sábado, 22 de junio de 2013

Marcha universitaria

SOBRE LA MARCHA INSTITUCIONAL CONVOCADA POR EL RECTOR DE SAN MARCOS


El señor rector de San Marcos ha convocado a una Marcha institucional que se llevó a cabo ayer viernes 21 de junio de 2013. Hubo toda una maquinaria echada a andar para obligar a marchar, inclusive suspendiendo las actividades académicas, sin que la mayoría sepa por qué y para qué es la marcha.  Una “Marcha” nunca es obligatoria sino siempre a conciencia. La marcha convocada, siendo institucional, tiene que ser una marcha informada; de lo contrario resultaría considerar a los marchantes sólo como números y no como personas pensantes. ¿Por qué se ha de marchar?  Para la “Defensa de la autonomía universitaria amenazada por un anteproyecto de Ley”, dice el Dr. Cotillo (ver  su convocatoria a conferencia de prensa).  
¿Autonomía universitaria? ¿Qué se entiende por ella? ¿No es, acaso, por esa “autonomía” que las universidades peruanas, entre ellas San Marcos, están como están? ¿No es acaso por esa “autonomía” que existe en muchas universidades peruanas corrupción y mediocracia? ¿No es, acaso, por esa “autonomía”, que la ANR es una institución que durante 30 años no ha hecho nada por la universidad peruana? ¿No es acaso por esa "autonomía universitaria" que el Estado (y los gobiernos) les han dado la espalda a las universidades? ¿No es, acaso, por esa “autonomía” que la actual Ley Universitaria tiene vigencia más de un cuarto de siglo de existencia? ¡30 años! en ese largo lapso el mundo ha cambiado tanto pero que en el Perú algunos pretenden seguir defendiendo la “autonomía universitaria” obsoleta; y no quieren que haya una nueva Ley concordante, se supone, con las nuevas condiciones actuales. ¿No será, acaso, que bajo ese concepto arcaico de “autonomía universitaria” los que viven (y bien) de la universidad, las autoridades universitarias responsables de la situación de crisis consuetudinaria de la universidad en el Perú, los que tienen poder en la universidad peruana no quieren perder sus privilegios? ¿No será que lo que quieren es que siga habiendo río revuelto para que ellos sigan ganando y el Perú perdiendo?

La Marcha no es, pues, institucional. Es de un sector que piensa que bajo el manto de la “autonomía universitaria” las cosas en la universidad peruana sigan igual, o peor. Respetamos a los que piensan así; pero, ¿Todos en San Marcos pensamos así? NO. Queremos una nueva universidad peruana, pero verdaderas universidades que produzcan ciencia y tecnología para el desarrollo del país. Queremos una nueva universidad que forme profesionales de un nuevo tipo para una nueva sociedad propia del Siglo XXI y del Tercer Milenio. Queremos una nueva universidad peruana de calidad científica y académica. En suma, queremos una nueva universidad peruana que realmente contribuya al desarrollo del Perú. Para lograr una nueva universidad en el Perú tiene que haber CAMBIOS, tiene que haber REESTRUCTURACIÓN integral de todo el sistema universitario. Marchemos no por la defensa de una vetusta “autonomía universitaria” sino por una nueva universidad, moderna y competitiva.
Dr. Nemesio Espinoza Herrera

lunes, 10 de junio de 2013

La ANR y la universidad peruana

LA CRISIS ESTRUCTURAL DE LA UNIVERSIDAD PERUANA Y LA ASAMBLEA NACIONAL DE RECTORES
Dr. Nemesio Espinoza Herrera
Profesor principal de la UNMSM


