REPORTAJE A SAN MARCOS - VI PARTE
HOMENAJE A LOS 460 AÑOS DE VIDA INSTITUCIONAL DE SAN MARCOS
PARTE VI
LA GESTIÓN DE SAN MARCOS
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Las anteriores partes del Reportaje a San Marcos, véase en:
http://universidaddemocraciaydesarrollo.blogspot.com/2011/05/reportaje-san-marcos-tercera-parte.html
http://universidaddemocraciaydesarrollo.blogspot.com/2011/03/reportaje-san-marcos-segunda-parte.html
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SAN MARCOS, verdades incómodas
Por Nemesio Espinoza Herrera
(A continuación el texto de la tercera y última entrega relacionado al Eje Nº 3: La gestión de San Marcos. Los textos del Eje Nº 1: la Investigación Científica en San Marcos y del Eje Nº 2: La formación profesional; véase en las entregas anteriores)
EJE Nº 3
LA GESTIÓN DE SAN MARCOS
Con los argumentos esgrimidos en las páginas anteriores respecto a los Ejes 1 y 2, hemos probado la hipótesis de que en San Marcos no hay una buena Investigación Científica; por consiguiente no hay una buena Formación Profesional en términos de calidades y resultados que demanda el Perú y el mundo del Siglo XXI y del Tercer Milenio.
Ahora probaremos la hipótesis siguiente: la causa principal por la que en San Marcos no hay una buena Investigación Científica ni una buena Formación Profesional es que la gestión de la Universidad no es transparente ni es eficiente. En otras palabras, el planteamiento es que San Marcos tiene un obsoleto modelo de gestión universitaria en el que prevalece la corrupción y la mediocracia y, por tal razón, es imposible el logro de la calidad en las investigaciones y en la formación profesional.
El modelo de gestión de San Marcos es obsoleto porque es propio de siglos pasados. Prevalece en él la corrupción porque las autoridades de San Marcos, responsables de su administración, en vez de focalizar esfuerzos, capacidades y recursos para el sostenido desarrollo institucional a mediano y largo plazo, priorizan la formación y mantención de grupos de poder para asirse a los cargos y/o para capturar poderes guiados por intereses particulares, en cuyo contexto es inevitable la proliferación de actos de corrupción señalados en la página 11.
Por otra parte, en el anacrónico modelo de gestión existente en San Marcos, prevalece la mediocracia porque en vez de sustentarse en una cultura de eficacia y eficiencia, predomina el clima de la mediocridad administrativa de modo que la organización y la administración de San Marcos son extraordinariamente sobredimensionadas, burocráticas, clonadas, costosas, irracionales y caóticas.
Téngase en cuenta que el modelo arcaico de gestión de la Universidad no es un asunto de ahora, ni de estos últimos 5 años, es un asunto estructural en San Marcos y viene desde décadas atrás –por no decir de siglos- sin que los gobiernos sucesivos de San Marcos hayan resuelto establecer nuevos paradigmas en su organización y administración. Empero, como el Perú y el mundo saben, la administración presidida por el actual rector de San Marcos (Período 2006-2011) ha terminado por agudizar aún más el modelo de gestión ineficiente y mediocrático llevando a la Universidad hasta sus actuales niveles de entropía institucional.
San Marcos, la más grande y emblemática Universidad peruana, el Alma Mater del Perú, necesita de un nuevo modelo de gestión universitaria para ser la mejor Universidad del país y una de las mejores de América Latina y del mundo. Probidad y eficiencia, o corrupción y mediocracia; he ahí la disyuntiva en la gestión de San Marcos. Parafraseando a Arquímedes: dadnos un nuevo modelo de gestión universitaria y transformaremos a San Marcos.
