martes, 12 de marzo de 2013

Vigencia de los exámenes en las universidades peruanas


Mitos y ritos de la universidad peruana
 La vigencia de los exámenes en la universidad
 Dr. Nemesio Espinoza Herrera
En los cursos que tengo a mi cargo en la Facultad de Ciencias Administrativas, nunca “tomo” exámenes. La mayoría de docentes y estudiantes se escandalizan por esto. Es que el rito de los exámenes venimos practicando desde que éramos niños. Estamos, como antaño, hechos para los exámenes. Sin embargo -y felizmente- ya hay, aunque pocos aún, que consideran que los exámenes en la universidad son ritos arcaicos y corresponden a modelos educativos vetustos. Me interesan estos pocos que creen así, porque con ellos hemos de contribuir gradualmente a cambiar los tradicionales paradigmas en la pedagogía universitaria y contribuir a formar un nuevo tipo de profesionales que el Perú necesita para su desarrollo.
Veo a mis colegas esmerarse en preparar exámenes (a medio ciclo y al final) y con aplomo de “maestro” o de “autoridad”, pasearse en el aula en el momento del examen vigilando que nadie haga uso del nefasto plagio. Inclusive las “gestores” de la Facultad programan cronogramas de exámenes (parciales y finales) y hasta hay formatos. Veo en el asunto de los exámenes un clima de tensión innecesaria para los estudiantes.  Veo a los profesores teniendo en vilo a los jóvenes con la Nota tras el examen o haciéndose seguir suplicantes por los pasillos. Veo a los alumnos universitarios esforzándose por recordar lo que memorizaron sus apuntes o “las clases” recibidas para el examen. Veo de cómo se pierden importantes horas académicas en la universidad preparando, administrando, rindiendo y evaluando exámenes que, al final, no sirven para nada. Incluso he oído a los estudiantes decir a sus profesores: -“Oiga profesor, en el examen no ha venido el tema X, significa que “por gusto” hemos hecho clases sobre ese tema”. Es decir, el profesor “enseña” y el estudiante universitario “aprende” para el examen, para la Nota, para el diploma; no para la vida profesional.
Hoy, en el Siglo XXI y Tercer Milenio, en la era de la Internet, de la información, del conocimiento y de la globalización, los exámenes en la universidad (escritos, orales, sustitutorios, “suplicatorios”) son señales del más puro facilismo académico y continuidad de metodologías pedagógicas tradicionales de “dictado de clases”, de “enseñanza-aprendizaje” y no contribuyen en lo absoluto a la formación de un nuevo tipo de profesionales que el Perú necesita para su desarrollo. Quizás se tenga que seguir aún con el rito de los exámenes en la educación primaria y secundaria, mientras no se cambie el modelo que en el caso del Perú exige a gritos su cambio; pero en la universidad, ya no.
Hoy, los docentes no estamos en la universidad para “enseñar” ni los estudiantes para “aprender”, sino para investigar, experimentar, estudiar; para pensar, practicar, hacer. Estamos en la universidad para debatir, escribir textos, crear, inventar, descubrir, tomar posiciones, crear tecnologías e innovaciones. Es decir, en la universidad no estamos para “aprender”, “enseñar” o “adquirir” dogmáticamente los conocimientos. En la universidad estamos para construir y crear conocimientos. Hoy, el conocimiento no se adquiere, se construye, se crea; se aplica.
Con los exámenes tradicionales lo que logramos es retener memorística y dogmáticamente los “conocimientos”. Después del examen son, irremediablemente, olvidados y no sirvieron para nada. Y así seguiremos formando “profesionales” memorísticos, dogmáticos, librescos, de apuntes y de entre cuatro paredes. Así seguiremos formando “profesionales” con mentalidad de empleados; seguiremos formando “profesionales” para el desempleo, para el subempleo, para el subdesarrollo.
Aunque la metodología (sin examen) a seguir depende de la naturaleza de cada Curso, en general, en lugar de los exámenes, es necesario ofrecer a los estudiantes universitarios una basta bibliografía física y electrónica (que el profesor haya leído); y hacer que ellos mismos consigan más fuentes bibliográficas. Esto con la finalidad de promover la lectura y la investigación (dos actividades distintivas de la universidad) incentivando en la necesidad del uso de idiomas extranjeros.
Cada tópico del Curso es materia de investigación por todos los alumnos, se asigna a un Equipo de Investigación para la elaboración y presentación del Informe Académico sobre la materia en particular, informe que debe ser expuesto para iniciar el debate en el que todos participen activamente. Simultáneamente cada Equipo debe investigar sobre uno de los capítulos del Curso, elaborar un Trabajo de Investigación (Monografía) y hacer la exposición sobre ella en la que participen activamente todos. Resulta importante hacer que cada alumno haga una exposición.
Así, y teniendo en cuenta que debe haber una Nota Final del Curso, podría ésta ser resultado del promedio de las Notas que el docente consigne sobre los informes académicos, trabajos de investigación, monografías, calidad de las exposiciones y de las participaciones (siempre que éstas sean creativas y posean valores agregados concordantes con la realidad nacional).
Es decir, lo que se trata es evaluar en el alumno universitario su predisposición (vocación) hacia la lectura crítica y la investigación, su interés por su propia formación profesional, su protagonismo académico, su personalidad, su interés por poseer un pensamiento propio y por la creación de nuevos conocimientos. Sólo así podemos lograr contribuir a la formación de un nuevo tipo de profesionales pensantes, proactivos, emprendedores, líderes.
(Las imágenes provienen de la Internet)