Universidad en crisis que sólo sobrevive maquinalmente

Actualmente en el Perú hay 137 universidades, de entre ellas 50 públicas. Hay cerca de un millón de estudiantes, 70 mil docentes universitarios, 50 mil trabajadores administrativos. La Universidad Alas Peruanas es la más poblada: tiene cerca de 60 mil estudiantes y San Marcos  30 mil.
Hoy, en los albores del Siglo XXI y del Tercer Milenio, todos somos testigos de cómo la universidad peruana tiene –como hace 100 años- evidentes señales de mala calidad académica en la formación de los profesionales. La investigación científica (productora de la ciencia y tecnología) es, en términos de calidad y resultados que los tiempos actuales exigen, inexistente. Hay preocupantes niveles de desempleo (y subempleo) profesional. La gestión universitaria es extraordinariamente anacrónica, sobredimensionada, burocrática, irracional, caótica y con evidentes señales de corrupción y mediocracia.
 Así, pues, la universidad peruana desde hace muchas décadas está sumida en su peor crisis estructural y no responde a las necesidades del desarrollo nacional; más aún, resulta siendo un óbice. Hecha una “ampolla” y una paria con ribetes de obsolescencia, sumida en el ostracismo resultante del vetusto concepto de “autonomía universitaria” y no siendo tenida como parte de la agenda de la política de Estado, la universidad peruana se ha convertido en un falso farol para las nuevas generaciones. 
 La universidad peruana tiene que cambiar, tiene que salir sostenidamente de la crisis porque las exigencias del proceso de desarrollo nacional de hoy así lo exigen.

La ANR  y la crisis de la universidad

En este contexto de evidente crisis de la universidad peruana, la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) ha dado el grito al cielo seguido de sendos “pronunciamientos” por parte de varios rectores rechazando “la creación de un Consejo Nacional de Universidades o de una Superintendencia Nacional de Universidades o de la Autoridad Nacional de Educación Universitaria, ya que involucraría la presencia de órganos extraños e intervencionistas” y declarando la defensa de la “autonomía universitaria”, pues, “es el ámbito de libertad necesaria para el desarrollo de la investigación científica y tecnológica y al logro de competencias profesionales de alto nivel” (sic).
Es decir, para la ANR la universidad peruana marcha sobre ruedas y bien; nada se debe cambiar. Según la lógica de la ANR, si el Estado y la sociedad se atreven a cambiar estereotipos y gente interesada en que el rio siga revuelto en la universidad peruana, atentan contra la “autonomía universitaria”, especialmente contra la “autonomía” de la ANR, entonces hay que “defenderlo enérgicamente”.
Tres décadas de vida institucional ostenta la ANR. La ANR posee rentas del Estado equivalente al presupuesto de una universidad y es dueña de una  frondosa burocracia. La ANR está calificada, desde su creación misma, como un “club de amigos” que sin hacer nada observa desde el balcón pasar el cortejo cuasi fúnebre de la universidad peruana en debacle. Si así está tres décadas, la ANR desea estar igual cien años.

La antinatural y demagógica “autonomía universitaria”

En realidad la “autonomía” nunca ha existido ni podía existir. La universidad peruana ha sido intervenida varias veces con permisividad de la ANR. La misma ANR declara haber “intervenido 12 universidades”. La universidad siempre ha sido dependiente (controlada) por el Estado, a través, por ejemplo, del Ministerio de Economía y Finanzas. La autonomía es antinatural en un contexto económico, político y social natural sistémico en el que nada está aislado y todo está interrelacionado. La actual “autonomía universitaria” es un  cliché demagógico y un arma que el Estado esgrime para no “inmiscuirse en los asuntos de la universidad y no hacerse problemas” y la ANR para mantener la entropía de la universidad peruana porque eso favorece a intereses particulares. La “autonomía universitaria” debe, pues, desaparecer. Así, el Estado, la sociedad y todos los peruanos tendríamos la obligación de contribuir a la construcción de una nueva universidad para un nuevo Perú.