Principales asuntos relacionados a la Gestión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
1. La corrupción y la mediocracia en el Cuadro Administrativo de San Marcos
El Cuadro Administrativo es el conjunto de autoridades que administran a San Marcos y está integrado por el rector, dos vicerrectores, 20 decanos y por cientos de directores y jefes. Este Cuadro es, por consiguiente, el responsable de la mala -o buena- marcha de la Universidad. El rector, como líder protagonista de la administración universitaria, es, por supuesto, el responsable principal de la situación de San Marcos. Sin embargo, tan responsable como el rector, lo son también –ineludiblemente- los dos vicerrectores, los 20 decanos, los directores y todos los jefes. Todos ellos juntos, son responsables de lo que hoy es San Marcos porque forman parte del Cuadro Administrativo de la Universidad.
San Marcos es una universidad en la que se encuentran en su gran mayoría docentes, estudiantes y administrativos meritorios, transparentes, probos, laboriosos, responsables, eficientes, idóneos; empero, su Cuadro Administrativo, vale decir, las “autoridades” encargadas de la gestión, se caracterizan por ser gente no necesariamente destacada por sus capacidades y talentos para la gestión de la Universidad sino por quienes “saben” armar componendas para estar en los cargos, establecer el “poder” e –inevitablemente- implantar un mediocrático y corrupto gobierno de la Universidad, para que todo en San Marcos sea igual, o peor.
Así, en el Cuadro Administrativo es fácil encontrarse con gente crápula e inescrupulosa: ayatolas, capitostes, falsos doctores (por consiguiente, estafadores), mediocres (porque demuestran incompetencias en el ejercicio de los cargos y estando mucho tiempo en ellos, la Universidad está igual, sino peor), acomodaticios, pedantes, déspotas, aduladores, genuflexos, timoratos, vocingleros, pérfidos, patanes y sabidos convirtiéndola -a la gestión de la Universidad- en un paraíso de la sabidolandia, en el que en vez de ser un Cuadro de sabios es, por regla general, un Cuadro de sabidos.
Por ejemplo, eso de fortificar minipoderes con recursos o dinero de la Universidad como prebendas para la toma y control del poder con “cuadros” y operadores así como con votos, lealtades y voluntades compradas para la “correlación de fuerzas”, etc., no son sino muestras del más puro acto vergonzante de corrupción y mediocracia. En San Marcos, este actuar no es la excepción, es la regla.
Es que el Cuadro Administrativo de la Universidad no es, necesariamente, meritocrático. Es un Cuadro donde sus miembros en vez de ser destacados como expertos en gestión ávidos por transformar a San Marcos, son, por el contrario, “expertos” en hacer “cálculos políticos”, “hábiles” en politiquerías domésticas que “gobiernan” según “su mayoría de votos”; son “versados” en infligir castigos a sus opositores, “talentosos” para las granjerías; son “duchos” en cubiliteos (agitan sus cubiletes en épocas electorales; trancemos, qué me das, qué te doy; se dicen); son “doctos” en hacer lobbies; son “empedernidos” en propinar perfidias, “talentosos” en el embuste y en las diatribas. Condiciones éstas suficientes para la inevitable institucionalización de la corrupción y de la mediocracia.
Pregúntese a ellos (a los integrantes del Cuadro Administrativo) qué están haciendo sostenidamente para que San Marcos reivindique su prestigio nacional e internacional, para que a mediano y largo plazo sea la mejor universidad del Perú y una de las mejores del mundo. No tienen la menor idea. Lo más importante para ellos es cómo mantenerse en el poder hoy y siempre ¿Y el desarrollo de la Universidad?, eso puede esperar; y para siempre. Primero están ellos y sus intereses.
Habiendo formado sus “estructuras de gobierno y de poder” en San Marcos, estos “gestores” integrantes del Cuadro Administrativo viven, y bien, sobre todo en el aspecto económico, principal razón por la que se proponen estar asidos a la “mamadera”, pues “ganan” más que un congresista, ministro o el presidente de la República mientras que un profesor investigador recibe irrisorias cantidades. San Marcos es, para ellos, el gran regalo de los dioses. Una Auditoría -pero Auditoría de verdad sólo de los últimos 5 años, revelaría al país de cuánto (sueldos, subvenciones, gastos operativos, equipos e infraestructuras), le cuesta al Estado, a San Marcos mantener a los miembros del Cuadro Administrativo ¿Y los resultados? La respuesta está plasmada en la situación actual de San Marcos.
