Desastre educativo
Por: Nemesio Espinoza Herrera
El Dominical y los especialistas convocados a la Mesa Redonda de
Educación, coinciden en señalar una cruda realidad nacional: educación,
desastre total. Dudo que haya un peruano que discrepe con esta declaración. En
efecto, en el Perú tenemos una educación anacrónica y rezagada por décadas y,
lo que es peor, ella es considerada como un asunto de quinta categoría por el
Estado y a cuya consecuencia no existe –ni puede existir- la priorización en la
asignación de recursos del Estado.
La reversión de esta penosa realidad de la educación en el Perú –un
proceso a mediano y largo plazo-, no es cuestión de que el Ministerio de
Educación y sus altos funcionarios tomen la batuta, sino pasa por tener a la
educación como un asunto eminentemente de política de Estado, de voluntad
política gubernamental y de absoluta prioridad nacional. Mientras haya
gobiernos cuyas preocupaciones políticas de Estado no estén focalizadas
prioritariamente y de verdad en el asunto de la educación, el Perú seguirá siendo,
sin remedio, una sociedad con una educación para el subdesarrollo.
Discrepo con los seis especialistas invitados, todos ellos ex ministros
y altos funcionarios del sector Educación cuyas gestiones y modelos educativos
resultaron absolutos fiascos y opino que carecen de autoridad para decir ahora,
con aplomo de expertos, lo se debe hacer en educación cuando ellos no hacen ni
lo hicieron en su oportunidad. También discrepo con el representante del SUTEP
porque no son con huelgas, como otrora, ni con fútiles reclamos reivindicativos
coyunturales (por ejemplo eso de “bregar para que el presidente cumpla sus
promesas”) que se va ha contribuir al logro de una nueva educación para el
Perú.
Considero que es un deber nacional el hacer que la educación sea declarada
prioridad número uno en la agenda política del Estado. Esto es “separar el
trigo de la paja”.
(Publicado por la revista El Dominical del diario El
Comercio 11/05/03)
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