Por una nueva universidad peruana


La universidad peruana no necesita la “defensa enérgica” de la actual “autonomía universitaria para la calidad” (¿?). No necesita “autonomía”. La universidad del Perú, en las actuales condiciones, necesita ser intervenida y reestructurada integralmente por el Estado que es el rector de la educación nacional y nada dentro de él tiene extraterritorialidad. La universidad peruana (y la ANR) necesita la declaratoria del estado de emergencia nacional. La universidad necesita nuevas estrategias de calidad académica en la formación de un nuevo tipo de profesionales que el país requiere así como la producción (y la aplicación) de la ciencia y tecnología a través de la verdadera investigación científica. La universidad peruana necesita una nueva gestión o una nueva administración universitaria en la que prime la probidad y la eficiencia antes que la corrupción y la mediocracia.

sábado, 8 de junio de 2013

NIETZSCHE

NIETZSCHE
Un gran filósofo en el manicomio

El gran filósofo alemán Friedrich Nietzsche murió joven, en el año 1900, cuando tenía apenas 55 años. Nietzsche fue un extraordinario filósofo que, al parecer, de tanto filosofar críticamente y muy de fondo, perdió la razón y murió demente, loco; aunque loco había que estar para ser genio como él, porque los “normales”  no estamos a tales alturas.
Nietzsche no era un filósofo cualquiera. No era un loco “común y corriente”. Nietzsche era un loco absolutamente contestatario (rebelde) a la filosofía occidental, a la filosofía “oficial”, al “modus vivendi”, a la sociedad “liberal” decadente (sin valores y sumida en la oscuridad de la ignorancia), nihilista y frustrada de su época. Nietzsche estaba conmovido por la soledad humana en el planeta Tierra.
Veía de cómo ante tanta soledad, injusticias y oscurantismos, Dios estaba ausente. Estaba ahí, en todo caso, pero no se inmutaba ante las aflicciones de la humanidad. Entonces Nietzsche, perdido ya en razón, decidió hacer justicia con sus propias manos: empuñó la daga (sus pensamientos plasmados en su genial obra El anticristo) y ¡mató a Dios! “Dios ha muerto”!, sentenció Nietzsche. Dios sigue muerto y nosotros lo hemos matado. En realidad Nietzsche quiso decir que Dios había muerto porque los hombres (injustos, impíos y sus silentes cómplices) lo habían matado y que en su ausencia la humanidad se desangraba. “¿Quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? Gritaba airadamente Nietzsche. “¿Qué son estas iglesias, sino tumbas y monumentos fúnebres de Dios?”.
¿Cómo, en una sociedad donde hay injusticias y sufrimientos humanos, podemos decir que Dios existe? ¿Qué Dios permisivo e irresponsable tenemos entonces? Pensar así y actuar en su contra era subversión, era –es- desertar del rebaño y Nietzsche aceptó, a mucha honra, su posición trasgresor. Es que Nietzsche era humano, demasiado humano. Dios había muerto y por eso la sociedad estaba descarriada, no había luz, no había esperanza; por consiguiente debía buscarse una nueva forma de vivir en el planeta, o acaso buscar a un nuevo dios.
Esta prédica de Nietzsche, como era de esperarse, espantó a la gente y sus detractores calificaron como el más impío de los impíos y querían ver a Nietzsche no sólo en el manicomio como loco, sino muerto y El Anticristo incinerado. Pero eso no le importaba a Nietzsche lo que muchos pensaban acerca de él: “Para mis verdaderos lectores predestinados: ¿qué importa el resto? el resto es simplemente la humanidad, hay que ser superior a la humanidad por fuerza, por altura de alma, por desprecio”.
Nietzsche escribió innumerables textos, muchos de ellos siendo publicados como libros han tenido éxitos en el mundo. He aquí algunos de ellos: Humano, demasiado humano, un libro para espíritus libres - Más allá del bien y del mal, preludio a una filosofía del futuro -  La genealogía de la moral -  El anticristo, maldición sobre le cristianismo - La gaya ciencia.
Lea sus textos en español en: http://www.nietzscheana.com.ar/

Dr. Nemesio Espinoza Herrera