Los gestores de la Universidad están en la obligación de mostrar permanentemente las “cuentas claras” y el Perú debe saber cuánto cuesta mantener a las autoridades que la administran; empero, como no hay una cultura de transparencia, los asuntos relacionados al dinero, a las remuneraciones y a las subvenciones económicas son asuntos “secretos de Estado” y deben guardarse bajo siete llaves.
2. San Marcos a la deriva, sin planes a mediano y largo plazo
La gestión universitaria es inevitablemente arcaica, corrupta y mediocrática si se pretende administrar a la Universidad sin planificación. Administrar sin planes es dar puntadas sin hilo.
En la longeva gestión de San Marcos hay un mal endémico: se actúa por actuar. No hay una cultura institucional planificadora a mediano y largo plazo. Se administra a la deriva, sin norte, sin un sistema de planes, espontánea y aleatoriamente. Se gestiona a la Universidad con una visión cortoplacista, utilitarista, pragmática y ganancial. Se administra a la Universidad según “soplen los vientos”, a tono del vaivén de los intereses de grupos en el poder. Se administra sólo la crisis, la coyuntura; más no el desarrollo institucional a mediano y largo alcance. Se administra a la Universidad sin tener la perspectiva del camino a andar de aquí a 5, 10, 15, 20, 30 años. Incluso, paradójicamente, las “autoridades” responsables de administrar a la Universidad sostienen que “los planes no sirven” y actúan con esa idea. Es decir, en la gestión de San Marcos se vulnera un principio elemental que dice: “no hay Administración sin planeamiento”, “no hay accionar sin el previo pensamiento”.
¡Es falso!, sí tenemos nuestros planes estratégicos, dirán los administradores de San Marcos. Efectivamente. San Marcos tiene su Plan Estratégico Institucional que en estos momentos, por ejemplo, está en la página Web de la Universidad. También indican que está en elaboración el Plan 2011-2021. San Marcos tiene sus Planes, pero sus gestores no los usan, por consiguiente, no sirven.
El Plan Estratégico Institucional (PEI) de San Marcos es meramente formal, un ornamento, una perorata, una retórica, un ahíto tautológico, un simple cumplido, una parafernalia (cuesta mucho dinero elaborarlo); es un documento bienintencionado que contiene una relación de buenos deseos. Como tal el PEI está ahí, en los anaqueles, en los archivos, colgado en la red electrónica; pero sin uso. Está pintado. Las autoridades de San Marcos no cumplen ni una de sus propias palabras de cosas que dicen debe hacerse. Y en vez de conducir con discreción por el camino trazado en sus PEIs, las “autoridades” empujan a la Universidad por descaminos.
Lo que dicen con palabras en el PEI, los administradores de la Universidad borran con hechos. Entre lo dicho y el hecho hay un trecho abismal. Véase, por ejemplo, el PEI 2007-2011, se supone que todo lo que ahí se dicen ha sido implementado, controlado y tomado las acciones correctivas pertinentes; empero, absolutamente nada. Al parecer el Cuadro Administrativo de San Marcos (rector, vicerrectores, decanos, directores, jefes) ni siquiera se informaron de su existencia. La historia se repite: por ejemplo, no habiendo cumplido absolutamente nada en el PEI 2007-2011, ahora están elaborando el PEI 2011-2021 a costos altos. Y, así, nuevamente a las rutinas angurrientas en la administración de la Universidad.
