miércoles, 29 de agosto de 2012

Noam Chomsky


Noam Chomsky: lingüista científico, político y filósofo
Por Dr. Nemesio Espinoza Herrera


Noam Chomsky nació en EEUU en 1928. Actualmente tiene 84 años. Chomsky es a nivel mundial un destacado lingüista, científico, político y filósofo. Como político Chomsky es hoy uno de los más importantes críticos del modelo capitalista y de la política imperialista norteamericana. Como lingüista Chomsky ha realizado explicaciones científicas acerca de las estructuras y principios fundamentales del lenguaje. La lingüística es el estudio científico de la naturaleza del lenguaje humano vinculado a la sociedad y al conocimiento.
A los 29 años presenta su Tesis doctoral titulada Estructura lógica de la teoría lingüística, adquiriendo fama universal. Chomsky, sobre la base de sus investigaciones científicas acerca del lenguaje, rompe con la creencia que el lenguaje se aprendía por asociación. En contraposición, Chomsky plantea que en el cerebro humano hay un dispositivo congénito, al que le llamó “el órgano del lenguaje", que posibilitaba aprender y utilizar el lenguaje de forma casi instintiva. Bajo esta teoría un niño nace con un conocimiento intuitivo, innato de la gramática elemental común a todas las lenguas humanas. Así con pocas reglas gramaticales básicas, acompañado de infinidad de términos, las personas pueden producir innumerables vocablos o frases que anteriormente no se haya dicho. Por esta razón es que los niños pueden aprender el lenguaje de manera fácil y rápida, sin que necesariamente les enseñen.
El lenguaje es un asunto muy enmarañado e influye de manera determinante en la vida humana, especialmente en la mente humana. Por tal Razón es que Chomsky dedica su vida al riguroso estudio científico de las complejidades del lenguaje, demostrando que la inteligencia humana está basada en dispositivos cerebrales especializados e innatos que le permite el conocimiento. Así Chomsky revoluciona los conocimientos acerca del lenguaje y de los conceptos esenciales de la gramática y de la mente humana.
El asunto de la lingüística  tiene importantes repercusiones en el ámbito de las investigaciones científicas, vale decir en la ciencia; por consiguiente la lingüística constituye uno de los fundamentos de la Epistemología. Las extraordinarias variedades del lenguaje humano, en sus aspectos de sus estructuras (arquitecturas), semánticas, etimologías, sintaxis, teorías, etc. pueden complicar –y de hecho complican- las explicaciones científicas y filosóficas acerca de los fenómenos y realidades. He ahí la importancia de los aportes de Chomsky no sólo al conocimiento científico acerca del lenguaje –especialmente del lenguaje científico- y de la inteligencia humana sino también al avance de las investigaciones científicas en el mundo.

Chomsky como político

Noam Chomsky no solo destaca en el mundo como lingüista científico sino destaca también, acaso con mayor brío, por sus posiciones políticas en contra de las políticas hegemónicas e imperialistas de Estados Unidos, en contra de Israel (país que es apoyado por EEUU), en contra de las guerras para mantener el dominio mundial emprendidas por Norteamérica. En algún momento Chomsky llamó a Estados Unidos y a Israel como países terroristas. Acaso salta a la fama mundial como político por su resuelta oposición contra la guerra de Estados Unidos a Vietnam y por condenar a los políticos estadounidenses por sus afanes de dominación “global” en el planeta a través de su ideología de la “globalización” en contra de los países pobres del orbe.
El Noam Chomsky político analiza y condena a los organismos tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial a quienes les califica de organismos satélites de Estados Unidos. Igualmente analiza y condena a los medios de comunicación que con sus embustes encubren las pretensiones imperialistas de EEUU. Expresa sus simpatías y militancias, al igual que Rusell, con el anarquismo (confluencia del socialismo y el liberalismo). Llama Deseducación a los modelos actuales de educación, especialmente de los países subdesarrollados, que enseñan a no pensar, a domesticar a las personas y mantener las condiciones de la miseria humana.

