sábado, 8 de junio de 2013

NIETZSCHE

NIETZSCHE
Un gran filósofo en el manicomio

El gran filósofo alemán Friedrich Nietzsche murió joven, en el año 1900, cuando tenía apenas 55 años. Nietzsche fue un extraordinario filósofo que, al parecer, de tanto filosofar críticamente y muy de fondo, perdió la razón y murió demente, loco; aunque loco había que estar para ser genio como él, porque los “normales”  no estamos a tales alturas.
Nietzsche no era un filósofo cualquiera. No era un loco “común y corriente”. Nietzsche era un loco absolutamente contestatario (rebelde) a la filosofía occidental, a la filosofía “oficial”, al “modus vivendi”, a la sociedad “liberal” decadente (sin valores y sumida en la oscuridad de la ignorancia), nihilista y frustrada de su época. Nietzsche estaba conmovido por la soledad humana en el planeta Tierra.
Veía de cómo ante tanta soledad, injusticias y oscurantismos, Dios estaba ausente. Estaba ahí, en todo caso, pero no se inmutaba ante las aflicciones de la humanidad. Entonces Nietzsche, perdido ya en razón, decidió hacer justicia con sus propias manos: empuñó la daga (sus pensamientos plasmados en su genial obra El anticristo) y ¡mató a Dios! “Dios ha muerto”!, sentenció Nietzsche. Dios sigue muerto y nosotros lo hemos matado. En realidad Nietzsche quiso decir que Dios había muerto porque los hombres (injustos, impíos y sus silentes cómplices) lo habían matado y que en su ausencia la humanidad se desangraba. “¿Quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? Gritaba airadamente Nietzsche. “¿Qué son estas iglesias, sino tumbas y monumentos fúnebres de Dios?”.
¿Cómo, en una sociedad donde hay injusticias y sufrimientos humanos, podemos decir que Dios existe? ¿Qué Dios permisivo e irresponsable tenemos entonces? Pensar así y actuar en su contra era subversión, era –es- desertar del rebaño y Nietzsche aceptó, a mucha honra, su posición trasgresor. Es que Nietzsche era humano, demasiado humano. Dios había muerto y por eso la sociedad estaba descarriada, no había luz, no había esperanza; por consiguiente debía buscarse una nueva forma de vivir en el planeta, o acaso buscar a un nuevo dios.
Esta prédica de Nietzsche, como era de esperarse, espantó a la gente y sus detractores calificaron como el más impío de los impíos y querían ver a Nietzsche no sólo en el manicomio como loco, sino muerto y El Anticristo incinerado. Pero eso no le importaba a Nietzsche lo que muchos pensaban acerca de él: “Para mis verdaderos lectores predestinados: ¿qué importa el resto? el resto es simplemente la humanidad, hay que ser superior a la humanidad por fuerza, por altura de alma, por desprecio”.
Nietzsche escribió innumerables textos, muchos de ellos siendo publicados como libros han tenido éxitos en el mundo. He aquí algunos de ellos: Humano, demasiado humano, un libro para espíritus libres - Más allá del bien y del mal, preludio a una filosofía del futuro -  La genealogía de la moral -  El anticristo, maldición sobre le cristianismo - La gaya ciencia.
Lea sus textos en español en: http://www.nietzscheana.com.ar/

Dr. Nemesio Espinoza Herrera