los grupos que lo llevaron al poder”, ensaya Manuel Burga. Según él, el rector experimenta hoy el debilitamiento de sus “bases de sustentación”, lo cual se expresa en el fraccionamiento de los estudiantes que lo apoyaron en la Asamblea Universitaria y en la pérdida del apoyo de los sindicatos docentes. Por su lado, el profesor Eduardo Toche se queja de que “jamás le he escuchado decir qué clase de universidad quiere. En la actualidad, hay una dramática falta de rumbo”.


Lo peor de todo es que su figura no procura transparencia. Esta revista lo comprobó de primera mano: solicitó una entrevista con él con una semana de anticipación. El rector Luis Izquierdo la concedió a través del señor Jorge Beleván, jefe de Relaciones Públicas de San Marcos, para el miércoles 27 de mayo. La máxima autoridad de la universidad nunca llegó a la cita.


¿Cómo se puede solucionar así problemas como las condiciones insalubres en que los universitarios almuerzan y las demandas de ampliación de la residencia universitaria? En San Marcos el rector está ausente, y mientras sus silencios duran, los sanmarquinos construyen, con resignación y entereza, las carreras de sus vidas.


Nada con la política


En las últimas elecciones internas, realizadas el 20 de mayo, ganó la lista 3 en mayoría, vinculada al vicerrector Peña, y la lista 5 (Pro Acción Sanmarquina), asociada al rector Luis Izquierdo, quedó en segundo lugar. Sin embargo, el dato revelador está entre bambalinas: en la Facultad de Letras triunfó el ausentismo (1,100 estudiantes de 1,900 no fueron a votar) y en la Facultad de Ciencias Sociales se calcula un 47% de votos nulos. Se demuestra, así, la escasa legitimidad que tienen los órganos de gobierno en los sanmarquinos de a pie.

Un operador


Alejandro Cochachin es uno de los estudiantes sindicados como operadores políticos de la actual gestión. A pesar de haber suspendido sus estudios en la Escuela de Comunicación Social, contribuyó con la formación de la lista 5 que quedó en segundo lugar en las últimas elecciones. Su opinión sobre el rector Izquierdo es previsible: “Es amplio, pues coordina con todos los sectores de la universidad, cualquier estudiante puede conversar directamente con él”.


El rector licenciado


Las licencias concedidas para los viajes de Luis Izquierdo al exterior con fines académicos vinculados a la oftalmología contribuyen a su débil presencia en el campus. La última fue la Resolución Rectoral 00792, que le permitió ausentarse entre el 25 de febrero y el 1º de marzo de este año para asistir a una ceremonia de graduación del Instituto de Oftalmología “Fundación Conde de Valenciana”, en México. ¿Y los destinos de San Marcos?


Comentarios
Vie, 10/07/2009 - 22:20 — Luis Pareja

Que pena lo ocurrido en san marcos, la culpa la tienen también personas como CARLOS YNCA de la facultad de derecho que ha negociado con las propiedades de la universidad



Dom, 07/06/2009 - 16:01 — carlos
La Universidad necesita un cambio total en la administración como la de la salida del rector. Pero también del cambio de los estudiantes en general y de quienes temen dar su voz de protesta cuando es necesario, quizá por la falta de verdaderos líderes; pero esperar que cambien esos estudiantes, metidos en los tentáculos del hambre del poder en la Universidad, es más que pedir; sólo queda expulsarlos de la Decana y que no pisen otra universidad. También de los profesores, hambrientos al poder, quienes manejan escuelas, facultades y toda la universidad para satisfacer sus "necesidades profesionales". Si la situación no cambia en unos años en la Universidad, creo que el prestigio ganado por más de cuatro siglos y medio se vaya al tacho en cuestiones de cinco años de mala gestión (o gestiones, porque parece que continuará), por culpa de los ya expuestos en el artículo (que es una parte de lo que maneja la Universidad por mal camino).
Felicitaciones al diario "La República".




Sáb, 06/06/2009 - 19:28 — Freddy Molina Casusol
El inmenso daño que han ocasionado los operadores políticos –Cochachín, Martín Colán, René Meza, Elena Soto, Saona y un tal “Sofo”– a la imagen de la universidad, bajo el amparo de malos docentes que, desde las esferas del poder, recurren a sus singulares “servicios”, para mediante la prebenda, el clientelaje y el trabajo asegurado dentro del campus universitario como pago por su labor proselitista, es proporcional al deterioro institucional que viene sufriendo San Marcos. La responsabilidad de la proliferación de esta nueva especie que muta de color político de acuerdo a las circunstancias y que tiene como bandera dos tibias cruzadas y un cráneo montado sobre fondo negro, es del Rector y Vice-rectores. A ellos corresponde apartarlos y ponerlos al margen de cualquier actividad interna de la universidad que involucre decisiones de gobierno. Cuando esto ocurra los grandes temas que preocupan a la comunidad universitaria como son la acreditación, la calidad académica, la proyección de San Marcos en un entorno globalizado, la inquietud por la investigación, saldrán a la luz, por ejemplo, entre los graduados que vemos a la distancia el devenir de nuestra alma máter. Por ello es importante que los que tienen en sus manos el rumbo de la universidad recuerden que son sanmarquinos, y que lo único que están haciendo al permitir el accionar de esos Cochachines, Mezas, Saonas y Sotos, es que el gobierno un día de estos fije sus ojos al interior de ésta y le de un zarpazo intervencionista. San Marcos debe dar el ejemplo de que en democracia y en el intercambio plural de ideas sabe autogobernarse, sin necesidad de operadores políticos que la saboteen y malas autoridades que les hagan el juego.