Noam Chomsky en San Marcos
Por Sandro Medina Tovar
"Latinoamérica no sería nuevamente víctima del dominio"
Considerado el intelectual vivo más importante del planeta, Noam Chomsky ofreció la noche del pasado 24 de octubre de 2006, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la conferencia: “514 años después: la conquista tambalea”, organizada por la Unidad de Postgrado (UPG) de la Facultad de Ciencias Sociales de esta casa de estudios.
Había leído que este hombre sabía demasiado. Pero cuando fue consultado sobre el nacionalismo en el Perú, dio una respuesta recurrente: “La mayoría de la gente que vive en mi país conoce poco al Perú. Hasta piensan que está en el África. No hay interés por conocerlo. Si bien tienen referencia de Brasil, por ejemplo, es principalmente por sus jugadores de fútbol y los inmigrantes”.
Fue sincero. No quiso esbozar un corto o largo ensayo sobre algo que poco o nada sabe. No quiso, en otras palabras, presumir. Pero su rostro cambió al hablar de las lenguas nativas en esta región. “El quechua o el aymara se seguirán hablando en algunas naciones y no morirán con el tiempo, pues se mantendrán vivas...”.
Noam Chomsky, el intelectual vivo más importante del planeta, según reportan los principales diarios y revistas del mundo, tiene 77 años de edad y si bien es una autoridad en el campo de la lingüística, sus denuncias sobre los atropellos e injusticias de los que responsabiliza principalmente a su país de origen: Estados Unidos, le han dado una fama que quizás nunca buscó.
Y de eso y mucho más se refirió la noche del 24 de octubre en el auditorio Ella Dunbar Temple, de  la sede sanmarquina, lugar que estuvo colmado de autoridades, docentes, políticos, estudiantes y demás personas interesadas en escuchar su conferencia titulada  “514 años después: la conquista tambalea”.
 Preámbulo
Momentos previos a su intervención, Chomsky parecía estar tranquilo, sereno. Pero no fue así. Él acababa de recibir la ingrata noticia de que su esposa se encontraba mal de salud, razón por la cual suspendió su gira por otros países en esta parte del continente. El hombre que sabía demasiado, también era humano.
Aquella noche vestía unas zapatillas deportivas negras -como si estuviera listo para jugar basket- un pantalón azul, un saco oscuro y una camisa color beige. No lucía una corbata, pero sí irradiaba una humildad enorme pocas veces vista.
Un día antes, el 23 de octubre, estuvo en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde habló acerca de las “Exploraciones biolingüísticas: diseño, desarrollo y evolución”.  Pero aquí, en San Marcos, vino para disertar sobre la historia, la política y la sociedad en general. Fue presentado por el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Alejandro Reyes Flores; y el director de la UPG, Julio Mejía Navarrete.
Su pensamiento 
El tono de su voz no es estruendosa, pero sí su pensamiento y más aún cuando critica con suma severidad al gobierno de los Estados Unidos liderado por George Bush y sus afanes o proyectos de dominio sobre el mundo, reflexionó.
Antes, Chomsky mencionó que el año de 1492 fue una etapa que cambió el curso de la historia, pero para mal. Fue una época donde no hubo descubrimiento alguno, sino más bien episodios salvajes contra los nativos de esta tierra.
Tras repasar algunos hechos execrables y criticables del pasado, este pensador universal también se refirió a los afanes de control de los suministros de recursos energéticos por parte de los sectores capitalistas y la defensa que ejercen las poblaciones indígenas.
Por esta y otra razones observó que en Latinoamérica soplan nuevos y favorables vientos. “Es posible que Latinoamérica no sea una nueva víctima del dominio, pues sus habitantes así ya no lo quieren y así lo vienen demostrando países como Bolivia y Venezuela”. Del mismo modo, resaltó lo que hacen los gobiernos de Brasil y Argentina respecto, por ejemplo, a su relación con el Fondo Monetario Internacional.
Entonces, se podría decir que “514 años después: la conquista tambalea”. Lo dijo el hombre que sabía demasiado y, sin duda, su presencia en esta casa de estudios será recordada por mucho tiempo.