Si San Marcos como institución no se administra de manera planificada, en las facultades la situación es exactamente igual, o peor. Incluso algunas de ellas tienen sus “planes” pero, no funcionan, no se ponen en práctica pese a algunos esfuerzos. Hasta la Facultad de Administración en la que se forman futuros administradores y gerentes, debiendo ser modelo de una buena gestión, paradójicamente, carece de un sistema de planes y si lo tiene están, al igual que otras, archivados sin que se cumpla una sola palabra y la Facultad marcha a la deriva y a tono con los intereses particulares de quienes la “gobiernan”. Para ellos, los planes no son importantes.
3. Las obsoletas estructuras organizacionales de San Marcos
Véase el organigrama de San Marcos en la página Web de la Universidad. Apreciamos que es una estructura compleja, monstruosa, pesada, burocrática, sobredimensionada, irracional, costosa y hasta clonada (porque es igual, cuál uniforme único, a la de cualquiera otra universidad estatal). En el caso de las facultades sus estructuras tienen las mismas características. Son, pues, estructuras obsoletas, propias de tiempos pasados.
Toda estructura organizacional parte de la cabeza. ¿Y cuál es en el caso de de San Marcos?: es la Asamblea Universitaria. Ésta hartamente probada que la Asamblea Universitaria no sirve, salvo para obstaculizar el desarrollo institucional y para la defensa de intereses de camarillas gestoras de la Universidad. Tanto no sirve que San Marcos marcha, felizmente, sin Asamblea Universitaria. Debiendo ser sustituida por el Consejo Universitario, ¿para qué debe mantenerse algo que no sirve?
El Rectorado es la Gerencia General de la Universidad y el rector, su gerente general. Tamaña responsabilidad –y el altísimo honor de ser rector de San Marcos- demanda formación, capacidades y talentos especiales en cuanto a la Administración, cualquiera fuera su profesión, por ser una función eminentemente administrativa, ejecutiva, gerencial y de gestión; pero, ante todo demanda que el rector posea una voluntad política inquebrantable para transformar a San Marcos en lucha permanente contra toda expresión de corrupción y mediocracia, para reivindicar el prestigio nacional e internacional así como para (re)posicionarla a mediano y largo plazo como la mejor universidad peruana y una de las mejores del orbe. Para ello San Marcos necesita un rector concordante con sus grandezas y no rectores que como el actual termine desprestigiándola, desacreditándola.
En el asunto de los vicerrectorados ¿Por qué San Marcos tiene que tener dos Vicerrectorados (Académico y de Investigación) si, al fin y al cabo, resultan siendo –dicho sin eufemismo- antros burocráticos? (Hay quienes plantean crear un tercer vicerrectorado; que Dios salve a San Marcos) ¿Por qué San Marcos debe tener dos vicerrectores y cuánto cuesta mantenerlos? ¿Cuáles son los resultados de sus gestiones?
¿Vicerrectorado “académico”? ¿Qué de académico tiene las funciones netamente administrativas relacionadas al Centro Preuniversitario, la Biblioteca Central y al Sistema Único de Matrícula (SUM)? Ninguno. Las dos primeras, por ejemplo, necesitan ser áreas descentralizadas y autónomas –aunque en la práctica han venido funcionando así-. El SUM es un área que por naturaleza corresponde al de la Dirección Administrativa de la Universidad. Siendo así, entonces ¿qué está haciendo sostenidamente el vicerrectorado “académico” con altos sueldos, infraestructuras, personal calificado, muebles y equipos, etc., para el verdadero y sostenido desarrollo académico de San Marcos? Absolutamente nada, pues, la calidad académica en la formación profesional tiene estructurales dificultades irresolutas.
¿Vicerrectorado de “investigación”? Crear este vicerrectorado ha traído como consecuencia no sólo la absoluta burocratización sino un serio retroceso institucional en cuanto a la Investigación Científica. Siendo así ¿qué está haciendo sostenidamente el vicerrectorado de “investigación” con altos sueldos, infraestructuras, personal calificado, muebles y equipos, etc.,para el verdadero desarrollo de la Investigación Científica? Absolutamente nada, pues, la Investigación Científica en San Marcos tiene estructurales dificultades irresolutas. San Marcos marchaba mejor en el tema de las investigaciones con el otrora Consejo Superior de Investigaciones.