Sáb, 06/06/2009 - 09:51 — piero
Me da muxa pena lo que esta ocurriendo con la UNMSM, por los problemas de corrupcion por la que esta pasando. Y lo peor de todo es que algunos alumnos se presten para las jugadas sucias de aquellas autoridades que solo piensan en llenar sus bolsillos y no en la educacion del Peru.La UNMSM necesita un cambio, y esta no la tendremos mientras aquellas personas con intereses propios esten en ellas, creo que a los llamados OPERADORES politicos como se los conoce a ese grupito de alumnos deberian de ser expulsados de la universidad, ya que ni un bien le hacen a su casa de estudios. Aca les nombro a algunos de estos sinverguenzas ya que tanto me hablan de ellos hasta ya me aprendi sus nombres: cochachin, ivan calderon, pier, jheni huaman, antoni(obi), pelucar, herber, etc, etc. Al rector( Izqyuierdo), al vicerector(Peña) par de lacras de la UNMSM que renuncien a sus cargos que se prestan para las jugadas de estos alumnos mediocres.
Acerca del comedor universitario hay cosas que se deben investigar y sansionar a los responsables de que el comedor y la residencia se encuentren en esas situaciones, pero m llega ver cada vez que paso por ella veo alumnos los mismos de siempre desde que ingrese esten en ese lugar mañana, tarde, noche nose no tendran otra cosa que hacer (ir a estudiar o hacer un proyecto para la comunidad).
Para terminar mientras estas personas sigan en nuestra querida universidad olvidense del cambio, yo no le pongo mas de 5 años para que esta cierre.REFLEXIONAR




Jue, 04/06/2009 - 19:07 — Juan Flores
Los BURGUISTAS fueron prepotentes y abusivos al atropellar los derechos estudiantiles, y como sea querian meter sus manos sucias en los bolsillos de los estudiantes.
Esas circunstacias favorecieron un cambio que parecia representar el rector Izquierdo.
Con BURGA gastando 5 millones al año en matones mercenarios y 6 millones en problemas judiciales, solo invirtio 1 millon de NS al año en investigacion. Para esos gastos los BURGUISTAS asaltaban a los alumnos con ilegales cobros.
El AVE debe mantenerse como voluntario, y el rector Izquierdo deberia empezar a respetar los derechos estudiantiles.
La matoneria de CASTAÑEDA y PARRA que corrompieron al rector y su secretario Jose Niño es lo que empezo con la caida del rector y su entorno.
Ahora, el Congreso, la Contraloria y la Cuidadania deben condenar la corrupcion de Castañeda y Parra y demoler los torpes puentes que arriesgan el Patrominio Cultural de Lima.
el rector Izquierdo debe reconocer que es NULO el convenio que firmo sin permiso de la Asamblea Universitaria.




Mié, 03/06/2009 - 08:52 — Joaquin
Para nadie es un secreto que nuestra querida Universidad es controlada y manipulada por sectores oscuros, entre ellos, estudiantes eternos y mediocres que viven de dádivas, ganar una eleccion significa para ellos tener un empleo o comprarse un nuevo celular ... una muestra son los que controlan el Centro Federado de Derecho, el grupo integracion estudiantil, donde hay gente q hace rato debio egresar y siguen en las aulas...




Mar, 02/06/2009 - 02:45 — Juan
Un comentario adicional. El doctor Izquierdo puede ser una eminencia en el tema de oftalmología (o lo fue en todo caso), pero ha formado una especie de logia familiar con el tema, donde está vinculado su hijo. Entre ambos galenos acaparan los cargos y títulos representativos del tema en el Perú en el país y representando al Perú en el extranjero, basados en la aplanadora de su máquina empresarial. Sin embargo, cabe mencionar que con el tiempo se ha vuelto un empresario visionario en el tema de oftalmología más que un gran oftalmólogo practicante en el tema. Las clínicas Oftalmosalud las abrió y levantó, en especial por el tema de las operaciones Laser / Lasik en base a los estudios, sudor, esfuerzo y sacrificio de OTROS médicos, la mayoría cantera del INO (Instituto de Oftalmología), quienes años después se abrieron. Ahora se ha dado cuenta que es mejor importar talento de Cuba, Colombia y Argentina. Es un gran empresario, él y su hijo están moviendo bien su negocio, ha acaparado todos los laureles profesionales de una carrera de toda una vida, y personalmente creo que si entró a rector de San Marcos era para completar la colección de diplomas, medallas, adebanes, cargos y lauros que ha coleccionado ya sea en base a su esfuerzo, su argolla y/o su billetera, o una buena combinación de todas las anteriores.




Mar, 09/06/2009 - 17:01 — San
Terrible la atencion en Oftalmosalud, me senti usada. Despues de ser analizada por 4 profesionales, 2 en el 4to piso y otros 2 dentro de la oficina del doctor, llega el doctor a su oficina, con 4 personas detras de el que no eran ninguno de los que me atendio, y de frente me pregunta que cuando me opera?!!! No debi decirle que queria una operacion laser, pero como tengo muchas dudas, se me ocurrio una segunda opinion. Para saber el precio de la operacion tuve que esperar unos 30 minutos, se me hizo un registro para otro examen el dia jueves, al cual no asisti y se programo la operacion para el viernes. El viernes me llaman a decirme que me estan esperando. Un momento, sino me hice el examen del jueves, asi no mas, sin ese examen me operan???El colmo, el colmo. NUNCA MAS OFTALMOSALUD! Oftalmosalud es un gran negocio. Provecho para sus dueños, pero con mi saludo NO se juega.




