jueves, 9 de enero de 2014

El alba de la administración

El alba de la administración

Por: Nemesio Espinoza Herrera


La administración es una actividad eminentemente humana. Es innata al hombre, nace y se desarrollo junto con él. La administración es, pues, tan antigua como la humanidad. El hombre desde su aparición, aún sin saberlo, ha logrado grandes resultados gracias a la administración y a ella se debe su evolución y desarrollo. 

El impresionante desarrollo de las grandes culturas antiguas tales como de Egipto, Babilonia, Grecia, Roma, China, etc., o el gran imperio Pre-inca e Inca; así como el pensamiento de los grandes filósofos de la antigüedad tales como Sócrates, Platón, Aristóteles, Confucio, etc.; de igual modo las grandes hazañas militares antiguas tales como la de Alejandro magno, Flipo de Macedonia, Julio Cesar, la leyenda de a cruenta guerra Troya-Grecia, etcétera. Igualmente el desarrollo de las grandes religiones anteriores al cristianismo tales como la egipcia, la babilónica, la hebra, la griega (oráculos), la china, etc.; del mismo modo los testimonios de la admirables organización y gestión de los grandes Estados de Egipto, Grecia, Roma China, etcétera. Todos estos grandes acontecimientos de la humanidad, constituyen, todos ellos, testimonios elocuentes más que suficientes del significado de la administración en el desarrollo de la humanidad antigua (antes del cristianismo).

Con el advenimiento de la Era cristiana y hasta fines del Siglo XIX, más o menos, la administración fue, igualmente, palanca del desarrollo de la humanidad. Es indudables que la Iglesia Islámica, Católica, Budista, etc., han logrado desde los inicios de la presente Era, enormes avances que aún hoy –en el caso por ejemplo de la Iglesia Católica- es signo  de admiración en cuanto a su organización y administración de connotación universal. Los grandes acontecimientos militares tales como la persecución en Roma a los cristianos, la conquista de Atila, las Cruzadas, el soporte militar del feudalismo, la Guerra de los cien años, la Revolución Francesa, las conquista de Napoleón, etc.; son igualmente expresiones de los resultados de la organización y administración militar o castrense.

El florecimiento del gran Imperio de los Incas, las grandes conquistas tales como de América, el nacimiento y la consolidación de grandes países como Estados Unidos y Rusia, los grandes acontecimientos tales como la Revolución Industrial, las experiencias sociales y comunistas así como el avance acelerado de las ciencias, tecnologías y culturas, etc., etc.; constituyen, igualmente, expresiones elocuentes de la presencia de la administración en los primeros 18 ó 19 siglos de la presente Era cristiana. Aunque en ellos aún no se hablaba de la administración expresamente de la administración –como entonces ya se hablaba de Medicina, Economía, Derecho, etc.- pero ella, la administración, estaba allí, presente en el accionar del hombre, en el desarrollo de la humanidad.

NACE EL GRAN SIGLO DE LA ADMINISTRACIÓN. El recientemente pasado  Siglo XX es, sin lugar a dudas, el gran Siglo de la administración como ciencia y adquiere una gran importancia su doctrina –principalmente con Fayol y Taylor quienes en la primera década del Siglo XX plantearon sus pensamientos acerca de la administración. Así mismo se desarrolla, se afianza y se consolida la administración a tal punto de convertirse hoy en una actividad profesional de trascendencia universal, y lo que es más importante aún, la administración hoy es ya una actividad virtualmente reconocida como factor principal de desarrollo económico y social y, por ende, como factor principal para el desarrollo de la humanidad.

 Si la administración, por su característica de ser una actividad humana que el hombre ejecuta para lograr resultados, fue, implícita, intuitiva e instintiva en el transcurrir de la historia del hombre hasta el siglo XIX, con el nacimiento del siguiente nuevo siglo nace la administración, por primera vez en la historia de la humanidad, como ciencia, como actividad profesional. 

Así, pues, la administración ha logrado enormes avances como no lo ha hecho durante muchos siglos pese a que en ellos se han logrado trascendentales logros en las ciencias, artes, tecnologías y en otras profesiones. Hoy no sólo tenemos una administración dotada de una teoría o doctrina que cada vez se desarrolla aún más, sino la humanidad está empezando a dar mayor importancia a las administración, hecho que augura que el siglo XXI será el siglo del afianzamiento de la administración y, consecuentemente, el siglo de mayor desarrollo de la humanidad.

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