Estas ingratas experiencias justifican el planteamiento de que en San Marcos no deben existir vicerrectorados como áreas funcionales. Debe existir solo el cargo honorífico de Vicerrector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (altísimo honor tan igual como el del rector) que formando parte del rectorado, debe suplir las ausencias temporales del rector o actuar en su representación y colaborar con él en la gerencia eficiente y proba de la Universidad.
Por otro lado, la estructura organizacional de cada una de las facultades de San Marcos está igual o peor que la de la organización central. Todas las facultades tienen -cual camisa de fuerza y al estilo medieval- las mismas estructuras. Esta situación es irracional.
El Consejo de Facultad, máximo órgano de gobierno de las facultades, no necesariamente cumplen su rol que por naturaleza le corresponde: establecer las grandes políticas estratégicas para el desarrollo de la Facultad y fiscalizar su gestión transparente y eficiente. Por el contrario el Consejo de Facultad, constituye, más bien, una instancia de “manejo político” al servicio casi siempre de quienes están en el poder o, tanto mejor (para ellos), si los mismos Consejeros son, al mismo tiempo, Directores. Hay casos en que todos los Consejeros son, a la vez, Directores; condición suficiente para que la corrupción y la mediocracia campeen irremediablemente. Es importante para el desarrollo de San Marcos reivindicar el rol de los Consejos de Facultad para garantizar una gestión eficiente y proba y, entre otras cosas, resulta necesario establecer mecanismos que posibilite el incremento sustancial de las dietas que corresponda a la alta responsabilidad de los Consejeros para su dedicación exclusiva al órgano colegiado.
Por otra parte, la existencia de las áreas administrativas denominadas “Dirección Académica” y “Departamento Académico” en las facultades obedece a criterios organizacionales anacrónicos y “departamentalistas” propios de tiempos pasados y obstaculizan la buena y transparente gestión de la Facultad. La mal llamada “Dirección Académica” no tiene nada de “académica” en razón a que sus funciones (Matrícula, Registros, Biblioteca) son eminentemente de carácter administrativo y, por consiguiente, tales funciones corresponden a la Dirección Administrativa, área a la que es necesario fortalecer. El denominado “Departamento Académico”, cuya mantención le cuesta muy caro a cada Facultad pero no ofrece aportes sustantivos al desarrollo de la Universidad; más aún lo entorpece, pues, “coordina” (o impone) horarios y docentes sólo cada vez que inicia un nuevo Ciclo académico.
No deja de ser importante el referirse al hecho de que en el modelo tradicional de organización que prevalece en las facultades, la Unidad de Postgrado tiene carácter de extraterritorialidad o de “mini Facultad” burocratizada con decisiones académicas y administrativas propias que hasta tiene su área “académica” y su área “administrativa”.
4. Las excesivas facultades, primacía de cantidad sobre la calidad en San Marcos
20 facultades y 20 decanos tiene San Marcos. Es excesivo en términos cualitativos. Hay aspiraciones de crear más facultades o más escuelas (que Dios salve a San Marcos). En vez de tener decenas de facultades, San Marcos debía tener pocas pero grandes y prestigiadas. San Marcos es grande no tanto por la cantidad de facultades o de las carreras profesionales o de los programas de postgrado o por la cantidad de decanos; San Marcos es grande –será más grande aún- por la calidad, trascendencia y repercusión de sus facultades, de sus decanos, de sus carreras y de sus estudios de postgrado.