Mar, 02/06/2009 - 00:33 — Marco
Es una indignación total ver a mi querida universidad en esas condiciones. Lamentable, es que gestione la universidad Decana de América un pobre corrupto que, siendo sanmarquino, no sienta ese grandioso amor por la universidad más gloriosa del Perú.Exhorto a que se realice una minuciosa investigación y que se "limpie San Marcos" de tantas malas "influezas" que solo están en el poder por su mera conveniencia, dañando a todos los universitarios que queremos un mejor destino para nuestra universidad.Ah, al escribir "influenzas", también me refiero a ese grupito de alumnos que se perfilan como protectores de los alumnos y que paran en el comedor. Yo no estoy en contra de la defensa hacia los derechos de los alumnos. Pero, lo que no me gusta es que esos alumnos estén vinculados con partidos políticos extra académicos y, por qué no decirlo, con Sendero Luminoso.Pido fervorozamente que lean mi mensaje, hagan algún comentario y si está en su posibilidad arreglar este incómodo asunto.
Gracias




Lun, 01/06/2009 - 22:44 — Celia
Es real la descripción de la situación de San Marcos: está en crisis. Pero no sólo se trata de la gestión del actual rector. Sres de la República, acuerdense de todas las denuncias que hacían muchos estudiantes y docentes honestos sobre la gestión de Manuel Burga. Ese quien tambien fue un rector que le hizo mucho daño a la Universidad Decana de América (le quitó el título), quien administraba la universidad con sus corruptos asesores (Solis, Luque, Espino, etc), contrataba seguridad matona para callar a estudiantes, etc, etc.. Yo digo que la universidad sigue igual, sigue en crisis, este país está en crisis, la prensa está en crisis,... Juventud consciente hay mucho por hacer.




Lun, 01/06/2009 - 15:34 — Dabid Miranda
Estimados lectores.La situación que describen en el reportaje no es nueva. Hace muchos años, luego del gonierno de transición, que la política en la Universidad más antigua de América ha entrado en un oscurantismo.
La nueva "carrera" denominada "operador" se ha impuesto en los últimos años. Pero quien ha "diplomado" esta nueva ocupación es el actual rector Luis Izquierdo.
Solo por citra un ejemplo muy pequeño, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, el ya alñejo operador político, Raul Aquiles Sulca Garro (base 2003), otrora alumno de la UNI y que fue expulsado por agresión, vive practicamente en la Facultad. El ha conseguido como fieles servidores a Jorge Armando Condor Espinoza (base 2003) y a Luis Alberto Jara Trebejo (base 2004). Estos personajes, con otro grupo de seguidores, forman el sector radical de la Facultad y de la Universidad. Mantienen en apariencia un discurso "antirector", pero mientras tiene vinculaciones muy cercanas con las facciones ideológicas de Sendero Luiminoso.
Esta situación es solo en una Facultad, en cada Facultad ha casos semejantes. Y a nivel universitario, es otra gran maraña.
En un post anterior hacen referencia a las últimas elecciones, y mencionan el caso de el Dr. Victor Orihuela Paredes, que ha favorecido a la lista 1 d manera sorpresiva y en contra de toda ley. Esta lista es operada por Ivan Calderon Cortez. Se presume, que Iván Calderón, en su afán, de no desaparecer de la esfera política, envió a su "fiel" escudera Yheni Huamán Alvis (base 2004) a "convencer" al Dr. Orihuela que realizara esos cambios.
La verdad siempre sale a la luz. Quien esté libre de culpa. que tire la priemra piedra.




Lun, 01/06/2009 - 14:19 — ex - san marquina
Me apena mucho enterarme de lo que esta pasando en San Marcos. Una universidad a quien le debo no solo mi formación académica y política pero también la posibilidad de poder seguir estudios de post grado en una universidad del exterior. Me aúno a las voces de protesta que piden que se investigue y sancione a las autoridades responsables por el abandono en el que se encuentra San Marcos. También pido que se investigue la demora excesiva en la falta de pago a los docentes especialmente de la facultad de Física. Es increíble que existan casos de docentes universitarios que con altas calificaciones estén sin pago por más de 6 meses.



Lun, 01/06/2009 - 14:00 — Jorge
Este rector es una verguenza para la gloriosa Universidad de San Marcos. El gobierna corrompiendo una lista de estudiantes y decanos. El famoso convenio del trebol con el municipio es una olla de grillos. Eso deben investigar.Y ese tal Luque, el gran mafioso de san marcos. A ese investinguenlo. LUQUE, LUQUE