Importante acierto ha sido de quienes establecieron en San Marcos cinco grandes Áreas que agrupa a las 20 facultades. Cinco Áreas que debían convertirse en 5 grandes facultades grandes y trascendentales: Área Económico-empresariales (Administración, Contabilidad, Economía); Ciencias Básicas (Biología, Física, Matemáticas); Ciencias de la Salud (Medicina Humana, Farmacia y Bioquímica, Odontología, Veterinaria, Psicología); Ingenierías (Química, Geología-Minas, Electrónica, Sistemas, Industriales); Humanidades (Letras, Derecho, Educación, Sociales). En vez de 20 facultades pequeñitas, debía haber 5. En vez de 20 decanos, la mayoría de ellos intrascendentes, en el anonimato y sin talentos para la gestión, debía haber 5; pero de los buenos, grandes, trascedentes, gerentes, líderes.
Por otra parte, como no existe ninguna investigación acerca del nivel de empleabilidad de los egresados de San Marcos que debiera señalar, entre otras cosas, cuáles facultades y/o carreras profesionales debía ser relanzadas y cuáles eventualmente ser anuladas, tampoco en San Marcos existe la reconversión de las carreras profesionales según las demandas y necesidades del proceso de desarrollo nacional.
5. La antidemocracia en el sistema electoral de San Marcos
El sistema electoral de San Marcos es enteramente antidemocrático. Posibilita que una absoluta “minoría” ejerza el poder sobre la absoluta mayoría. El rector, por ejemplo, es elegido por cien “representantes” (minoría absoluta) miembros de la Asamblea Universitaria de entre docentes y estudiantes. El resto, es decir 41 mil sanmarquinos (30 mil estudiantes de pregrado, 5 mil de postgrado, 3,060 docentes y 3,341 administrativos) que son la absoluta Mayoría, sólo quedan mirando las decisiones que una insignificante minoría adopta, sin poder hacer nada. ¿Qué tipo de democracia es ésa?
La absoluta minoría de la Asamblea Universitaria que “elige” al rector y vicerrectores para que gobiernen a San Marcos, lo hacen –por regla general- no con la cabeza, o pensando en hacer grande a San Marcos; sino los votos se emiten con el corazón, con el hígado, por la plata, por los cargos o pensando cada quien en hacerse grande ¿Y el desarrollo de San Marcos?, eso, puede esperar (y para siempre) porque primero están ellos y sus intereses.
En cada una de las facultades de San Marcos los ritos antidemocráticos están presentes. 20 miembros del Consejo de Facultad, tras mangoneos politiqueros de pacotilla tejidos alrededor de intereses de grupo y en “representación” de centenares de docentes, miles de estudiantes y de administrativos, “eligen” al decano. Así, creada las condiciones para la proliferación de la corrupción y la mediocracia, las facultades son administradas según los intereses de grupos ¿Y el desarrollo de la Facultad?, eso, puede esperar (y para siempre) porque primero están ellos y sus intereses.
La reivindicación de la verdadera democracia en San Marcos pasa por las elecciones secretas y universales de las autoridades en las que todos los estudiantes, docentes, egresados y administrativos de la Universidad expresen voluntades a través de sus votos por planchas. Cada plancha integrada por los cargos de Rector, Vicerrector, Director del Consejo Superior de Investigaciones, Director de la Escuela de Posgrado y Director General de Administración. En el caso de la facultades, cada plancha integrada por los cargos de Decano, Director del Área Investigaciones, Director de la Unidad de Postgrado, Directores de las Escuelas y Director Administrativo; sometidas a la voluntad mayoritaria; ésa es la democracia base para promover el desarrollo de San Marcos.
6. La gestión financiera de la pobreza en San Marcos
San Marcos es la universidad pública que más presupuesto recibe de parte del Estado en el Perú. Según CAD (Ciudadanos al Día), el aporte del Estado se incrementó en 41% y para el año 2010 aportó 295 millones, monto que es normalmente el 60% del presupuesto total de San Marcos y el 40% restante proviene de los recursos directamente recaudados. No hay informaciones oficiales sobre el detallado manejo económico de San Marcos del año 2010, lo que corrobora que la gestión financiera en San Marcos, sobre todo en cuanto a gastos y subvenciones, es secreto de Estado, guardado bajo siete llaves. Es que el manejo económico de la Universidad, por regla general, no es transparente; es oscurantista.