Lun, 01/06/2009 - 13:15 — sanmarquino
Muchas d las cosa dichas aqui es cierto, pero d q nos sorprendemos??? si en pais pasa lo mismo, si san marcos es una muestra d lo q pasa en el pais o sino q sabemos del escandalo d los petroaudios de romulo leon???? nada y no sabremos señores porque asi se maneja el pais, el Peru, el gobierno, san marcos, las fuerzas armadas, la policia, la prensa.La crisis esta en nuestro pais hace mucho tiempo y estamos en el peor momento, en la etapa mas critica, no hay valores, los dias publican para generar ventas (no todos) ya no cumplen su funcion periodistica ni rigen el pensamiento del pais.Los congresistas, ni q decir, nadie roba como ellos si cualquiera puede ser congresista, ***s, vedettes, violadores, etc.En este pais todo se compra todo se vende y no se busca mejoras para el pais solo se busca maquillar algunas cosas.En todos los paises del mundo, desarrollados, se incentiva la educacion, los valores, la inversion a largo plazo, proteccion d la industria. Que pasa aqui? vendemos los puertos, la luz la tienen los chilenos, las farmacias tambien, negociamos los recursos: petroleo y mineria, la educacion por los suelos (miren la estadistica d educaion d sudameria, estamos ultimos).San marcos pasa por lo mismo, se negocian los cargos, los estudiantes es lo ultimo en lo q se piensa, no se equipan las bibliotecas, no se compra computadoras, miren el presupuesto d sanmarcos (alrededor d 288 millones d soles) mas del 55% va a pago de subvenciones, sueldos y salarios.En san marcos hay mas burocracia q facultades, hay 20 facultades y mas de 45 oficinas y jefaturas solo en la administracion central.Para mas muestra, lo q acaba de suceder en las elecciones del 20 de mayo el comite electoral presidido por victor orihuela, contra toda norma (reglamento de elecciones del comite electoral de la UNMSM) y asidero legal y en sesion fuera de fecha sin el quorum reglamentario estipulado en la ley universitaria y en el estatuto de san marcos, acordo voltearle las elecciones a la lista 5 que quedo en minoria en las urnas para representantes estudiantiles de la asamblea universitaria y darselas a la lista 1; esta manipulacion oscura es impulsada por los alumnos que actualmente son miembros del comite electoral: Yul Anthony Núñez Moreano y Mirko Alejandro Surichaqui Limaco. Cual es la intencion?? estos alumnos, el primero fue ex asambleista universitario y el segundo ex cosejero universitario, buscan copar toda la representacion estudiantil de la asamblea universitaria (38, 30 x mayoria y 8 x minoria) pues es este colegiado, la asamblea universitaria, el que elige a el proximo comite electoral, y es este nuevo comite electoral el que va a conducir las proximas elecciones de todos los decanos de la UNMSM. Ahora ven el interes?? a ese nivel de corrupcion llegan estos alumnos, si asi son ahora de alumnos, imaginenlos de profesionales. Por todo ello es que el Peru esta como esta, postrado.




· Lun, 01/06/2009 - 10:23 — alan
Es de una pena enorme que en manos de semejante imbécil esté nuestra querida Universidad.



Lun, 01/06/2009 - 10:02 — Ivan
ANTE TANTA SUCIEDAD A VECES ME INDIGNA SER SAN MARQUINO PUESTO QUE, EXISTE CORRUPCION A HORA ULTIMO ME ENTERE QUE HUBO FRAUDE ELECTORAL DANDO GANADOR A OTRA LISTA CREO QUE LA NUMERO1 EN VEZ DE LA 5.QUE PODEMOS ESPERAR DE UN RECTOR MEDIOCRE SI ESO SUCEDE EN SAN MARCOS TODO PUEDE PASAR EN EL PERÚ.ESPERO QUE SE INVESTIGUE MAS SOBRE LA CORRUPCION EN SAN MARCOS. HASTA HAY VOLADAS QUE EL PRESIDENTE DEL COMITE ELECTORAL SE ACOSTO CON UNA ESTUDIANTE PARA HACERLA GANAR LAS ELECCIONES. QUE HORROR INVESTIGUEN DE QUIEN ESTOY HABLANDO.




Lun, 01/06/2009 - 09:24 — CLAUDIA
FELICITACIONES AL DIARIO LA REPÚBLICA POR CUMPLIR CON SU LABOR DE INFORMAR A LA POBLACIÓN E INCLUSO A LOS PROPIOS SANMARQUINOS Q DESCONOCEN LA SITUACIÓN ACTUAL Y Q HASTA SE LIMITAN A CRITICAR A LOS QUE PROTESTAN SOBRE ESTE TOTAL ABANDONO, YO INGRESÉ A LA UNIVERSIDAD EN EL 2004 Y SAN MARCOS ERA OTRA, NO ERA LA MEJOR TENÍA MUCHAS CARENCIAS, PERO AHORA ESTA TOTALMENTE ABANDONADA Y SI LAS COSAS SIGUEN ASÍ PODRÍAMOS LLEGAR A LA DESVENTURA QUE SUFRE BELLAS ARTES. QUEDA CLARO ENTONCES QUE IZQUIERDO ES UN INEPTO Y QUE ES ÉL EL PRINCIPAL RESPONSABLE DE LA SITUACIÓN ACTUAL PERO CONSIDERO QUE ESTA SE AGRAVA POR LA INDIFERENCIA DE LAS AUTORIDADES ESTATALES Y DE MUCHOS ESTUDIANTES. RESPECTO A LA ELECCIÓN DE IZQUIERDO COMO RECTOR Y LA COMPRA DE VOTOS, ESTO ES UN SECRETO A VOCES. SOBRE LOS "OPERADORES" QUE LLEVAN MAS DE 11 AÑOS VIVIENDO A SAN MARCOS SIN SIQUIERA SER ESTUDIANTES CON EL ÚNICO MOTIVO DE NEGOCIAR CON LA UNIVERSIDAD QUE LOS ACOGIÓ Y LES OFRECIÓ EDUCACIÓN GRATUITA TAL COMO LO HACE ALEJANDRO POMPEYO COCHACHÍN, PUES LAMENTABLEMENTE COMO ESTE INDIVIDUO HAY MUCHOS, AHORA QUE ESTE DEFIENDAN LO INDEFENDIBLE CREO QUE ES UNA CLARA TRAICIÓN A LA DECANA.AGRADEZCO EL REPORTAJE COMO ALUMNA SANMARQUINA YA QUE LA OPINIÓN PÚBLICA SE DARÁ CUENTA QUE NUESTRAS PROTESTAS NO SON GRATUITAS Y MUCHO MENOS PORQUE, COMO *****MENTE NOS TILDAN, SOMOS "TERRUCOS".




Lun, 01/06/2009 - 07:55 — dulce
Me parece importante que los medios de información, como en el caso de la República se preucupe por la situación de San Marcos. Concidiendo con mucho de los comentarios lineas arriba, este Rector esta rodeado de gente que sólo busca sus propios beneficios personales, tambien sería importante que investiguen al secretario del Rector, el señor Niño Montero, que se ha hecho millonario con el dinero de la Universidad.
Es una verguenza, una pena para todos los san marquinos, ver a la primera Universidad del perú y de América ver en la situacion que se encuentra, con un comedor provisional deprimente, en la peor situación sanitaria y al frente el comedor que esta siendo remodelado hace mas un año y medio, cuando esa obra debio haber sido entregado en 6 meses, tres millones destinado para ese obra, ¿ cómo se explica tanto abandono?, ¿en dónde quedaron esos 3 millones de soles?. Realmente es que la situacion y el desgobierno en San Marcos es total. El rectorado manejado por el decano de Educacion, Carlos Barriga y por una sarta de estudiantes , llamados " operadores politicos", como Alejandro Cochachin Pompeyo, alumno aterno del año 1994, con un promedio ponderado de 07 y además jalado en un curso 7 veces, otro alumno es Martin Colán, apesar de que es agresado arma listas, manipula alumnos y trabajó en la administración central ganando un sueldo nada despreciable de 5000 soles, Edwar Saona Canchaya, este alumno que aparece en el diario de circulación dentro de la universidda, " San Marcos al día", promocionando la firma del Conveio Marco con la Municipalidad de Lima , este estudiante es ingresante del año 2001 y en lugar de dedicarse a estudiar y mejorar su rendimiento académico, solo se dedica a armar listas años tras años con los sectores más oscuros de la Universidad. Señores estas son las personas que menjan San Marcos, el rector brilla por su ausencia.
Por el bien del Perú, por el bien de la educación peruana, por el respeto que merece San Marcos, señor rector Luis Izquierdo, deje el cargo.
Alumnos operadores políticos, fuera de San Marcos, basta de vivir de la universidad, basta de vivir con la plata del Perú.




Lun, 01/06/2009 - 15:42 — Jorge Luque
Dulce:
Eres muy valiente a lanzar esos comentarios. No cabe duda que eres un(a) sanmrquino(a) consecuente y combativo(a). Palmas para ti.
¡Acabameos con todas las mafias de san marcos! ¡Viva la lucha antisitema! ¡Viva la universidad revolucionaria!
¡Palmas combativas!




Dom, 31/05/2009 - 19:21 — FERNANDO VICENTE PARODI GASTAÑETA

APARTE DE LA EDAD, FALTA DE DEDICACION EXCLUSIVA, ESTAR RODEADO DE UN CIRCULO DE VIVIDORES ALUMNOS Y DOCENTES, NO TERMINAR LOS COMEDORES ESTUDIANTIL Y DOCENTE, HABER FRACASADO EN LA CONSTRUCCION DEL HOSPITAL DOCENTE EN CONVENIO CON BELGICA DONDE LA UNMSM INVIRTIO UN CUARTO DE MILLON DE DOLARES, AHORA TIENE IMPAGOS A LOS DOCENTES DE LA PRE, PORQUE EL DINERO QUE GENERAN ESTA SIENDO DEDICADO A CUBRIR LAS BRECHAS ECONOMICAS DE SU PESIMA GESTION




Dom, 31/05/2009 - 16:40 — Susan
Hay dos cuestiones El ausente rector tiene 75 años. Se supone que a los 70 debió dejswar la Universidad Nacional mayor de San Marcos, como cualquier otro servidor público.
Izquierdo es un prestigiado especialista y maestro universitario, pero no, administrador. De ello la barrabasasa de firmar el convenio con la Municipalidad Metropolitana de Lima, sin un estudio de impacto ambiental y otras asesorías.




Dom, 31/05/2009 - 15:48 — Javier
Me parece muy bueno el reportaje y creo que recoge el abandono en el que se encuentra San Marcos. El Rector consigue mantenerse en el puesto sólo comprando conciencias, inviertiendo - como diarían algunos-, pero creo que, como se ve en el reportaje, si San Marcos está sin rumbo, no es por la mala gestión de una persona, sino porque esta persona no gobierna. ..pero bueno, el debate y la discusión creo que es amplia. Pero sobre el dato que dan que de 1900 alumnos de Letras no fueron a votar 1100 eso es falso. fueron a votar más de 1500 alumnos. pero si es verdad que los nulos al final, y como siempre, ganaron las elecciones.




Dom, 31/05/2009 - 11:47 — Antonio dela Cueva

El artículo solo muestra algunas faltas pero el actual Rector es un inepto, incapaz de dirigir una institución de gran historia. Intelectualmente es el más ***** de toda la rica historia san marquina. Y alrededor de él están los profesores san marquinos más pillos, arribistas y acomedidos; empezando por los decanos de Farmacia: Dr. Cotillo; de Educación:Dr. Barriga; de Ciencias Fisicas: Dr. Bravo; de Medicina: Dr. Blanco; de Matematiocas: Dr. Cabanillas...De Ciencias Sociales: Dr. Ramirez...Es una pena que la más antigua y prestigiosa universidad estatal del país siga en manos de La peor lacra académica san marquina. Solo queda pedirle al Dr. Izquierdo que renuncie y que deje que la universidad sea dirigida por verdaderos académicos.Dr. izquierdo renuncie y de un paso al costado, se lo pedimos por el Perú.


lunes, 27 de julio de 2009

Autopsia de la universidad pública

Autopsia de la Universidad Pública Peruana

Si queremos acabar en serio con este perpetuo ciclo de crisis de la universidad pública peruana, terminar de verdad con el irreparable saldo de atacantes y víctimas desde todos los sectores de la universidad y ponerle fin a la decadencia de estos centros académicos convertidos en cuarteles de propaganda y adoctrinamiento político, es preciso hacer el cambio desde fuera de la universidad pública.