Oficialmente (y de manera lacónica) se informa que el Presupuesto de San Marcos para el año 2009 fue de 303 millones de nuevos soles (no hay cifras del 2010). Ese Presupuesto estuvo conformado por el aporte del Estado por 166 millones (“recursos ordinarios”), 135 millones “recursos directamente recaudados” y donaciones por 2 millones de nuevos soles. La composición del Presupuesto de San Marcos, normalmente es para Gastos corrientes 93% y apenas el 07% para gastos de Capital (inversiones).
San Marcos, sin embargo, es una Universidad de monumentales riquezas actuales y potenciales. Es la Universidad que más dinero recibe de parte del Estado –y debe recibir más- y la que puede generar ingentes recursos propios a través de empresas parauniversitarias de creación de bienes y servicios, consultorios, clínicas, estadio, hospitales, convenios, vinculaciones, estudios de postgrado y de otros servicios. San Marcos es también la Universidad que más posibilidades tiene para la cooperación internacional; pero, no se echa mano a ella.
En tales condiciones una nueva gestión de San Marcos tiene la responsabilidad y suficientes condiciones para incrementar notablemente sus presupuestos y orientarlos hacia el desarrollo sostenido de la Universidad. En las actuales condiciones de gestión, empero, no se trata de incrementar rentas, se trata primero de cambiar el modelo de gestión de la Universidad. Aun cuando sus rentas, por ensalmo, se incrementaran al triple, la situación de San Marcos sería igual, o peor, si se mantiene incólume el tipo de gestión actual.
7. San Marcos con pies de plomo en el sistema de gestión documentaria
San Marcos tiene miles de procedimientos administrativos expresados en trámites documentarios de carácter interno y externo. Estos procedimientos hacen uso de una impresionante cantidad de formularios y diversidad de documentos. San Marcos cada año gasta una enorme cantidad de dinero en la gestión de trámites, en papeleos, en formularios.
Sin embargo, el sistema de procedimientos administrativos (trámites documentarios) en San Marcos, a imagen y semejanza de su modelo de gestión, resulta siendo extraordinariamente burocrático, pesado, engorroso, complejo, irracional, costoso; y se gestiona a la antigua usanza. Mientras que otras universidades han modernizado su sistema de gestión de procedimientos (internos y externos), San Marcos sigue “tramitando” como hace un siglo. Hasta existe réplicas de lo que antes se denominaba “papel sellado” –hoy se denomina FUT- y que se exige para iniciar un trámite.
Es que a San Marcos –paradójicamente- pese a su grandeza no llega aún ni siquiera el espíritu de la Ley de Simplificación Administrativa (1989) que establecía que a través de procesos de Simplificación de Procedimientos Administrativos basados en los principios de presunción de veracidad, celeridad, simplicidad, economía y racionalidad, cuya aplicación permitiría lograr una administración simplificada y eficiente de la Universidad ¿Qué es el TUPA? No es sino una simple relación de irracionales trámites con sus precios, cuando debía ser un documento en el que estén plasmados procedimientos debidamente simplificados y racionalizados.
En el caso de los formularios –San Marcos tiene miles que significan altísimos costos-, por sus irracionales características en cuanto a su diseño y uso, se requiere un proceso institucional de Racionalización de Formularios. El sistema de archivos administrativos de la Universidad (Archivo Central, archivos activos y el archivo pasivo) resultan no sólo anacrónicos sino absolutamente desorganizados e ineficientes. En las Facultades, por regla general, es inexistente la organización y administración de archivos en términos que los tiempos actuales exigen y el caos documentario generalizado demanda un pronto proceso de reorganización documentaria y de archivos de la Universidad.
Fuente: Libro SAN MARCOS, verdades incómodas