Que la educación pública universitaria está en crisis en el Perú es una verdad de perogrullo. Antes de enumerar los ya consabidos síntomas y repasadas causas de esta crisis, vamos a plantear la siguiente interrogante: ¿Qué ocurriría si los profesores de una universidad pública cualquiera en el Perú adoptasen los principios de la ideología nacional socialista alemana – del nazismo, para los legos – para explicar, cuestionar y enseñar el derecho, la medicina, la economía y las ciencias en sus aulas? De hecho, usar la preeminencia racial aria para cultivar todas las disciplinas académicas de la universidad de nuestra hipótesis, causaría un gran escándalo.

Sin embargo, en los últimos cuarenta años de la azarosa trayectoria de la universidad pública peruana, los principios del materialismo histórico, del socialismo científico y la guerra revolucionaria y popular inspiraban las enseñanzas de los profesores de generaciones de estudiantes universitarios, en prácticamente todas las universidades públicas del Perú, sin el más mínimo rubor por parte de los dirigentes políticos, los padres de familia y los principales líderes de opinión de nuestro país. Del mismo modo, durante los últimos cuarenta años de nuestra historia reciente el pensamiento socialista ha conducido las universidades públicas peruanas desde sus más altos puestos de toma de decisión y, como en una perniciosa correa de transmisión, continuaba en todos sus mandos medios, espacios sindicales, funcionarios y trabajadores.

Que el día de hoy ninguna universidad pública peruana figure en los listados de universidades medianamente importantes de América Latina – ya no del hemisferio occidental porque eso es demasiado pedir – no es, como burdamente se pretende acusar, responsabilidad del “neoliberalismo” y otros fantasmas, que es lo que los pizarrones y dazibaos de los estudiantes más politizados publican hasta hoy sin cesar, sino de quienes tuvieron bajo su dirección el manejo administrativo, económico y curricular de las universidades públicas peruanas. Que los estudiantes de las pasadas décadas y de nuestros días se nieguen a esta evidencia los convierte en directos cómplices de este monumental desarreglo; y, en verdad, lo son. En efecto, basta tan sólo un superficial análisis de las participaciones, votaciones y decisiones de los estudiantes universitarios que han participado en la política universitaria seguida por los claustros desde los años sesenta, para que se nos revele cuán lejos estaban de siquiera desear una educación de calidad. Por el contrario, el otorgamiento inescrupuloso de prebendas, el cabildeo descarado y una esterilidad absoluta en materia de investigación y riguroso análisis académico caracterizaba a estos aprendices de políticos, y continúa haciéndolo.

Por su parte, los estudiantes que hoy en su gran mayoría pretenden o aspiran a hacer política en la universidad, no buscan sino emularlos, usando las mismas coartadas que aquéllos: la “igualdad” y la “justicia social”, aunque sin el vuelo de los otrora grandes líderes de la izquierda peruana, como Alfonso Barrantes Lingán o Rolando Breña Pantoja. Con todo, formar políticos y no librepensadores, revolucionarios y no científicos, tal fue y es el objetivo de la educación pública universitaria en el Perú. En efecto, estos profesores, profesionales y estudiantes tuvieron una impronta ideológica muy clara, consistente y muy determinada, donde la lucha de clases y la violencia como partera de la historia eran formas de entender el mundo y aplicar métodos y estrategias dirigidos no a promover el humanismo, el debate, la crítica y el cuestionamiento creativo en las universidades públicas, o tan siquiera una educación universitaria digna de tal nombre, sino únicamente a formar extremistas, cuya meta fuese establecer “el paraíso en la tierra” a través de la revolución armada, con la cómplice percepción de medios de comunicación frívolos y menesterosos, que dotaban a estos estudiantes – revolucionarios de una aureola romántica y liberadora de la opresión que, ciertamente, nunca tuvieron.

Esa impresión nunca se ha desterrado del todo, aunque ahora se tengan banderas nuevas como las del nacionalismo indigenista, el medio ambiente, la tolerancia a todas las opciones sexuales, la opresión de las trasnacionales o la denuncia contra la sempiterna corrupción. Sin embargo, las continuas derrotas políticas de los distintos procesos revolucionarios en el Perú, desde los ya míticos guerrilleros de los años sesenta hasta los vesánicos maoístas de los noventa, han conducido a una condición sui géneris de la política que se expresa en los claustros. Entre los estudiantes, se siguen promoviendo las banderas del socialismo, pero ninguna de sus prácticas. A lo más, llegar al socialismo por la vía democrática. De hecho, incluso los rezagos del maoísmo totalitario están haciendo oportunos deslindes, siempre dentro de la ortodoxia, por cierto, y esperando el momento de regresar a la situación de fines de los ochenta, cuando dominaban las principales universidades públicas del Perú. Las demás capillas del socialismo universitario estudiantil los enfrentan, pero con los mismos principios e íconos: Marx y Mariátegui. Su diferencia es de grado, no de especie.

Entre los profesores, decanos y altas autoridades de las universidades públicas, la resaca de estas derrotas los ha sumergido en un quietismo conservador, donde es mejor aparentar que se cambia todo con cierta regularidad, para que en realidad nada cambie, y en conducir la universidad satisfaciendo los reclamos de los distintos grupos políticos establecidos en los claustros. El saldo de cuatro décadas de izquierdismo universitario salta a la vista: universidades en decadencia, sin rumbo y sin programa, que tratan simplemente de seguir viviendo del presupuesto público, y esperando que sus problemas se resuelvan solos o no se resuelvan nunca.
Si queremos acabar en serio con este perpetuo ciclo de crisis de la universidad pública peruana, si queremos terminar de verdad con el irreparable saldo de atacantes y víctimas desde todos los sectores de la universidad, que ocurre debido a la politización del ambiente universitario, y ponerle fin a la decadencia de estos centros académicos convertidos en cuarteles de propaganda y adoctrinamiento político, con el derrotado visto bueno de las autoridades universitarias, es preciso hacer el cambio desde fuera de la universidad pública. Se ha esperado durante cuarenta años que la solución provenga de la propia universidad, de sus autoridades, sus profesores y sus estudiantes, y las evidencias apuntan en demasía a considerarlos como los primeros opositores al cambio antes que en sus principales agentes. Hay que hacerlo por una razón moral, y es la razón que ampara a los únicos que al parecer, como se dice popularmente, “no tienen vela en este entierro”: los contribuyentes. Pero en verdad, sí que la tienen.

Con sus impuestos, los contribuyentes peruanos han invertido durante cuarenta años en las universidades públicas, y sus autoridades y sus estudiantes les han devuelto los resultados por todos conocidos. Esta situación debe terminar. La universidad pública peruana, en su totalidad, se debe a sus financistas, esto es, a quienes les pagan los sueldos a sus autoridades, profesores y trabajadores, y permiten que en ella estudien los universitarios. Y esos financistas son los contribuyentes. Son ellos los que deben ser exclusivamente consultados, en primer lugar, acerca de sí quieren seguir pagando impuestos para tener las universidades públicas que tenemos, o si es mejor que se les bajen las tasas en los márgenes correspondientes y que las universidades públicas busquen sus recursos en el mercado, como hacen lo mismo el gran empresario que la humilde vendedora de frutas. Para decirlo en otros términos: si quieren seguir en ese sendero, háganlo con sus propios recursos. Luego de tomar esa decisión, una segunda consulta popular a los contribuyentes por la educación pública universitaria debería incluir, si debe seguirse manteniendo a profesores que profesan una específica ideología, o si es mejor tener profesores de distintas ideologías, o mejor aquéllos que no profesen ninguna.

En suma, si es preferible abrir las universidades públicas a la libertad académica o permitir que prosigan en el oscurantismo de la hegemonía de una sola doctrina. Esto, claro está, si es que los contribuyentes han decidido seguir financiando la educación pública universitaria tal cual está. Mi impresión es la opuesta. De hecho, una consulta de esta naturaleza abriría por fin el debate en el Perú acerca de un cambio real en la educación universitaria; esto es, si se debe seguir financiando una educación universitaria ideologizada con los recursos de la gente, más aún cuando el mismo pueblo peruano no sólo se ha opuesto, sino que ha derrotado sucesivamente, en las urnas y las calles, con su sola opinión y organizándose en rondas, a estas manifestaciones y asonadas violentas. En los hechos, nadie con sentido común proporcionaría un solo centavo a quienes serán los principales opositores a tener propiedad privada y disfrutarla, a ganarse la vida honradamente y con su propio esfuerzo, gozando luego de esos beneficios, y mucho menos en financiar a quienes los perseguirán enarbolando las banderas de la revolución, la lucha de clases y la guerra popular. Una propuesta de consulta como ésta permitiría por vez primera poner sobre el tapete de la opinión pública un serio debate acerca de la libertad educativa y académica, sus posibilidades y desafíos en el Perú.

Es gracias a la libertad educativa y académica como se llevaron a cabo prácticamente todos los períodos exitosos de la civilización occidental. Algunos de esos períodos son la antigua Atenas, la Persia de la temprana Edad Media, el Renacimiento italiano, la Alemania del siglo XVI y los Estados Unidos en el siglo XIX. Cada uno de estos períodos se distinguió por la extensión de niveles de educación cada vez más altos entre un número cada vez más grande de gente. En ningún caso estos adelantos provinieron de imposiciones políticas o estándares oficiales y ni siquiera por la existencia de instituciones sostenidas a través de impuestos. El mayor nivel de alfabetización, escolaridad y educación universitaria de alto estándar se produjo en estos casos cuando el sistema educativo era una responsabilidad de los padres y de educadores profesionales que operaban en un mercado libre, y no privilegio de políticos en un sistema intervenido. Por el contrario, cuando el proceso educativo en general y universitario en particular era estatal, compulsivo y obligatorio, el resultado es exactamente opuesto: educación de baja calidad, dogmatismo, violencia y crisis. Los ejemplos abundan: la antigua Esparta, las universidades escolásticas de la baja Edad Media, los colegios y universidades públicas durante la Revolución Francesa, la educación nazi de la Alemania del siglo XX – cuyo ejemplo colocamos al inicio de este artículo – la de la Rusia del siglo pasado y, por supuesto, la nuestra. Ello no obstante, una consulta como la propuesta es muy difícil de implementar en los tiempos actuales.

Seguiremos, pues, con esta educación pública universitaria que no es “ni problema, ni posibilidad”, parafraseando el luminoso ensayo de Jorge Basadre. Otros vendrán y continuarán esta larga autopsia de cuarenta años. Por lo menos, en lo que a este escribiente concierne, quedará patente una respuesta para alguien con el valor y la dignidad suficientes para enarbolarla.

Héctor Ñaupari Abogado, ensayista y poeta egresado de la UNMSM, con estudios de doctorado en la Universidad de Salamanca, España. Ha sido profesor en las Universidades de San Marcos (Perú) y Francisco Marroquín (Guatemala). Es Presidente del Instituto de Estudios de la Acción Humana.

La uiversidad peruana en el mundo

La universidad peruana en el contexto internacional

Por Vajk Lukacs de Pereny

(Fuente: http://pensardenuevo.org/la-universidad-peruana-en-el-contexto-internacional/)

Que duda cabe, en términos macroeconómicos el Perú sigue creciendo sostenidamente. Según información proporcionada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el año pasado nuestro PBI superó ligeramente los US$100 billones. Sin embargo estoy convencido que las siguientes cifras harán pensar a más de uno. Veamos:

Fondos de universidades extranjeras (endowment) en US$ millones, 2007
* Universidad de Harvard, EEUU = US$30,000* Universidad de Yale, EEUU = US$23,000* Universidad de Stanford, EEUU = US$17,200* Universidad de Cambridge, Reino Unido = US$9,000* Universidad Nacional Autónoma de México = US$1,650

Ha leído bien, la eminente Harvard posee un patrimonio financiero equivalente a un tercio de nuestro PBI mientras que el de Yale alcanza a un cuarto de este total. Asímismo, la Universidad Nacional Autónoma de México, la institución más grande de Latinoamérica en términos de población estudiantil e infraestructura, administra fondos correspondientes al 44.5% del presupuesto nacional asignado al sector educación para el 2008; de los aproximadamente US$3,650 millones disponibles este año (s/.11,291 millones), más del 65% se destinará al pago de planillas en todas las dependencias públicas (Ministerio, Direcciones Regionales, organismos descentralizados, universidades, escuelas primarias y secundarias, etc.) y solamente un 12% será utilizado en inversión. Ojo que esta inversión deberá ser repartida entre todos los niveles y dependencias educativas.

Universidades peruanas en los rankings globales

Los estadounidenses tienen una eterna obsesión por la competencia y las comparaciones. Tomando como modelo los rankings académicos elaborados anualmente por USNews, han surgido múltiples publicaciones para comparar el desempeño (y prestigio) de las universidades a escala global. Los más populares son aquellos elaborados por la universidad china Shanghai Jiao Tong y por la publicación británica The Times. Los indicadores de evaluación utilizados por cada fuente varían lo que explica diferentes resultados en sus respectivas clasificaciones; a pesar de estas limitaciones, los rankings nos proporcionan una idea sobre el posicionamiento relativo de las mejores universidades del mundo. Apelando a mis preferencias personales, utilizaré el ranking de The Times para observar el desempeño de las universidades latinoamericanas y peruanas en el contexto internacional.

The Times: Ranking de las 500 mejores universidades del mundo, 2007

* (1) Harvard - EEUU* (2) Yale - EEUU, Oxford - Reino Unido, Cambridge -Reino Unido* (5) Imperial College -Reino Unido* (6) Princeton - EEUU* (7) Chicago - EEUU, Caltech - EEUU* (9) University College London - Reino Unido* (10) MIT - EEUU* (…)* (175) Universidad de Sao Paulo - Brasil* (177) Universidad de Campinas - Brasil* (192) Universidad Nacional Autónoma de México* (239) Pontificia Universidad Católica de Chile* (264) Universidad de Buenos Aires - Argentina* (312) Universidad de Chile* (338) Universidad Federal de Rio de Janeiro* (403) Universidad de Belgrano - Argentina* (416) Universidad Austral - Argentina* (433) ITESM - México* (444) Universidad de los Andes - Colombia* (453) Universidad Torcuato di Tella - Argentina* (466) Universidad ORT - Uruguay* (475) Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro - Brasil* (495) Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)

El dominio global de las universidades estadounidenses y británicas es incuestionable, ocupando consistentemente los 50 primeros lugares del ranking; no es coincidencia que éstas posean también una (sustancialmente) mayor cantidad de recursos disponibles. A nivel regional Brasil, Argentina, México y Chile confirman su posición de liderazgo mientras que solo una universidad peruana, la PUCP, logra un meritorio pero insuficiente lugar #495.

Considerando estos sombríos antecedentes es evidente que el escaso financiamiento es una de las mayores debilidades del sistema universitario peruano, especialmente en las instituciones del sector público. La mayor disponibilidad de recursos permite a las universidades mejorar su infraestructura, adquirir tecnologías de avanzada y contratar a mejores docentes entre otros beneficios. En conjunto con una moderna gestión, la suma de estos beneficios fortalece su institucionalidad al otorgárles capacidades reales para brindar servicios de mejor calidad. De igual manera, si éstos estándares de calidad son mantenidos e incrementados en el tiempo, las instituciones adquirirán mayor prestigio a nivel nacional e internacional.

Ciertamente crece el consumo interno, nuestras exportaciones aumentan y seguimos negociando TLCs alrededor del mundo pero es poco probable que el gobierno aprista cumpla con asignar el 6% del PBI al sector educación el 2012. Lamentable pronóstico para un país que, independientemente de sus agresivas políticas económicas, parece condenado a convivir con la ignorancia y la miseria.

Vajk Lukacs de Pereny es consultor y docente universitario. Licenciado en Medicina Veterinaria (Universidad Mayor, Chile), Diplomado en Administración Financiera (ITESM, México), MSc en Estudios de Desarrollo (Victoria University of Wellington, Nueva Zelanda) y egresado del Magister en Ciencia Política (Pontificia Universidad Católica del Perú). Vajk Lukacs de Pereny ha cedido este texto para su publicación en www.pensardenuevo.org